lunes, 30 de junio de 2025

Ruta circular: Subida a las Antenas del Piélago.

 

Sábado (28-06-2025), tres caballeros veleños con las burricletas prestas y bien dispuestas, nos presentamos en el habitual punto de encuentro. Debido “a causas mayores, convocados a un evento de altura” por parte del caballero galardonado, Alberto “El Maestro Ceramista”, adelantamos la salida dominguera. A las 7.00 h, es la hora pactada, debido a las previsiones anunciadas y la empresa que tenemos que afrontar se presenta “algo ambiciosa”; La clásica etapa, subida a “Las Antenas”.

Comenzamos la jornada, envueltos en la leve brisa mañanera; nos damos novedades y hacemos las declaraciones de intenciones sobre la ruta que “nos espera.” Todo un acierto, el pactar una hora antes el inicio de la esperada contienda; tranquilos, retozando entre la palpable calma, casi “entre dos luces” como el despertar del nuevo día y,  con la amenaza sobrevolando de “otra ola de calor”, pero,  “si estamos en verano, ¿qué podemos esperar?” Sin apenas darnos cuenta, escalamos los primeros repechos, atravesamos las villas vecinas y nos adentramos en parajes más irregulares y entretenidos.

A nuestro paso, -sin prisa pero sin pausa- por la abigarrada estampa, de todo un poco vamos hablando; hacen acto de presencia algunos conejos, perdices con sus crías, raposos desprevenidos  y un lebrato, que  nos van abriendo y marcando  el laberinto de caminos. Al fondo, “el objetivo previsto” (¡¡¡cuántas veces habremos avistado este fotograma!!!) que cada vez más, “se irá acercando”. Pasamos casi de largo el pilón marrupeño, antes de “colarnos” en el tendido sube y baja hormigonado, a estas horas, también solicitado por grupos de senderistas; a la sombra, bien resguardados por la profusa y variada arboleda, todavía el solano se hace ameno y bastante llevadero, cargado de agradables fragancias que nos regala el madrugón mañanero, antes de aterrizar en La Hinojosa y llegar a pie de puerto, donde comienzan a sonar los tambores y las trompetas de “guerra.”

En este punto, una parada fugaz y les comento a mis compañeros, “que vamos muy bien de tiempo, no llegamos a las dos horas.” Comenzamos “el gran asalto” por los conocidos y exigentes repechones que nos aguardan durante toda la escalada; lo mejor del nuevo desafío -si puede tener algo bueno-, es que, por la posición del sol y la hora, vamos a subir cobijados a la sombra. Afilamos “las armas”, la cabeza en su sitio y  avisada y el punto de mira, “apuntando al alto del paraje lunar”. Poco a poco, vamos cogiendo altura y salvando los brutales desniveles que salen a nuestro encuentro; César “El Campeador”, sobrado, adelanta líneas; el amigo Roberto “El Bueno”, -sin casco para ir más liviano- se desenvuelve bien en estos primeros tramos. Muy complicado describir “estas verticales” hay que disfrutarlas-sufrirlas cada cual, pero,  ¿qué tendrán que cada año nos invitan a volver?; entre castaños, con la sombra, protegidos y con refresco incluido,  van cayendo “los puntos rojos”, cuando Roberto, nos avisa que tiremos “pa´rriba que nos espera en la portera.”  Pues lo dicho, nos retorcemos, resoplamos pero no desistimos por los empinados muros; llegamos “al primer alto” -la parte más dura, está hecha- y desde aquí, todo es más llevadero; más sombrajos, un callejón de  pinos y el paisaje lunar, al alcance de nuestras manos; todavía alguna tachuela, mientras nos vamos recreando con el espectacular entorno, este trago se hace menos amargo. Ya, en la definitiva cima, disfrutamos de las impresionantes vistas del valle, puertos y localidades conocidas; nos recreamos y echamos unos minutos, para coger aire e inmortalizar el esperado momento.

