Domingo, dieciocho de agosto, en el
pactado punto de encuentro, ocho
caballeros veleños, fieles acudimos a la semanal llamada burriclista; un trío
de los presentes lo tenemos claro, los
demás compañeros, van a tomar otros
derroteros. Toca salida “larga” y circular por los caminos “Viriatos”.
Todos somos actores y protagonistas
principales de “nuestra película”, me explico. Da igual que hagamos 20,
30, 48, 90 o 115 kms, lo importante de esto, es cómo lo interpretemos, la satisfacción personal de lo conseguido ya
que cada uno tenemos una vida personal y profesional diferente y variada,
experiencias que obtengamos y el valor que cada cual obtengamos de dichas etapas. A
veces, nos encontramos que para una persona, el realizar una ruta de treintaicinco kilómetros o el finalizar una
marcha organizada (no carrera –esto es otra historia-) es todo un reto personal,
todo una prueba de superación y al finalizar, se siente feliz, optimista,
contenta, bien consigo misma por el logro mencionado. Sin embargo, otra persona, al realizar la misma etapa (u
otra más larga) , se puede sentir fracasada, frustrada, porque no ha cumplido con los objetivos previstos, relacionados con la marca
personal, tiempos, sensaciones ni valoración. En la misma línea, la práctica de este deporte (MTB) tiene mucho
margen de mejora, desde la práctica que
realizamos nosotros de cicloturistas a profesional ( si es top-ten, ya ni
hablamos), por lo que, por ejemplo, una
persona puede ser /estar enormemente
feliz, saliendo tres veces o una vez en
semana y es posible que otra persona, saliendo la mayoría de los días de la semana, no se sienta bien, por motivos varios (exigencia, motivación,
bloqueo, conciliación, falta de tiempo, etc). Lo peor de esto, puede estar en la película que cada uno veamos. “A
veces, menos es más…..”. “El cielo o el infierno no dependen del lugar, sino de
las circunstancias y de la actitud”. Todo un mundo, esto de “mantenerse” en las
trincheras. Hoy toca ruta larga.
Iniciamos la jornada, por la calmada
cañada, hacia “El Barbú”, para escalar “La Gamonosa” por las revueltas de las
canteras, esto de aperitivo y sin calentar. Cabalgamos “sin prisas, pero sin
pausa”, temperaturas agradables por los parajes cerreros, pero todavía con “las patas adormiladas”; en modo “pause”,
salvamos los primeros repechos que vamos
encontrando y embarcados en amenas
conversaciones atravesamos las villas vecinas de Mejorada y Segurilla, para adentrarnos
en su revirada orografía. A nuestro paso, un tupido valle de encinas, parajes teñidos de amarillo
y las reses que oteamos por el marcado camino, “mendigando” algún centímetro
del inexistente pasto. Nos montamos en
un continuo y repentino tobogán de subes y bajas, mientras nos ponemos a prueba por la multitud de
cuestas que se suceden por la agreste postal; apretamos, aflojamos y nos volvemos a lanzar
por “la desolada panorámica”. Desde “cuatro caminos” nos relajamos por la
pestosa pista, en Marrupe llenamos las botijas y por la mágica y hormigonada vía de “Los Enebros” descendemos hacia la
villa de San Román. Unos minutos para hidratarnos y reponer fuerzas; frutos
secos, pasas y algún bocata para “pasar con alegría la mañana”.
El camino de vuelta, lo hacemos por “la
finca de las siete puertas” (ahora, guardaganados); cabalgamos alegres por la
cómoda vía, tenemos algún amago de avería (falsa alarma,un poco de aire y arriando velas),
pero sin novedad y en menos de “ná” arribamos en Pepino por el transitado camino. Mis compañeros de
fatiga, con nota dan la talla; Gabriel “Machaque” está en forma y “sobrao” se pasea por la comarca, cuatro salidas largas
más y vas a “volar”; Francis “El Paciente”, nos cuenta sus salidas por la sierra
(rutas de calidad) y para el próximo reto anual, “me gustaría estar”. Poco a
poco vamos cerrando “el corral”, sobre la marcha (“por todos lados”) encontramos
y salen otros burriclistas, cuando para rematar, afrontamos la guinda del día:
La subida por La Portiña. Cada cual como pueda, al tran-tran, unas veces
apretando, otras, reservando por lo que
pueda pasar y antes de coronar, subrayamos las “taitantas” curvas que vamos
encontrando, mientras “bailamos” al
ritmo que desde la altura nos marca la cima de “La Atalaya”. Después del "penúltimo esfuerzo", volvemos a cruzar
la villa “cagarrache”, también la localidad “zorrera” dejamos atrás y continuamos zurciendo caminos y sendas para esbozar
un mapa local; tras nosotros, una
estela de polvo vamos dejando, un zarpazo
de calor soportable nos atiza, para combatir los repechos de “Las Piedras Caballeras”. Antes
del fugaz descenso, solicitamos “conferencia” con nuestro amigo Roberto “El
Bueno” (En la jornada de hoy, baja por “jarana”) para tomar un refrigerio en la
plaza de su pueblo (por visita familiar, otra vez será). Volvemos a inaugurar
el camino gamón y sus tramos de “hormigón” y sin más sobresaltos y “casi con los
deberes hechos” (no paramos a abrevar), subimos “La gineta” y por la ancha
pista llegamos al inicial punto de partida. “Cuando subestimas lo que haces, el
mundo subestima quién eres”. Hasta la próxima.
Resumiendo, ruta circular de 64 kms,
los principales caminos transitados han sido; Cañada Real Leonesa Oriental,
Camino de Velada-Mejorada- Segurilla, Camino del Hituero (Riscal), Antiguo
Camino de Segurilla-Sotillo, Senda Cervera, Camino de Meregil, Camino de Los
Dornajos, Camino de Segurilla-Marrupe-San Román de Los Montes-Pepino-Portiña
(Subida)- Camino de Segurilla-Mejorada-Gamonal-Velada.
Buen día…………SALUD.
“….mil caminos por andar y mucho
tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…..”