martes, 31 de marzo de 2015

Ruta: Arenas de San Pedro-Refugio Las Campanas.

     Domingo veintinueve de Marzo ¿el cambio de hora? La cuestión del  retraso, era un valor asegurado, “algunos” por los nervios “a pata suelta” han descansado. Por lo que,  salimos unos minutos más tarde de lo inicialmente  previsto. Desplazamos la caravana hacia las cercanas tierras paradisiacas; en la jornada de hoy, desde Arenas de San Pedro buscamos la hazaña  montañera. Alberto “El Maestro Ceramista”, nos quiere agasajar con un “manjar” por las  izadas cimas; Caballeros veleños, nobles gamoninos y “El Susi”, aventurero,  ilustre y personaje  ejemplar,  junto a su escudero Agustín, ya nos aguardan allí; once caballeros burriclistas  somos los elegidos para graduarnos en las nevadas alturas. Saludos esperados y las presentaciones de rigor, antes de apaciguar la ansiedad y tanta emoción.

      Comenzamos la etapa, ya en los primeros metros comentamos “el menú diario”; nada más iniciar,  los relajantes susurros del arroyuelo ya  nos animan a divagar; caseríos serranos por el paso “encementado” que nos conducen hacia la  extendida avenida de pinos; en distancias cortas, notamos los intermitentes cambios de temperaturas ¿será la presencia de la magia que ya empezado a aflorar? Desde la salida, cabalgamos sobre una línea  ascendente; a nuestro paso, un ciclón de belleza, que  a su antojo  nos “zarandea” por las fábulas de Arenas;  animadas chorreras, rezumando de entre las gigantescas piedras; callejones perfumados por el generoso pinar, tramos estrechos y la calzada empedrada, todos son uno,  incluidos en el mismo repecho. En la aldea del Arenal, nos agrupamos, “también echamos un trago” y hacia arriba echamos un vistazo. El compañero Agustín nos acompaña otro trecho, pero abandona porque no quiere lastrar en  la exigente batalla. Maravillosas estampas vamos coleccionando,  mientras  “hacia los picos nevados miramos asombrados”, “¿buscamos al caballero cellisco?” incluso soñamos con darnos un revolcón nevero; cruzamos el puente empedrado, cuando nos llega el aviso esperado, “ahora llega algo bueno” (y tanto), la repentina cuesta de hormigón, nos obliga a apretar los dientes ante la exagerada pendiente; más de un sofocón, “hasta haciendo senderismo es complicado mantener el equilibrio”; en la sorprendida escuadra –por el pino repechón-, arrojo y tesón ; “lo he conseguido”,  Diego “Sin Miedo” nos comenta desde “El alto del Torreón”; agrupamos al sofocado pelotón, momentos de dudas, ¿cuál es la correcta dirección? “por medio de  la huerta”, “bajamos por aquí”, Antonio Medina no lo ve nada claro y en el “ falso rellano se queda meditando;  “a nuestra derecha  sale la vía que buscamos”, nos asegura Oscar “Boliche” muy confiado. La pista correcta es más tendida, pero también pica “parriba”; nos permite “ir de cháchara” y dar un respiro a las piernas castigadas; llegamos a  un tramo de  vía asfaltada, “El Susi” nos imparte  una clase magistral sobre las orugas “procesionarias”; viramos hacia la izquierda y la senda de La Rubia nos indica hacia “las grandiosas cumbres”. Un nuevo compañero se alista en la atrevida cuadrilla; “El Gran Eolo”, con la vara del viento frío y atizando a la  cara, para dar más emoción a la inminente ascensión; “cada cual como pueda” es el obligado lema; curvas de herradura, otras más abiertas, de todos los colores; tramos por los temporales agrietados, también algún “pedrolo” esquivamos a nuestro paso; Alberto “El Maestro Ceramista”, “de fuerzas sobrado”, una y otra vez se adelanta para tal acontecimiento inmortalizar y a la vez, nos “radia por donde vamos”; en “campo abierto” el ofuscado “airoteo” es más persistente, nos sacude y amaga  con derribar; con temple y coraje conseguimos domar “al Señor de los Vientos”, y la gloriosa cúspide asomando a unos metros. De uno en uno vamos coronando, “tres compañeros atrás han quedado”; la burricleta de Martín “El Fiero” “se ha espantado”. Roberto “El Bueno”, parece que del imponente paraje se quiere adueñar, tanta fascinación se le marca en su rostro. Saludamos al campechano guarda, “los flashes” se disparan en todas las direcciones, nos deleitamos con las sublimes y empedradas panorámicas “que nos congelan hasta el alma” y en el acogedor refugio nos resguardamos, “tengo la sensación, que el firmamento hemos conquistado”. Por razones obvias, nos  abrigamos según vamos llegando y de paso repostamos; alimentamos los sentidos, también  compartimos viandas y “en pleno trance”, respirando armonía, comentamos las mejores jugadas.

