Sábado veintiséis de julio, después de
combatir los esperados nervios y más de
uno pasar “la noche en vela”, las ocho
de la mañana es la hora pactada; una
familia de once vecinos veleños –entre jóvenes
y más pequeños- partimos hacia las
cercanas y misteriosas montañas (“¿qué
tendrán de especial?”). Las pautas son
claras, “manojos” de diversión y armonía multicolor en un paraíso de ficción (no se descarta el
sufrimiento, he aquí, donde a veces
radica el deleite y la emoción) para la perfecta comunión y “sobrevivir” una
noche en el idílico rincón.
Comenzamos la multi-aventura desde la
Plataforma de Gredos ¿la hora? Da igual, no ha de importar, acompañado de buenos amigos (“otros/as
que echamos de menos y les hubiera
gustado estar”) sus pequeños retoños, la “bendita” Marisol (“aguantarme ya es digno de admiración”) y un entorno ensalzado hacia la saciedad, ¿qué
más puedo pedir? ¿quién da más? con este elenco de calidad ¿qué puede fallar?. La
empedrada “calzada romana” es el primer escollo a salvar; ahí vamos los porteadores, cargados como “mulos”, las mochilas de víveres
y de otros “enseres” bien repletas, por consejo “real” de “las parientas”,- ¿para qué queremos un
“tanque”, un secador, un televisor y una
motosierra? –me pregunto yo- ; jugamos “al truque” por las descolocadas
piedras; aparecen los primeros suspiros, sudores y “resoplíos”, de sobra nos sabemos el cuento del empinado tramo. Me encanta la vitalidad e ingenuidad
de los “más peques”, a los pasotas astados quieren torear, “¿cuándo van a venir
muchas cabras?” y “parriba” marchan
“lanzaos”, “¿van engañaos?”. “Algo” picamos y bebemos por el camino
y a una que yo me sé (“tercera y
última vez”) “la mala uva” le da vida y
alas, para afrontar los “temidos
Barrerones” y llegar a la parada obligada de la “fuente de las milagrosas
aguas”. Mientras, me recreo con las
genuinas vistas que nos brinda el generoso día, identifico “otros picos”, me
pierdo por caminos conocidos y me endulzo con cada paso que voy dando. Un trío (Jesús, Rulo
y Pedro Hierros –con su peque a cuestas-) marchan abriendo brecha, más adelante
nos esperan. La tenacidad y la “cabezonería”
femenina (MSol, Prados y Melissa) son las armas para volar por estas
cimas; el “relatero” y el amigo Rivas, por la retaguardia nos quedamos, “cuidando” al resto de la “atrevida
cuadrilla”. Inmortalizamos bellos momentos y también panorámicas de fábula que embriagan a los
calmados sentidos y alimentan las insaciables vistas; allí abajo, la imponente Laguna, la más
laureada, la temida, haciendo más minúsculo al desapercibido “refugio”, la colosal sierra de elevados y desgastados
picos y en el engalanado altar, “El Almanzor”, presidiendo la estampa
monumental. Nos acompañan momentos –y el
terreno, todo hay que decirlo- más tranquilos y distendidos para el grupo; “ya todo es bajada”, atentos nos vamos
recreando, agradables instantes para el relax por el serpenteante “zig-zag”, hasta que
nos encontramos con los integrantes “más
avanzados”; comentamos la jugada desde
que nos dejaron y bien hermanados a
nuestro destino llegamos.
