lunes, 27 de agosto de 2018

Ruta: Navamorcuende (Minipiélago)


Domingo, veintiséis de agosto, en el habitual punto de encuentro, dos caballeros veleños y Fernando “el aspirante” al  distinguido título,  nos acompaña con humor y sonriente. Notables ausencias, por vacaciones, asuntos propios y motivos varios que nos traen estas  fechas veraniegas.  Roberto “El Bueno” previo aviso, había marcado el apetecible  itinerario, a Navamorcuende por el Piélago medio.

Comenzamos la jornada, dirección la gran Cañada, por “El Barbú”, afrontamos la tempranera Gamonosa y sus discontinuas cuestas para calentar y “avisar a las piernas”. A nuestro paso, extremamos la precaución, ya que vienen vehículos  de la verbena de la población de Mejorada; también encontramos un coche volcado (previamente, ya no habían  avisado otros burriclistas) y a sus integrantes, sin heridos , pero  “algo asustados”,   ya habían dado parte y a la grúa estaban  esperando "un tanto desconcertados". Cruzamos las villas vecinas "sin hacer ruido",  para adentrarnos  en “pasos más entretenidos”; mis compañeros de fatiga, hablan de mecánica y técnicas más avanzadas sobre las burricletas; por mi parte, ensimismado  “le doy vueltas al coco”,  me recreo con los relajados parajes,  por el avanzado estío, abrasados: “Siempre hay un libro abierto para todos los sentidos: La naturaleza”.   Cerros amarillentos a nuestro paso y  “como una patena, reluciendo”, mientras,  nos “columpiamos” por el encinar y los intermitentes  repechos que vamos encontrando por el bosque ahogado. Desde “cuatro caminos” y por  la sombra del camino, arribamos en Marrupe, donde también disfrutan de sus fiestas veraniegas, aunque a estas horas, no encontramos a nadie por sus calles. Desde este punto, nos colamos en el caótico laberinto de senderos y trochas; a nuestro paso, vallados de jaras, enebros y lúcidas chaparras; también,  salvamos fuertes desniveles de “todos los colores”, algunos pasos del  veintiuno por ciento, según nos radia el compañero. Toboganes de cuestas al sombrajo, que nos ponen a prueba y  hacen sacar lo mejor de cada uno;  sudor y pundonor para doblegar las fuertes pendientes que se ocultan por el paisaje envolvente. Disfrutamos con las vistas del Piélago Alto y sus vivas postales, mientras ascendemos por el  valle de los robles; nos colamos por el acogedor callejón a la sombra resguardado, mientras un ejército de moscas nos dan la brasa revoloteando por nuestras caras  y no dejan de dar la lata; atravesamos el generoso bosque, de castaños y pinos engalanado y  por la divertida senda al depósito nos asomamos. En la villa de Navamorcuende parada obligada, nos hidratamos con ganas en la refrescante fuente y algo picamos para reponer fuerzas y evitar sobresaltos.





























Reemprendemos la marcha, el camino de vuelta es un vuelo a destajo por la polvorienta travesía;  salvando los continuos subes y bajas y sin darnos cuenta, cruzando la anchurosa cañada; desde Sotillo, -ni paramos a coger agua-  y para no variar,  optamos por la alternativa más “salvaje”, para acumular desnivel y no enfriarnos por estos andurriales abigarrados. Por la vetusta  y serena vía, nos hacemos con todos los escollos que salen a nuestro paso;  tiramos y bregamos por los abruptos paisajes y con éxito nos graduamos en cuestas y notables pendientes. Cruzamos las villas vecinas y por mi parte, de las veces que pasamos, ya no sé,  si en una u otra, entro o salgo; sin apenas parar, repongo agua fresca en el parque zorrero y por el camino veleño, cabalgamos animados con mucho brío, echando cuentas de kilómetros y acumulados que vamos sumando.  Sin más novedad, transitamos los parajes cerreros, que nos indican el casi final de la genial etapa y en esta ocasión, nos despedimos en la plaza: “El que nos encontremos tan a gusto en plena naturaleza, proviene de que ésta no tiene opinión sobre nosotros”.  Hasta la próxima semana.

 






En conclusión, ruta circular de 68 kms, los principales caminos transitados han sido; Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Velada-Mejorada- Segurilla, Camino del Hituero, Antiguo camino de Sotillo de las Palomas, Camino de Meregil, Camino de los Dornajos, Camino de Marrupe-Hinojosa-Navamorcuende. Camino de Sotillo de Las Palomas, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Sotillo-Segurilla, Camino del Hituero-Segurilla-Mejorada-Velada.


Buen día………SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”




miércoles, 22 de agosto de 2018

Ruta: Puertos Míticos (Pedro Bernardo-Serranillos-Del Pico)


Domingo, diecinueve de agosto, instalamos el arco del  triunfo  en el merendero de  “Playas Blancas”;  como no podía ser de otra forma, después de algunas gestiones y llamadas varias,  tenemos etapa serrana. Siete caballeros veleños somos los afortunados para el riguroso reto; también, nos acompaña Fran “The Doctor” como invitado de honor,  para internacionalizar el grupo  y echar más picante al pelotón.

