lunes, 10 de junio de 2024

Ruta: Subidas El Berrocal-Los Marianistas - Alto Las Machaconas-La Centenera.

 

Domingo (9-06-2024), cinco caballeros veleños, nos presentamos en el punto de “quedadas” de las etapas de montaña. El día antes,  en las conversaciones de  tarde-noche se pacta el inicio de la temporada montañera por la zona de “Arenas y su periferia”. Con las burricletas prestas y bien dispuestas para afrontar “la empinada jornada”; logística, organización  y demás preparativos para desplazarnos a la villa hermanada y vecina. La primera ruta,  para tomar el pulso - abrir boca- una,  para calentar y entrar en contacto con las alturas de Gredos.

En Arenas, situamos el punto de partida a la orilla del río y al lado del  patrocinador oficial de la opcional –París-. Comenzamos la etapa, escalando por “la apenada Condesa”, para enlazar con las entretenidas pistas del Berrocal; minutos de calentamiento, tomando contacto con la montaña, disfrutando los primeros repechos “de vuelta a casa”. Un mar de pinos, que nos dan la bienvenida,  robles salteados, con agradables   olores a hierba “recién desbrozada”  en la tendida subida,  acurrucada en el acogedor pasillo. Ritmo tranquilo por estos lares –no es para hartarse-, esperando y guardando “por si acaso”. Tras la efímera y divertida bajada encajonada, aterrizamos en la localidad de La Parra.

Desde este punto, nos adentramos en la agraciada  subida; ya sabemos cómo va esto; cada cual como pueda, al tran-tran, ya que tenemos “tela que cortar”. Al fondo, “no hay paisaje”, la niebla está demasiado baja y tendremos que recrearnos con las vistas que vamos dejando a ambos lados. Aunque vamos subiendo, vamos “cascando”, intercambiando impresiones y admirando el entorno que nos rodea –y lo que la grisácea mañana nos permite ver-. Sobre la marcha y en la segunda cima del día, “socorremos” a “un burriclista pinchado”, nos da las gracias “me habéis salvado la vida”, comenta agradecido y nos acompaña unos metros por la próxima ascensión.

A nuestro paso, más desnivel, fondos grises sin vistas, engullidas por la voraz  niebla, “parece que estamos en Escocia”, comenta Antonio “Bogue”,  extasiado y fascinado. Una ermita “con persianas”, árboles frutales cargados en plena ascensión antes de coronar “el alto”, cuando comienzan a caer las primeras gotas de agua –según la previsión- antes de arribar en el Arenal. Desde aquí, “ya huele a épica”, está escrito en el ambiente desde que hemos salido; en el momento en el que nos adentramos en un paraje de intensa y espesa niebla, para hacer la epopeya más grande y colosal. “Cada cual como pueda”, sin perdernos de vista, sólo podemos ver a cinco metros, aunque las cerezas las vemos “más cerca”, exquisitas y frescas, para hacer más llevadera la descolorida subida. Escuchamos las chorreras caer con fuerza, chozos que aparecen y desaparecen en la sucesión de curvas, vamos “leyendo” los nombres “conocidos” que aparecen en el mítico puerto, según van cayendo los kilómetros en la cuenta atrás de los cartelones indicativos. Marcos “Zoco”, se acomoda en “su mecánica”, lo importante es que se anime y nos acompañe en las salidas; el amigo Gabriel “Machaque” escala en “modo diésel”, efectivo y con seguridad…. El último tramo de puerto, desaparece todavía más, nos recuerda a las grandes etapas de leyenda; según vamos haciendo cima, “volvemos a bajar” para “coronar juntos”. Unos minutos para repostar y reponer fuerzas, fruta fresca, bocatas y barritas varias, (Marcos, no puedes comer más que nosotros jajajajajja) y nos volvemos a encontrar con David (el burriclista “pinchado”), antes de emprender el borroso descenso. 

¿La bajada? Desde la experiencia, con muuuuuuucha precaución, algunos compañeros “con frío”, las curvas desaparecen, los conocidos paisajes hace tiempo que no se dejan ver, aunque por la escondida bajada, tenemos punto identificados y esta postal también merece la pena. Cuando nos adentramos en la espesa arboleda, vamos recogiendo los girones de niebla, el agraciado escenario hace acto de presencia a media ladera, sumamos “algún repechillo” para entrar en calor….la sierra, en su mejor versión -esta también cuenta-  nunca nos defrauda…..y desde aquí, Martín “El Fiero” en cabeza,  más descenso por tramos de las Morañegas y el hormigonado de “Las Parcelas”, antes de finalizar la inauguración la temporada montañera. Al final, para comentar la jugada y brindar por la dignísima etapa, zumo de cebada fresca y variedad de pinchos, aunque también  “apetezca un caldo calentito”.

Destacar de la ruta, en primer lugar, la vuelta a la siempre esperada temporada de montaña. En esta ocasión, había previsión de lluvia –que hemos salvado- pero lo que ha hecho más épica la jornada, ha sido la ascensión y descenso del mítico puerto de La Centenera. Con experiencia, oficio, precaución, cabeza y sin arriesgar en exceso, ya que las condiciones meteorológicas así nos “lo avisaban”. “La desconfianza y la precaución son los padres de la seguridad. ”Los problemas nunca se acaban, pero las soluciones tampoco….”

En definitiva, ruta circular de 45 kms. Los principales caminos transitados han sido; Paseo de La Triste Condesa- El Berrocal-La Parra- Camino de Los Marianistas- Alto de Las Machaconas- El Arenal-Puerto de la Centenera-Camino de Las Morañegas-Las Parcelas-La Parra-Arenas.

Pd: las fotografías están en orden inverso a la realización de la ruta. 


                                                 













Buen día……..SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”

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