El día antes de la fecha señalada, es
una jornada “loca” de llamadas telefónicas y mensajes de “fuerza”, ánimos y
buenos deseos sinceros, por parte de excelentes amigos y compañeros de fatigas,
que en esta ocasión (“muy a su pesar”) no nos podrían acompañar. De sobra
sabemos, que por ganas no sería; factores que no podemos controlar y
circunstancias varias, son la causa principal de estas ausencias más que
justificadas. Las últimas horas del viernes (5 Oct), fueron una contrarreloj y
un no parar de repasar preparativos y pequeños detalles a considerar, para
enfrentarnos con ciertas garantías a nuestro desafío anual: Burricletas a
punto, herramientas necesarias, alimentación, hidratación y luces bien cargadas
y preparadas.
Las horas de dormir y/o descansar, son
un “sin vivir”; vueltas en la cama, contar “ovejas” -o kms-, nervios a flor de
piel y otros pensamientos divergentes que me activan y me impiden conciliar. Todavía
me parece mentira, que a estas “altura del cuento”, que estas nimiedades “nos
alteren el sueño y se adueñen de nuestro descanso” ¡¡¡Cómo si fuera la primera vez!!!!¿Será
la ilusión, motivación, ganas de nuevas aventuras? ¿Quizás el miedo a “fallar”
a no llegar? Son un manojo de “incontrolables” sensaciones, tantas veces
vividas y sentidas, que desde mi experiencia (Tanto a nivel personal como
profesional) siempre auguran vivencias positivas ¿Por qué serán tan difíciles
de dominar? ¿Qué misterio habrá? No me cabe la menor duda, de que el cansancio
se hace conmigo y “en un abrir y cerrar de ojos” las cinco de la mañana, me
sorprenden sin despertadores ni alarmas. A estas horas poco habituales, se
repite el ritual de siempre; en modo “off”, poco a poco me voy “acoplando a mi
cuerpo”, preparo un generoso desayuno para no desfallecer en el intento, me
enfundo el traje de “guerra” y ultimo/reviso todo lo preparado la noche
anterior ¿Qué podría fallar? La suerte ya está echada, el examen preparado, las cartas repartidas, los dados dando vueltas en el cubilete y "los condenados en la hoguera...."
Sábado seis de octubre, a las seis de
la mañana y en el habitual punto de encuentro, nos damos cita seis caballeros
veleños: La conquista de El Monasterio de San Lorenzo del Escorial es nuestro
desafiante reto. Con las burricletas bien dispuestas y prestas para la exigente
contienda, con tanta expectación y ante la desconocida batalla no nos amilanamos;
focos preparados, los nervios bien templados y la confianza bien amarrada,
partimos en medio de la noche, todavía cerrada. En la cañada, a mitad del camino,
pasando la carretera de Montesclaros, hemos quedado con el trío Talaverano:
Diego “Sin Miedo”, Antonio Medina “El Estratega” e Ilde “El Suegro”.
Martín “El Fiero”, Lhesem “La Gacela
del Sahara” e Ilde “El Suegro”, también se animan y quieren acompañarnos
durante unos kilómetros, pero su objetivo “son las antenas del Piélago”, como
bien sabéis, es una de nuestra etapa estrella. Muchas
gracias por el detallazo de vuestra compañía y por los ánimos recibidos, al despedirnos en Almendral de la Cañada.