 
      














































































     Reemprendemos la etapa, pero antes de partir, “El Forestal”, nos retrata y nos desea una buena marcha; en un “topabajo”,  kilómetros de descenso, “cosechando las sublimes postales en pleno vuelo”, desde la retaguardia, tanta  inmensidad vamos “controlando” y es hora de tasar ¡¡¡¡cuánto hemos escalado!!!! Es todo un espectáculo ver “esos puntos de colores” sobre  la infinidad planeando; momentos de concentración y cada cual,  encaramado en su “grado de precaución”;  saludamos a otros burriclistas, también se dejan ver algunos senderistas por la alargada pista. Sin novedad, la fugaz bajada damos por clausurada, aunque algunos compañeros “se quejan”  por  las “entumidas piernas” .Desde aquí, el amigo “Susi” nos tiene “alguna sorpresa preparada”; volvemos a entrar en la “pantalla pinera”; angostas sendas y pasos ratoneros nos hacen levitar por momentos; Gabriel “Lamparillas” todo “extasiado” allá va “voceando”; esquivamos piñas, ramas traviesas y para nosotros, “algún trecho con algo de riesgo”; las atentas ramas, con sus  gaitas y dulzainas amenizan la embriaga marcha; por la fantástica vereda, elfos correteando por todos lados  y las ninfas del arroyo, saludando a nuestro paso; salvamos un puente “casero” y por la tupida arboleda, salimos a las callejuelas del pueblo. Nos piden media hora, para hacer más senderos de fantasía, pero “por las prisas”, mejor acordamos, “para otro día”. Llegamos al punto de partida, cargamos las burricletas, despedimos a los amigos gamoninos y en “la opcional”,  para rematar la etapa, nos “regamos” con zumo de cebada. El día me deparaba otra agradable sorpresa,  Dani  “El Bonachón”, también sale a recibirnos y me da, que de esta ruta han salido más de “una quedada”. 











   







 



















     En definitiva, ruta circular de 36 kilómetros, los principales caminos transitados han sido; camino del Tejar, Senda de la Rubia, Refugio de Las Campanas, Senda de la Rubia, Camino de la Morañega, Ceubia Baja, Vereda de Los Caletos-Arenas de San Pedro.

   Pd: Roberto, Diego, Martín y Alberto, gracias por vuestra aportación fotográfica (16)

   Pd1: Despedida de la “cámara burriclista”. “La palmó” realizando  actos de servicio: testigo de miles de buenos momentos vividos y en  otros tantos kilómetros nos ha acompañado, tanto  en nuestras andanzas burriclistas como  montañeras. D.E.P.




   Buen día…..SALUD. 


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

martes, 24 de marzo de 2015

Ruta: Carril de Pan y Agua (Navalcán)

     
    Domingo veintidós de marzo, mañana nublada y la comarca aparece adornada con un cielo de lluvia amenazante ; trece caballeros veleños nos damos cita en  la jornada “burriclista”,  dos invitados también nos acompañan,  Víctor “escudero gamonino” y Marcos “Zoco” en  su “debut” parece algo nervioso al presentar la “solicitud” de  aspirante a caballero. Con las burricletas  bien dispuestas y  las mochilas cargadas con  “aperos” para combatir los posibles aguaceros; hoy marchamos a indagar y la novedosa vía explorar.