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Porteando por la cuesta empedrada |
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Equipo titular |
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¿Vamos a la guerra? |
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La chicas son guerreras....muy |
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De espera...y descansando. |
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Un vistazo desde los Barrerones... |
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Hacia la Fuente de los Cavadores |
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Reponiendo fuerzas |
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¿Qué más se puede pedir? |
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Simplemente, colosal. |
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Desde aquí, toca disfrutar, todavía más. |
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Cuidando de la cantera. |
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Foto familiar..... |
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A la orilla...y a los pies.... |
Una vez instalados, y tras el esfuerzo
realizado, con “un menú especial” nos
recompensamos; ensaladas variadas de pasta, fiambres bien envasadas, bocatas de
jamón con tomate y queso “sudao”, frutas frescas y dulces multisabores. Damos
buena cuenta de la “surtida mesa”,
también cargamos en nuestras apretadas mochilas divertidas anécdotas y
risas a “porrón” para la bravía expedición ; reposamos la comida y tenemos
sorpresa para después de la digestión. Recibimos un aviso de avería, nos
tenemos que subir a quitar unas goteras y a limpiar “el tejao”; preparamos
los achiperres y “parriba” nos enfilamos, “por hacer algo y matar el tiempo”.
El amigo Rulo, se desmarca y a sestear en
una piedra “se aparrana”. A nuestro paso, sugerentes “pozas”, un valle
de sembradas piedras y torrentes de aguas cristalinas, manando de las esquivas chorreras. Afrontamos el erguido “camino de escalones empedrados”, “por aquí, por allá, ¿qué más
da?”, toca apretar .Llegamos al tupido nevero, los amigos Jesús y Rivas, dan
por concluida la subida, se quedan en
este punto, a disfrutar con la nieve y de las espectaculares vistas. Nosotros,
seguimos la pedregosa ascensión, Pedro “Hierros” no se complica y “todo recto parriba” (“¿para qué subir en
zig-zags?”) buen paso llevamos, salvamos los tramos “algo complicados”, hacemos
la conocida trepada y desde la cima, oteamos en todas las direcciones; minutos
de recreo y expansión para quedarnos mudos (una vez más) desde el elevado “torreón”. Fotos de rigor, por parte de “Edu” un solitario montañero, que desde arriba, enfundado con su
camiseta verde “reivindica la escuela pública”. Preparamos la bajada, encontramos
a gente que todavía quiere coronar, a otros que van de vuelta y sin novedad, en
una marcha animada, -paradas, más fotos
y tragos del fresco arroyuelo- llegamos
al encuentro de nuestros compañeros. Felicitaciones y “parabienes” por parte
del grupo por la hazaña realizada y
ésta, hay que celebrarla, brindando con zumo de cebada helada. Después de la
“divertida parranda” (bromas, chistes y más risas), toca buscar una “parcela”
para pernoctar. La “cantera montañera”, disfruta con la presencia de un rebaño
de afables cabras, mientras decidimos, “que este punto es el señalado”. Movilizamos
al personal y “entre dos luces”, con
tesón y mucho esmero, levantamos “el
cuartel provisional”; el estruendo de un helicóptero de la benemérita, altera
la profunda calma, “vienen al rescate de algún
montañero indispuesto”. Después
del intenso día y de la penúltima faena,
tocan “al rancho”, ¡¡¡es la hora de la cena!!!! Tiramos de “la carta oficial”,
para no variar; llenamos bien la “andorga” y poco a poco, “nos va atacando la
mosca”, “¿cuándo anochece en esta parte del mundo?” con ironía se preguntan “algunos”;
lentamente cae el telón del día y aparece la magia nocturna; desde “arriba” el
paciente escultor , las estrellas con
sutiliza de una en una va esculpiendo;
momentos de risas y humor y Prados se
desata con historias de terror; carcajadas y “buen rollo” en la más serena
oscuridad. Lentamente el cansancio nos va “derrotando” y es hora de descansar
en la “pensión de ¿millones? Estrellas”, a pesar de la velada no querer finalizar.
Todavía, durante unos minutos, monto guardia entre los “cantos”, último vistazo
a la iluminada bóveda celeste y un estrepitoso silencio se adueña del campamento veleño.