Iniciamos la jornada, con marcadas caras de felicidad y  degustando las dulces sensaciones con las que nos agasaja la bondadosa montaña; el zarpazo del aire limpio y fresco (“tirando a frío), el embriagador aroma que se zarandea por el  inmenso pinar, nos hacen perder el juicio y por momentos, tendemos a delirar. También pedaleamos, eso sí, desde el minuto uno en sentido ascendente; bien agrupados cabalgamos, a la vez que,   de todo un poco vamos hablando, de temas varios, actualidad, deportes y sociedad; nos recreamos con las genuinas estampas montesas que vamos encontrando a nuestro paso, aprovechamos para tirar fotografías y en cada suspiro que damos, vamos empinando el apetecible  camino. Recorremos parajes adecentados, que rezuman olor  a resina, mezclado con multicolores sensaciones, alejados del mundanal ruido, en medio de la nada,  que  nos hacen dueños de las mil maravillas que nos regalan las transparentes pistas. Sin dejar de escalar, nos adentramos en “la senda del vértigo”, un rincón para enmarcar, escondido del mundo, digno de admirar y disfrutar, dichosos los que nos colamos sin llamar. Después de tanta gratitud y encanto, salimos a la ancha vía, nos acompañan las agradables temperaturas por estas benditas alturas, según vamos escalando, agradecemos los metros de sol que se cuelan por la espesa arboleda;  también nos asomamos por “el techo del mundo”, para saborear las prósperas vistas que se muestran a media ladera y a más de uno “dejan con la boca abierta”. Parapetados  entre los desmedidos pinos, continuamos ganando altura; a nuestro paso, pilones rebosantes de agua fresca, el sonido mágico de las chorreras alegrando los sentidos,  majadas de cabras a estas horas, todavía encerradas y también, nos quitan el hipo, los fotogramas de  la cadena montesa de Gredos  y   las espectaculares vistas del barranco de las cinco villas.
 Después de coronar “El Puerto de  Pedro Bernardo”, el fugaz descenso, para relajarnos y coger “resuello” del majestuoso paisaje, gobernado por un apoteósico silencio. Sin más dilación, afrontamos el segundo puerto del día, bien agrupados, echando la vista atrás, esperando –sin parar-  cuando tenemos que agrupar; también damos algunos relevos “sin apretar de más”,  para animar la marcha y cuando hace falta, nos echamos a “la sala de recuperación” para reparar   las piernas y la respiración. En algún momento, suenan las campanas y se disparan las alarmas y “desde la sala de los picaos”, encabezados por Fran, se rompen las hostilidades y en plena subida, parece “que algunos” van llaneando. Después del “esperado calentón”, de  uno en uno coronamos, reponemos las botijas, nos hidratamos y también nos alimentamos; fotografías de rigor en el panel informativo, intercambio de opiniones con los ciclistas de Arenas y antes de partir, tenemos que avisar y de las riendas tirar  a Ilde “El Suegro” (“estás como un toro”) , que en las torretas se quería encaramar. 





















































Preparamos la inminente y estirada  bajada, planeamos por  el firmamento de Serranillos,  "lujo y placer" en medio de la nada, teniendo “al monte Cabezo” como digno testigo; sin dejar de subir,  nos adentramos en la pista del Horco, entre un mar de  pinos;  camino incómodo entre canturriales, regueras que nos ponen en alerta y “bajada pestosa y demás de rota”. Me siento afortunado y bien resguardado por el elenco de valerosos  soldados que cabalgan a mi lado; Ilde “El Suegro, por su tesón,  ejemplar y digno de admirar; Luci “Frome”, además de la amistad, como el mejor vino “cada año va a más”; Cristóbal “El Nazareno”, eterna juventud, en plena progresión y “mucho por ganar”; Gabriel “Machaque”, “rey de la combatividad”,  entrega y arrojo, amigo,  estás hecho  todo un coloso; Diego “Sin Miedo”, por sus cualidades y elegancia “roza lo profesional”; Alberto “El Maestro Ceramista”,  humor y alegría para el grupo, además de su  fuerza sobrenatural, tiene  “gen animal”; Fran “The Doctor”, lujo de compañía en este día, portento físico, con denominación de origen y  etiqueta negra francesa (Oh la la! Oh la la!)  
 Por estos lares, coronamos el mítico Puerto del Pico y desde aquí, “volamos pabajo”; un quinteto nos colamos dirección al Arenal, los demás compañeros, marchan en línea recta,  quieren recortar  y al punto de partida ya quieren llegar. Disfrutamos del Barranco de las Cinco Villas desde otra perspectiva; reconocemos zonas que en el día de hoy  hemos conquistado, pero tenemos “un pequeño fallo”. El gps manual, tiene un cortocircuito, se ha despistado; Alberto “El Maestro Ceramista”, el cruce que debemos tomar,  no lo  tiene  claro, tampoco “aparece la señal”; nos toca investigar, subimos y volvemos a bajar, por tramos “perdidos”, por aquí ¿o por allá?;  a nuestro paso, parcelas aisladas,  piornos, chaparras y zarzas taponando el angosto camino, “en alguna osera nos metemos” pero “cuesta abajo el camino encontramos”; subidas hormigonadas , otras,  bastantes empinadas y quebradas y cuando encontramos la primera salida, abandonamos el circular laberinto y los últimos kilómetros los hacemos por asfalto, para entrar dentro de tiempo y no tener sobresaltos. Arribamos en Playas Blancas, damos novedades a nuestros compañeros, que llevan unos minutos esperando  y damos por clausurada la exigente  etapa de los puertos. Hasta la próxima semana.










Resumiendo, ruta circular de 70 kms, los principales caminos transitados han sido: Camino del Amoclón, Los Pozos, Puerto de la Reina, Camino del Madroñal, Senda del Vértigo, Camino del Techo del Mundo (Las Solanas), Puerto Pedro Bernardo, Puerto Serranillos, Camino del Horco, El Colmenar, Puerto del Pico, Pista del Arenal, "Laberinto" de los Avaejos, N-502, Playas Blancas.


Pd: Cristóbal, muchas gracias por tu aportación fotográfica (3).



Buen día…………….SALUD.


“….mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”