      Comenzamos la jornada, atravesando  las ilustres pero todavía desiertas calles de Velada, enfilados hacia los vastos  “parajes adehesados”; bien agrupados “de todo un poco vamos rajando”, hasta que en el grato encinar nos colamos; terrenos recién arados y por la espesura del monte,  “un grupo de ciervos” huyen espantados; al amigo Gabriel, la avería del pedal le hace abandonar y “antes de tiempo” a casa regresar; por la  plácida arboleda, su evidente serenidad  podemos respirar. Llegamos al “arenoso río”, “nos hemos metido en un buen lío”; algunos, cruzamos descalzos, otros buscan el paso “menos complicado”, la mayoría de los valientes, cruzan sobre sus burricletas encaramados y más de uno –todo hay que decirlo- con los “pinreles empapados” han quedado. Atrás, dejamos tramos embarrados y unos profundos charcos también hemos salvado; circunvalamos la villa navalqueña, de frente las genuinas vistas de la sierra contemplamos, cuando nos avisan que  Alberto “El Maestro Ceramista” la cadena ha hecho trizas; pero,  a Roberto “El Bueno” con su buen hacer y maestría, no se le resiste ninguna avería;  los demás aguardamos y  otra vez, todos hermanados en el desconocido camino nos adentramos; la pista ancha “acoge” a la intrépida escuadra, desde la bajura del cerro nos deleitamos con unas panorámicas de altura y en las peraltadas praderas, lozanas vacas paciendo despreocupadas; dominando el borrascoso cielo,  una docena de buitres ¿hambrientos? ¿Habrán oteado a algún tocado caballero?; con furor  nos enfrentamos al terreno más escarpado, en algunos momentos suspiramos, en otros resoplamos, pero para arriba con garra y  furor  arreamos; por la grisácea estampa de desafiantes nubarrones estarcida, entre alegres retamas, presumiendo con su hábito florido, de uno en uno vamos coronando y con “tanto pan y agua” ¿quién se habrá  atragantado? Como replica, Domingo “El Maca”, “con queso y buen vino se anda mejor el camino” -por la retaguardia comenta- (“y nos quieren hartar a “pan y agua”); Diego “Sin Miedo”, sigue con su plan de entrenamiento y “aliado”  con Martín “El Fiero”, por los abruptos repechos, remolcan al “Gran Maestro”. En la parte más alta, decidimos repostar y a  la “andorga engañar”; comentamos la travesía “aguileña”, entre todos, divertidos momentos y anécdotas para recordar, mientras degustamos los exquisitos alimentos; “vamos que cabra vieja no quiere siesta y ahora  parece que chispea”.


     















 








































     Retomamos la pintoresca etapa, cabalgamos por la  acogedora avenida de pinos y un laberinto de jaras, avivan los ánimos de la nutrida escuadra, después de escalar “las penúltimas cuestecillas” ; “desde aquí, todo es bajada”. Por el vetusto camino, algunos se “dejan el alma”, otros, desafiando a los "elementos"  a “tumba abierta” se lanzan y los más “ilusos”, con las prodigiosas  vistas, vamos zurciendo el transparente aire límpido, para abrigar a los calmados sentidos. Las callejuelas de Parrillas cruzamos y en la “disimulada subida”, “El Gran Maestre” busca aliados, Diego “Sin Miedo” (una vez más) recoge el guante “y con fuerza el Maestro vuela”, con tanto tesón y brío  escala, que a su amigo Domingo “El Maca” se traga; sin daños que lamentar, es la tercera liebre que guardamos “a la saca”. Hacemos un “quiebro” al recto camino y elegimos  la opción menos transitada; nos volvemos a adentrar en el aletargado encinar, una vistosa postal se enmarca en la disimulada   estación otoñal; un día más, salto de vallas para no variar, algo más adelante, pasamos el río por la vía hormigonada, mientras los “flashes” con esmero se “disparan”; avistamos un rebaño de ovejas que a nuestro paso se dispersan en sentido contrario; quitamos alguna marcha para “no desperdigarnos” demasiado; atrás dejamos los abandonados establos y las concurridas casas de labranza. Por la retaguardia, Nico “Charcos” y Ángel “El Guerrero”, animan y dan aliento al incombustible Maestro. Más adelante  nos enfrentamos –cada uno como puede-  a la tendida –y de sobra conocida-  subida para rematar otra aventura y en el punto de partida dar por concluida la jornada. 

 



    















































     Resumiendo, ruta circular de 58 kilómetros, los principales caminos transitados han sido: Camino de Velada-Arenas-Parrillas-Navalcán, Camino de la Tabla, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Talavera a Navalcán, Camino de Valcasillo, Carril de Pan y Agua, Camino de Navalcán a Arenas; Camino Viejo de Arenas a Parrillas,  Camino de Parrillas a Velada, Camino Los Malagones, Camino de Parrillas-Navalcán-Arenas a Velada.

    Pd: Ángel, Roberto, gracias por vuestra aportación fotográfica (2 y 1).

    Buen día…………..SALUD.


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….”