Desde la estación espacial, preparamos el cómodo descenso, disfrutando el momento, restando metros, “recogemos” al amigo Roberto, mientras nos perdemos por el tupido robledal y nos “amarramos” a la placentera bajada; muchos ciclistas escalando -nosotros, ya más relajados-, nos llenamos en el apacible y sereno puerto, hacemos buenas trazadas, disfrutando del reconfortante aire fresco, antes de arribar en el pueblo romero, para echar un tentempié. Refrescos, café y unos pinchos para reponer fuerzas, mientras comentamos la exigente jugada.  También, nos refrescamos y llenamos las botijas en “el pilón Larios”, antes de emprender el camino de vuelta.

Desde aquí, todo es más sencillo y ágil, aunque hasta Sotillo, se nota algo más de calor, a pesar de las discontinuas sombras; César se sorprende que no bajemos hacia “el desierto del Baldío”. Le explicamos, que a pesar de los tramos de subida que nos quedan, por “este tobogán” vamos más resguardos y esquivamos las altas temperaturas que ya se van notando. Pues lo dicho -otro acierto en la calurosa etapa-, también nos encontramos con algo de aire -que se agradece- sumamos más desnivel en nuestras piernas, aunque cabalgamos “con brío y soltura” a pesar de “la que llevamos encima”; volvemos a atravesar las localidades vecinas, -señal del final de fiesta-; “El Campeador”, en plena forma, toma la vía directa hacia Velada; “El Relatero”, y su escudero, optamos por la vía izquierda, para acompañar al amigo gamón hasta su casa. Hacemos los kms de rigor, con “sus tres cuestas” ensalzando las piedras caballeras, la  efímera  y entretenida bajada, con la despedida hasta “la parranda nocturna”, para clausurar la exigente ruta,  unos minutos antes  de las 13.00 horas.

Destacar de la etapa, además de su “renombre” -lo tiene ganado con nota y el temor que provoca- , destacar la rigurosa subida desde Hinojosa, hasta el alto de “las antenas”; por su dureza, exigentes desniveles, pero a la vez, bastante generosa con su profuso  paisaje de castaños, pinos y robles que nos acompañan a lo largo de dicha subida y durante la bajada del mítico puerto. “No hay meta inalcanzable para quien tiene la constancia de intentarlo una y otra vez.” “No hay atajos para llegar a los lugares que realmente merecen la pena.”

 Resumiendo, ruta circular de 88 kms (1.800 m. D+.) Los principales caminos transitados han sido; Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Velada-Mejorada-Segurilla, Camino del Hituero, Senda de Cervera, Camino del Lomo, Los Dornajos, Camino de Segurilla-Marrupe-Hinojosa-Navamorcuende-Almendral- Alto de Las Antenas, Camino del Robledal de Los Pelaos-Puerto Piélago-Navamorcuende-Camino de Sotillo-Cañada- Antiguo Camino de Segurilla-Camino del Hituero-Segurilla-Mejorada-Gamonal- Velada.

Pd: César, muchas gracias por tu aportación fotográfica (2).  

















 SALUD…………..y TIEMPO. 


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdidos sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio.” 

lunes, 23 de junio de 2025

Ruta Circular: Subidas El Bonal-La Mataburras-El Vertedero-El Riscal-La Gran Muralla-Valcecolmenares-Atalaya de Segurilla (+ extra).

 

Domingo (22-06-2025), con las burricletas prestas y bien dispuestas, cinco caballeros veleños, más Sergio “Simba”, aspirante en prácticas, nos presentamos en el habitual punto de encuentro; otros notables compañeros, ya “hicieron los deberes el sábado.”. Después de varias jornadas llaneando, con rutas combinadas, para hoy, “sin alejarnos mucho del pueblo, una ruta de montaña”; La Segurillana.

Comenzamos la jornada, con temperaturas frescas -¡¡¡qué sorpresa!!!-, circunvalamos el territorio, agradeciendo “el inesperado refresco”; cabalgamos bien agrupados, “de cháchara” por el vistoso terralgo. Juan Carlos “El Lobo”, dando instrucciones y consejos “al filial ”, por estos  serenos y tranquilos parajes. Afrontamos “la primera subida del día”, para “calentar” y configurarnos en modo escalada; con cautela y calma, ya que “tenemos mucha tela que cortar”; lo mejor, que vamos a la sombra y las curvas y su desnivel, se hace más llevadero.

