Domingo
veintinueve de Marzo ¿el cambio de hora? La cuestión del retraso, era un valor asegurado, “algunos”
por los nervios “a pata suelta” han descansado. Por lo que, salimos unos minutos más tarde de lo
inicialmente previsto. Desplazamos la
caravana hacia las cercanas tierras paradisiacas; en la jornada de hoy, desde
Arenas de San Pedro buscamos la hazaña montañera. Alberto “El Maestro Ceramista”, nos
quiere agasajar con un “manjar” por las
izadas cimas; Caballeros veleños, nobles gamoninos y “El Susi”,
aventurero, ilustre y personaje ejemplar, junto a su escudero Agustín, ya nos aguardan
allí; once caballeros burriclistas somos
los elegidos para graduarnos en las nevadas alturas. Saludos esperados y las
presentaciones de rigor, antes de apaciguar la ansiedad y tanta emoción.
Comenzamos la etapa, ya en los primeros
metros comentamos “el menú diario”; nada más iniciar, los relajantes susurros del arroyuelo ya nos animan a divagar; caseríos serranos por
el paso “encementado” que nos conducen hacia la extendida avenida de pinos; en distancias
cortas, notamos los intermitentes cambios de temperaturas ¿será la presencia de
la magia que ya empezado a aflorar? Desde la salida, cabalgamos sobre una línea
ascendente; a nuestro paso, un ciclón de
belleza, que a su antojo nos “zarandea” por las fábulas de Arenas; animadas chorreras, rezumando de entre las
gigantescas piedras; callejones perfumados por el generoso pinar, tramos
estrechos y la calzada empedrada, todos son uno, incluidos en el mismo repecho. En la aldea del
Arenal, nos agrupamos, “también echamos un trago” y hacia arriba echamos un
vistazo. El compañero Agustín nos acompaña otro trecho, pero abandona porque no
quiere lastrar en la exigente batalla.
Maravillosas estampas vamos coleccionando,
mientras “hacia los picos nevados
miramos asombrados”, “¿buscamos al caballero cellisco?” incluso soñamos con
darnos un revolcón nevero; cruzamos el puente empedrado, cuando nos llega el
aviso esperado, “ahora llega algo bueno” (y tanto), la repentina cuesta de
hormigón, nos obliga a apretar los dientes ante la exagerada pendiente; más de
un sofocón, “hasta haciendo senderismo es complicado mantener el equilibrio”; en
la sorprendida escuadra –por el pino repechón-, arrojo y tesón ; “lo he
conseguido”, Diego “Sin Miedo” nos
comenta desde “El alto del Torreón”; agrupamos al sofocado pelotón, momentos de
dudas, ¿cuál es la correcta dirección? “por medio de la huerta”, “bajamos por aquí”, Antonio
Medina no lo ve nada claro y en el “ falso rellano se queda meditando; “a nuestra derecha sale la vía que buscamos”, nos asegura Oscar
“Boliche” muy confiado. La pista correcta es más tendida, pero también pica
“parriba”; nos permite “ir de cháchara” y dar un respiro a las piernas
castigadas; llegamos a un tramo de vía asfaltada, “El Susi” nos imparte una clase magistral sobre las orugas
“procesionarias”; viramos hacia la izquierda y la senda de La Rubia nos indica
hacia “las grandiosas cumbres”. Un nuevo compañero se alista en la atrevida
cuadrilla; “El Gran Eolo”, con la vara del viento frío y atizando a la cara, para
dar más emoción a la inminente ascensión; “cada cual como pueda” es el obligado
lema; curvas de herradura, otras más abiertas, de todos los colores; tramos por
los temporales agrietados, también algún “pedrolo” esquivamos a nuestro paso;
Alberto “El Maestro Ceramista”, “de fuerzas sobrado”, una y otra vez se
adelanta para tal acontecimiento inmortalizar y a la vez, nos “radia por donde
vamos”; en “campo abierto” el ofuscado “airoteo” es más persistente, nos sacude
y amaga con derribar; con temple y
coraje conseguimos domar “al Señor de los Vientos”, y la gloriosa cúspide
asomando a unos metros. De uno en uno vamos coronando, “tres compañeros atrás
han quedado”; la burricleta de Martín “El Fiero” “se ha espantado”. Roberto “El
Bueno”, parece que del imponente paraje se quiere adueñar, tanta fascinación se le marca
en su rostro. Saludamos al campechano guarda, “los flashes” se disparan en
todas las direcciones, nos deleitamos con las sublimes y empedradas panorámicas
“que nos congelan hasta el alma” y en el acogedor refugio nos resguardamos,
“tengo la sensación, que el firmamento hemos conquistado”. Por razones obvias,
nos abrigamos según vamos llegando y de
paso repostamos; alimentamos los sentidos, también compartimos viandas y “en pleno trance”,
respirando armonía, comentamos las mejores jugadas.
Reemprendemos la etapa, pero antes de
partir, “El Forestal”, nos retrata y nos desea una buena marcha; en un
“topabajo”, kilómetros de descenso, “cosechando las sublimes postales en pleno vuelo”, desde la retaguardia,
tanta inmensidad vamos “controlando” y
es hora de tasar ¡¡¡¡cuánto hemos escalado!!!! Es todo un espectáculo ver “esos
puntos de colores” sobre la infinidad
planeando; momentos de concentración y cada cual, encaramado en su “grado de precaución”; saludamos a otros burriclistas, también se
dejan ver algunos senderistas por la alargada pista. Sin novedad, la fugaz
bajada damos por clausurada, aunque algunos compañeros “se quejan” por
las “entumidas piernas” .Desde aquí, el amigo “Susi” nos tiene “alguna
sorpresa preparada”; volvemos a entrar en la “pantalla pinera”; angostas sendas
y pasos ratoneros nos hacen levitar por momentos; Gabriel “Lamparillas” todo
“extasiado” allá va “voceando”; esquivamos piñas, ramas traviesas y para
nosotros, “algún trecho con algo de riesgo”; las atentas ramas, con sus gaitas y dulzainas amenizan la embriaga
marcha; por la fantástica vereda, elfos correteando por todos lados y las ninfas del arroyo, saludando a nuestro
paso; salvamos un puente “casero” y por la tupida arboleda, salimos a las
callejuelas del pueblo. Nos piden media hora, para hacer más senderos de
fantasía, pero “por las prisas”, mejor acordamos, “para otro día”. Llegamos al
punto de partida, cargamos las burricletas, despedimos a los amigos gamoninos y
en “la opcional”, para rematar la etapa,
nos “regamos” con zumo de cebada. El día me deparaba otra agradable sorpresa, Dani
“El Bonachón”, también sale a recibirnos y me da, que de esta ruta han
salido más de “una quedada”.
En definitiva, ruta circular de 36
kilómetros, los principales caminos transitados han sido; camino del Tejar,
Senda de la Rubia, Refugio de Las Campanas, Senda de la Rubia, Camino de la
Morañega, Ceubia Baja, Vereda de Los Caletos-Arenas de San Pedro.
Pd: Roberto, Diego, Martín y Alberto,
gracias por vuestra aportación fotográfica (16)
Pd1: Despedida de la “cámara burriclista”. “La palmó” realizando actos de servicio: testigo de miles de buenos momentos vividos y en otros tantos kilómetros nos ha acompañado, tanto en nuestras andanzas burriclistas como montañeras. D.E.P.
Buen día…..SALUD.
“mil caminos por andar y mucho
tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”