Comenzamos la jornada, con la noche
bien entrada, nos vamos de paseo por la fresca cañada, a estas horas, dominada
por las temperaturas bien bajas. De sobra sabemos que la dura etapa, no va a
ser sencilla, ni va a estar exenta de
obstáculos y dificultades varias, no hay espacios “para la publicidad ni el
romanticismo”, ni excusas, ni dudas, simplemente se va. Bajo la bóveda estrellada, cruzamos los
comprometidos arenales, cabalgamos bien agrupados, aunque todavía “aturdidos”
por el tempranero horario; intentamos ir entretenidos, hablando y comentando
“sobre el lío en que nos hemos metido”; sobre la marcha, vamos recordando la importancia de “beber sin
sed y comer sin hambre” porque “la kilometrada promete”. Por mi parte, con los artilugios luminosos, me
creo que son los de la mesilla de noche y todavía “cabalgo adormilado” y
bastante ensimismado. Es algo especial
“danzar” bajo el manto de estrellas, disfrutar del frescor que la noche nos
brinda y respirar el aire transparente, inocente, sin contaminar; reducimos la marcha (porque
parados, algunos se quedaban helados) para que enlacen los compañeros “talaveranos”;
cruzamos las villas tranquilas, todavía anestesiadas por la profunda
oscuridad y sin rastro de vida por el lugar; entre
risas y precaución nos topamos con “una
capea nocturna”, el ganado bravío corría espantados “por todos lados”; también,
salvamos los primeros tramos empinados y entre dos luces a Navamorcuende
entramos. Con los amagos del nuevo despertar, volamos por los toboganes del
“Dragón Khan”, hasta que aterrizamos en el Almendral; en este punto,
dejamos a nuestros compañeros, su
destino es “el elevado paraje
lunar”; su misión, las antenas
van a orientar y configurar. Nos despedimos con cierta “morriña”, porque sabemos que les hubiera gustado
enfrentarse al gigante que tenemos delante.
A nuestro paso, recorremos diversos escenarios, con decorados
multicolores y variedad de caminos transitables; kilómetros de Cañada Real y
vías pecuarias bien balizadas y señalizadas que nos llevarían por tres comunidades autónomas distintas; algún
tramo de carretera, para enlazar sierras
y parajes montañosos espectaculares, dignos para el deleite y admiración y
“pegarnos un calentón”. Nos topamos con
extensos paisajes abiertos y también, la tupida arboleda, que con elegancia abraza a los adecentados
caminos; distintas localidades nos han recibido y con amabilidad han abierto sus puertas y sin hacer ruido, nos hemos alejado, porque todavía "nos queda tajo".
Dentro del grupo, hay bastante
experiencia y galones en etapas largas, participaciones en maratones con renombre y épicas consagradas,
son las credenciales que nos avalan. Gabriel “Machaque” su saber sufrir, tesón
y continuidad, le hacen destacar.
Alberto “El Maestro Ceramista”, le hace falta muy poco, sobrado, se motiva por sí solo; Pedro “Hierros”, es
todo un animal del pedal, su fuerza y garra le consagran; Diego “Sin Miedo”,
en su saber hacer está su fuerte, su
lema “siempre a más”; Antonio Medina “El Estratega”, lidera la primera línea,
sus entrenos son de calidad, “nunca se guarda ná”. Francis “Sevilla” debuta en
jornadas de largo recorrido, por su pundonor y entrega, seguro que va a
triunfar.
Hemos surcado pistas anchas y divertidos senderos
estrechos, para recrearnos y degustar
los dulces tragos; nos hemos adentrado en inmensos pinares, cubiertos de jaras
y de las perennes retamas; desde el principio, de forma progresiva hemos ido
ascendiendo, sumando metros de desnivel ,
salvando duros repechos (algunos del 15%), ¡¡¡ostras con la trocha
quebrada de San Antonio!!! y
discontinuos subes y bajas que nos iban limando las fuerzas y haciendo “mella
en la cabeza y las patas”; no podemos olvidarnos de la quebrada senda de “La
Silla de Felipe II” todo una prueba para rematar la faena. Nos hemos refrescados en fuentes y pilones que
salían a nuestro encuentro; hemos abrevado agua fresca, refrescos, caprichos
dulces en tiendas de barrio; “siempre las botijas llenas”, nunca sabemos
que nos vamos a encontrar. A nuestro paso, hemos divisado grandes vacadas por
la campiña “desparramadas”, algunos rebaños de cabras que perfumaban la
misteriosa montaña y una granja de
avestruces correteando por la verdosa explanada; sobre nuestras cabezas,
también han sobrevolado algunas
rapaces, buitres y aguiluchos,
metidos de lleno “en faena” y
custodiando los impecables territorios
serranos. Enormes lagunas y embalses nos hacen girar la vista y contemplar sus
concurridas aguas de “palistas y turistas”; por supuesto, para no perder las
buenas costumbres, hemos tenido que abrir algunas porteras, somos especialistas
en saltos de vallas y “candados” de puertas varias.
