martes, 26 de diciembre de 2017

Ruta navideña: 24D

Domingo, veinticuatro de diciembre, con el cielo nada claro y  las temperaturas “bajo cero”,  siete caballeros veleños acudimos al pactado punto de encuentro. Con las burricletas bien dispuestas y con menos asistentes de la cuenta, la ruta “navideña”  ya está sobre la mesa y  lo mejor  será, no tocar ninguna línea ni cuesta; tenemos jornada de subes-bajas y un castillo de estrechas  sendas.

Iniciamos la jornada, dirección Gamonal, por la arreglada y anchurosas vía; se escuchan conversaciones varias, mientras intentamos “calentarnos” a golpe de pedal en el gélido día. Por la parte trasera, circunvalamos la villa vecina y después de cruzar la zona recreativa, nos configuramos “en modo subida”; desde este punto no hay tregua y después de la rampa de hormigón y el primer “sofocón”, comenzamos a entrar en calor. Desfilamos por el grisáceo y empinado decorado, entre bancos de nieblas, desafiando –una vez más- a las conocidas cuestas, incrustadas en el entretenido y rasgado tobogán. Atrás,  dejamos las poblaciones de  Mejorada y Segurilla, todavía adormiladas y de sus gentes, no tenemos señales de vida; nos adentramos en el pasadizo de “los leñadores”, senda rápida y atrevida y correctamente engalanada de muretes de piedra y perfumadas encinas. A mitad del camino, viramos a la izquierda, abrimos la rudimentaria portera y por la extensa pradera, escalamos hacia “el sendero del terror”. En este punto, se disparan los expectantes  flases, mientras  nos recreamos por la angosta senda de etiqueta negra,  con tramos de chocolate y miel,  para deleitar  al delicado paladar. Después de degustar el delicioso manjar, unos metros por la ancha pista y desde el revestido pozo, un “toparriba” hacia la laureada vereda de dibujos animados; limpia y bien cuidada,  que nos deja sin habla y nos embelesa; ¿qué decir de este encumbrado rincón?  Todo un placer para los sentidos, nos desplaza a la séptima dimensión, a la vez,  que nos embriaga de felicidad y  emoción. Después de tanta poesía bucólica y letargo abigarrado, salimos a un tramo más relajado y soleado, donde repostamos;  intercambiamos dulces y otros alimentos, para recuperar fuerzas y continuar con la batalla cerrera.





























Reemprendemos la marcha y para no perder  la mágica  tradición, continuamos por  la tendida ascensión; sin llamar, entramos en “la senda Cervera”,  más cánticos y alegres melodías por la ceñida vereda  que nos guían al pórtico de  “San Marrupejo”; pasos místicos, bien regados y perfumados de animación,  y una alfombra mullida de hojarasca seca  y piedra suelta por el estrecho sendero, hacen las delicias de la cuadrilla burriclista; "el momento actual está lleno de alegría y felicidad. Pero si no estás atento, no lo ves".  También, alguna liebre echamos a la mochila, tenemos un conato de avería y por estos benditos lares,  saludamos a otros intrépidos burriclistas. Después de tanto ratoneo,  por tramos demasiado ajustados, de poner a punto la pericia y habituar las piernas ¿quién se acuerda ahora del frío? salimos al Hituero tendido. Afrontamos los últimos tramos empinados, cruzamos –ahora sí- las animadas villas vecinas y sin más novedad, bueno, algún arreón  y un pique “con motor” por la acogedora vía veleña, arribamos al punto de partida. Felicitaciones y buenos deseos entre los congregados y para el último día del año quedamos citados.















Resumiendo, ruta circular de 45 kms, los principales caminos transitados han sido: Camino de Velada-Gamonal-Mejorada- Segurilla; Senda de los Leñadores (Contrabandistas), Sendero del Terror, Camino de Meregil, Senda del Pozo, Camino de Los Dornajos, Senda Cervera, Camino de Segurilla a Sotillo, Vereda del Marrupejo (Corto-largo), Camino del Hituero, Camino de Segurilla-Mejorada-Velada.


Pd: Roberto, Cristóbal, muchas gracias por vuestra aportación fotográfica (5)


Buen día…………….SALUD.


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….”