Desde Mejorada, nos adentramos en la divertida y vertiginosa “montaña rusa”, pasando por ”la angosta y técnica vereda de ventas, tantas veces surfeada y admirada”, antes de aterrizar en la cañada. Nos “remangamos” ya que, desde este punto, iniciamos el carrusel de subidas por el término cagarrache. Se confirman las buenas noticias, ya no es casualidad, el día no tiene prisas por abrir y en plena ascensión “una lluvia fina”, nos riega los caminos y no nos desgasta en los hitos más críticos. Tras la segunda del día, “El Lobo”, nos comenta que continuemos la marcha, ya que va a acompañar “a su pupilo.”  

A nuestro paso, un tímido e intermitente aguacero que va refrescando el apacible ambiente; el olor a tierra mojada “nos da alas” y nos permite escalar más cómodos y con brío. Tiene su encanto, a las puertas del verano y los días pasados de calor, el cabalgar en una jornada con tapices grises, que va limpiando el agraciado paisaje, mientras los convocados escalamos “algo desconcertados”, pero que agradecemos y firmamos. Sobre la marcha, en una de las vueltas, con casi tres horas "a cuestas",  unos minutos para reponer fuerzas y continuar con la empinada faena.

Poco a poco, se van sucediendo los repentinos minipuertos con sus “duros repechones” que nos ponen a prueba y nos hace sudar en la jornada sin sol. Roberto “El Bueno”, está pletórico y se asoma demasiado a  la primera línea; el amigo  Gabriel “Schweeping” en plena forma, también se desenvuelve bien por el paraíso de cuestas;  Gabriel “Machaque” está algo “escaqueao, aunque lo solventa a su manera, parece que tuvo noche toledana”, le comentamos. Para redondear la etapa de cuestas, encendemos “la vela del pastel” y nos encaramamos “a soplar” en la cima de la Atalaya de la localidad vecina.

Desde aquí, afrontamos territorios más favorables; el efímero descenso para “destensar”, un plácido paseo por el circuito recreativo, con alguna avería “sin consecuencias”, mientras cabalgamos más distendidos y tranquilos. Por la Ciudad de la Cerámica; en plena avenida, echamos “un refrigerio en el barrio”, antes de recoger los caminos menos complicados, enlazamos con el desaliñado y concurrido carril, dejando atrás, un líneo de huertas, parcelas frutales y granjas que se mueven con prisas. Después de las deliciosas horas que hemos vivido por “los cerros”, ahora el calor ya se deja notar y nos “acribilla a poco de clausurar la jornada”; dejamos al amigo gamón a las puertas de casa y para rematar, “la última tachuela”, con la tarea hecha, antes de despedirnos hasta la próxima semana.   

Destacar de la mañana, las espectaculares temperaturas que hemos tenido durante toda la mañana, sobre todo en todas las cuestas que hemos realizado, lo que nos ha favorecido para no desgastarnos en exceso. Algunas gotas de agua, ambiente fresco de “primavera” contra todo pronóstico, esto que hemos ganado. No menos importante, la ruta y el variado repertorio de subidas que nos hemos “merendado durante la mañana.” “Por qué pedir al cielo lo que está en nuestra manos.” “Pura quietud y armonía de la lluvia para relajarse.”

Resumiendo, ruta circular de 77 kms (1.100 m. D+) Los principales caminos transitados han sido, Camino de Los Perales, Camino del Molino, Camino de La Mojeda-El Baldío, Camino de los Huertos, Camino del Bonal-Mejorada-Segurilla, Camino del Madroño -Mataburras-, Senda de la Venta, Cañada Real Leonesa Oriental, Senda del Ruiseñor- Camino de Montesclaros-Vertedero-, Camino del Hituero-El Riscal- Camino de las cochineras, Camino de Buenaventura -La Gran Muralla-, Camino de Montesclaros, Camino de Mojosal, Camino de Valdecomenares, Atalaya de Segurilla-La Portiña, Talavera, Camino del Pino, Camino de la Mesa Alta- Antiguo camino de Oropesa, El Casar-Torrehierro-Gamonal-Velada.














SALUD………….y TIEMPO.


“…mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”