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Por el camino empinado... |
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Restaurante, zona vip. |
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"Piedras para dar y tomar..." |
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"Por encima del perpetuo nevero" |
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En el callejón encerrao... |
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"Quitando las goteras..." |
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Destrepando el Crampón. |
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"....caemos empicao..." |
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"Biberón y celebración...." |
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"Montando el campamento..." |
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¡¡¡¡Felices sueños!!!! |
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Pasando revista a la expedición. |
“Amanece bien temprano”, en el frescor de la mañana, una
capa de aguazo cubre la verdosa alfombra, un aire límpido inunda la camuflado “llanura”,
cuando tocan a diana y me da, que tampoco ha hecho
falta; “desde la cinco y cuarto llevo despierto”, comenta Pedro “Hierros”, “a
más de uno le duele los huesos” y Jesús comenta, que ha escuchado “al colchonero lanero”, de
Rulo, mejor no comentar, “es un lirón y con sus aullidos, el refugio ha estado
protegido”; “he contado más de ochenta horas”, nos comenta Prados entre risas y
“llantos”; ¡¡¡vaya noche que ha colocado
la señora!!!! le replica Rivas resignado. Nos preparamos para “el consistente
desayuno”, acompañado de buenos momentos y anécdotas varias; recogemos con
calma y sin prisas el “campamento de los sueños”, (“no tenemos que dejar rastro
de nuestro fugaz paso”) y con “nostalgia y tristeza” (“ir preparando la próxima”)
la marcha emprendemos. Comenzamos la
conocida caminata, bordeamos la laguna adormilada, encontramos a personas “retozando”
en sus sacos y la actividad de los
montañeros más tempraneros”. Los porteadores marchamos “pausados” y Pedro “Hierros”, tiene un “plus”, le toca llevar a su pequeño sobre la “chepa”; con éxito y mejor de lo esperado
afrontamos la “temida cuesta”; lo celebramos con agua fresca, mientras los más
pequeños, “coquetean” con la
desvergonzada cabra; fotos de rigor y en el próximo “abrevadero” paramos a
repostar, para la panza “endulzar”. Nos
perdemos entre “los elevados piornos” y a nuestras espaldas, “el espectacular circo” se va quedando. Sabemos
que la aventura está en “tiempo de descuento”; intento disfrutar de cada
pisada, de la mecánica inspiración, de cada gota de sudor que voy “echando”,
del tirante dolor sobre los hombros, de la magia que envuelve a estas
iluminadas cumbres, me empapo del más nimio detalle y con la cara de satisfacción de la osada expedición.
En la Pradera Pozas nos agrupamos, “nuestras audaces chicas”, se apiadan de “los
mulos de carga” y nos animan a seguir
adelante, ellas van liadas “dándole a la
húmeda y haciendo otros planes”. Afrontamos el brusco tramo empedrado, si de
subida “te pone más colorao que un
pimiento morrón”, en la bajada, con el notado peso y el cansancio aflorando, “vamos de lao a lao” y suplicando perdón……..Sin
más novedad, arribamos en el punto de partida, dejamos la basura en los
enlatados contenedores, estiramos para recompensar a los castigados cuerpos…cuando
todos nos juntamos, caras de felicidad, clausuramos la jornada montañera y comentarios varios que” invitan” a “una
próxima edición”…..
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"Desayuno bufette-libre" |
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"Amanecer en Gredos..." |
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Momento de partir... |
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Senda Cinco Lagunas-Laguna. |
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"Convencida para volver" |
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"...senda buena y paso entre el piornal" |
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Enfilando el tramo final..... |
Resumiendo, ruta por Gredos de 20 kms
aproximadamente. Salida desde la Plataforma, senda de la Laguna, subida al
Almánzor, Laguna Grande, Senda de las Cinco Lagunas, Senda de la Laguna a la
Plataforma.
Pd: fin de semana especial, en muy buena
compañía …”la montaña no es como los humanos, ella es sincera” y “…en la montaña, la cabeza es el músculo más importante…” He dicho.
Buen día….SALUD
“mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”