Domingo veintidós de febrero, mañana clara
y de temperaturas “mansas”. Trece caballeros veleños acudimos a la festiva cita
y a los esperados refuerzos les damos la bienvenida. El
Gran Maestre “tocado de salud”, tampoco se quiere perder el evento con etiqueta “pata negra”. Con las burricletas
bien dispuestas y prestas para la implacable contienda, damos la orden de
partida hacia esos territorios “más
distinguidos”.
Comenzamos la jornada por la estirada “travesía”, para
enfilarnos en dirección hacia la “ancha cañada”, después de cruzar la
desierta carretera, bien posicionados, ya avistamos “la Gamonosa Muralla”. “El empinado
enemigo”, por todos de sobra conocido y
en nuestras piernas, una y otra vez
“sufrido”; en puntos concretos nos vamos agrupando, mientras en cabeza
“hay asamblea caminera”, pero por la retaguardia “tratamos” temas más “mundanos”. En la aldea zorrera también
nos agrupamos, hacia atrás, salimos a la “búsqueda del escapado”; unos campechanos
aldeanos, con gracia nos comentan “delante van más de treinta compañeros”;
también cruzamos la villa de Segurilla, en “La Cruz de la Espera”, nos aguardan
Diego “Sin Miedo” y Antonio Medina,
junto con Alberto “El Maestro Ceramista”, hacia otras lides más largas y exigentes se
las “piran”. La “Ninfa Cósmica” por el
holgado camino nos guía, a la vez que en
la atónita cuadrilla, “las bromas y comentarios pícaros” se disparan; después
de los minutos de asueto, nos ponemos “el mono de faena” y nos retiramos hacia
“el laberinto cerrero”; la magia de la estrecha vereda nos embarca en el túnel
del tiempo hacia el celestial arroyo; salvamos el izado canchal de piedras,
“unos montados, otros andando”, a la vez que se abre el inquebrantable portón del elíseo
encinar; rodamos por la colorida
panorámica y de misterioso aire cargada,
por tramos encantados abriéndonos paso.
Hasta que Nico “Charcos” nos da el alto
y los incidentes en cadena se van sucediendo; Ángel “El Guerrero” el cuadro ha
quebrado –fin de trayecto, después de las pertinente “gestiones”, en Marrupe le recogen- ; Roberto “El Bueno” la
cadena también ha partido –retirada, tiene que estar pronto en casa-, repasando
los antecedentes en otras batallas vividos, “este camino está maldito”;
mientras esperamos, Eduardo “El Carpin”, aire demás ha sacado a la rueda y
ahora no entra –vuelve sobre nuestros pasos y en “La Gran Pradera” nos
encontramos”. Los demás, en la ilusoria
senda nos adentramos; lujosa morada para seres de fábula, el lujurioso rincón, sólo abierto para “los
intrépidos caballeros”, nos acerca al refugio de los raidos molinos. Paramos a
repostar y la andorga llenar, investigamos el entorno privilegiado, también contamos los
hechos acaecidos y algunas “liebres” que han saltado por estos paisajes idílicos.
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Camino de Velada a Mejorada. |
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"Salvando repechos de la Gamonosa" |
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"Por las calles de Segurilla" |
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"En el punto de espera..." |
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Antiguo Camino Segurilla-Sotillo |
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Camino del Hituero |
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"Por el huerto Marrupejo" |
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"Rodando agrupados..." |
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Sin prisa, pero sin pausa. |
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Un vistazo a la dehesa cerrera. |
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Camino de Segurilla a Marrupe |
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"Bajada a Los Molinos" |
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Momentos de recreo y "picoteo" |
Retomamos la ruta, por la
orilla del regato exaltado marchamos, a nuestro paso, un vergel de encinas y un
extenso prado de color verdoso tapizado; más adelante, otro molino avistamos,
éste mejor conservado y algunos, aprovechan para “pegar un vistazo”; no podía
faltar el salto de vallas habitual (qué manía con “cerrar-alambrar- los
arroyos” y no dejar el correspondiente paso). En la “pradera india” nos
reencontramos con “El Carpintero” y el giro de “izquierdas” nos prepara para el
próximo sendero; Gabriel “Lamparillas” quiere ser el primero, su “burricleta”
relincha y cocea, y el osado caballero “pedalea, pedalea”, pero del “pegajoso barro no se menea”, risas
ante la divertida escena; después del empeñado forcejeo, consigue cruzar con
éxito y en un periquete nos construye “un socorrido puente”, para hacer a los demás el paso más eficiente. La
esperada sorpresa –después del ajetreado día-, para algunos desconocida, “la aislada senda del jabalí”, encarcelada
entre vallados de trabajadas piedras y destartaladas estacas, se presenta ante
nosotros, resplandeciente de belleza y en continua pendiente, invitando a la
escuadra valiente; vamos salvando el escabroso sendero, “pero de los marranos,
ni rastro”; un continuo sube-baja pone a
prueba las fuerzas, cada uno como pueda, y en el ancho camino, agrupamiento y
espera, por parte de quienes quieran. Descenso rápido hacia la aldea montesa y
desde aquí, hoy nos lanzamos por la vía asfaltada, “más cómoda y rápida”;
atravesamos la villa “cagarrache”, también atrás dejamos Mejorada. En este
punto, “parto para Gamonal”, les
comento a mis compañeros; en solitario me enfrento a los repechos y quietud de
los “cerros zorreros”; se abre la pesada
cancela y dejan al descubierto la placentera y jovial vereda; me recreo con
las genuinas vistas de estos lares y
entre las chaparras “enanas”, “las alegres clavellinas” se asoman a ver quién
pasa. Sin más novedad por la zalamera encrucijada, camino hacia casa y doy por
concluida la jornada.
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"....avistamos otro molino..." |
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"Por la vía de los Molinos" |
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"También saltamos vallas. |
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Por el camino "arreglado". |
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Abriendo la vía de paso.... |
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Senda del Jabalí.
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"Toca volver a subir....." |
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"...otro tramo empinado..." |
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"...por pasos más calmados..." |
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Camino de Cervera a Segurilla.... |
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"Por la vía asfaltada....." |
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Camino de Mejorada a Gamonal |
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"Desde la vereda de Los Lobos". |
En
definitiva, ruta circular de 50 kms, los caminos transitados han sido: Cañada
Real Leonesa Oriental, camino de Velada a Mejorada-Segurilla, Camino del
Hituero, Camino antiguo de Segurilla a Sotillo de las Palomas-Marrupe, Senda de
los Molinos, Senda del jabalí, Camino de Sotillo de las Palomas-Cervera, Camino
de Cervera a Segurilla-Mejorada-Gamonal, Senda de la Encarnación, Senda del
Lobo, Camino de Mejorada-Velada. Hemos pasado por las localidades de Mejorada,
Segurilla (ida y vuelta) y Cervera de los Montes.
Buen día……….SALUD.
“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde
ir, no tengo tiempo ni sitio….”