Pero en esta exigente jornada, todo no
iba a ser “coser y cantar”, “esto no es ninguna charlotada”; 120 kms y 2000
metros de desnivel positivo dan para mucho. Hemos tenido más averías de las habituales (pinchazos, paradas
para inflar por si acaso y roturas de
cadenas) que nos hacían detener la marcha y volver a empezar. Hemos sabido
sufrir y afrontar las adversidades encontradas, duros repechos atizados por el
solanero ; el calor, también nos ha desgastado
en algunos tramos y según íbamos avanzando, hemos cruzado los dedos para que no
nos “atacara el tío del mazo”. Nos hemos
sabido sobreponer a la “desesperación” de las inesperadas averías. Pero lo mejor de todo, la
solidaridad, comprensión, trabajo en equipo, ayuda compartida, la capacidad de sufrimiento y “la superación personal” “de los elegidos”, así como la buena armonía (pilar fundamental) que ha prevalecido en todo momento. “Lo que
hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad…” “Si utilizas más tu fuerza de
voluntad conseguirás todo lo que te
propongas…” “Nadie te golpeará tan fuerte como lo hará la vida, pero debes
resistir y seguir luchando”. “La energía que tenemos es prestada y algún día
tendremos que devolverla”. “Lo difícil se consigue, lo imposible se intenta….”
A nuestro paso, para rematar la etapa,
no sin antes reparar la última avería del día, nos recreamos por el frondoso
bosque de la Herrería, a estas horas, repleto de familias y senderistas; intuimos los metros
finales, con tanta algarabía y señales de vida; desde la altura, avistamos el
monumental monasterio y en un “tobajo”, disfrutamos de lo “poco que nos queda”, trayendo a
nuestras memorias, todo lo que atrás hemos dejado. Victoriosos,
cabalgamos por los imperiales jardines y
parapetados entre el agradecido sombrajo que nos regalan los
flamantes árboles. Entramos felices y
triunfantes en “El Monasterio del Escorial”, custodiado por el Monte Abantos y
las impresionantes Machotas. En el objetivo fijado, nos aguardan nuestras parejas, retoños y familiares, que nos animan,
jalean y felicitan por la enésima hazaña conseguida. Una vez más, MUCHAS
GRACIAS por “aguantarnos y acompañarnos”. Después de dar novedades, fotografías
de rigor (este año, la bandera veleña se
nos olvidó), la merecida ducha para recuperar , brindis con zumo de cebada por la exitosa
jornada, comida en La Chistera y paseo cultural en familia, para recordar.
En definitiva, ruta lineal (ida) de
120 kms, los principales caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa
Oriental, Cañada Real (Sotillo de las Palomas, Navamorcuende, Almendral de la
Cañada, Fresnedilla, Higuera de Las Dueñas, Sotillo de La Adrada, Navahonda,
San Martín de Valdeiglesias, Camino Huerta del Monte, Urbanización Los Rosales,
Camino del Molino, Embalse de San Juan, Robledo de Chavela, Camino de la Vega
del Chorro, Camino de La Puebla, Robledo de Chavela, Camino de
Valdemorillo-ermita de San Antonio, El Portachuelo, Camino de Hontazuela,Camino de Zarzalejo al
Escorial, Senda de La Silla de Felipe II, San Lorenzo del Escorial.
Pd: Diego, muchas gracias por tu
aportación fotográfica (10), por el track (bien currado) y por las gestiones de
las duchas.
Pd1: Muchas gracias al personal del
Polideportivo Zaburdón por su trato tan cordial y cedernos las instalaciones.
Buen día………..SALUD.
“….mil caminos por andar y mucho
tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”