Domingo (18-02-2024),
cuatro caballeros veleños nos presentamos en el
habitual punto de encuentro. Con las burricletas prestas y bien
dispuestas, todo preparado para afrontar
otra jornada “obligatoria” en el
calendario anual. Con temperaturas suaves,
nos recibe la mañana con las previsiones benévolas que dan para todo el día;
partimos hacia Calera, a la búsqueda de
la lujosa estampa de los almendros en flor.
Comenzamos la etapa,
aunque se respira humedad en el ambiente, la jornada se presenta soleada.
Buscamos tramos cómodos para cabalgar y así esquivar zonas inundadas y
embarradas. Amenas conversaciones sobre la marcha, al tran-tran por la cómoda avenida, “sin
prisas” pero sin demorar. Entramos en el estirado y concurrido canal, otros
burriclistas abriendo paso y “
madrugadores esparragueros”, cogiendo
posiciones entre los eucaliptos y la frondosidad de los arbustos.
Desde Calera, nos
adentramos en “la Vía Verde de la Jara”, al inicio, “olores dopantes” que a nuestro paso “nos tiran patrás”; poco a
poco, va cambiando el paisaje, y el remanso de almendros en flor van invadiendo
el relajado escenario; una espesa alfombra de pétalos blanquecinos, nos guía
por el reconfortante camino; parajes bien regados, túneles que nos hacen el
pasillo, antes de asomarnos al revuelto regato. En esta ocasión, de “los
bichos”, ni rastro.
Aparente calma por el llano itinerario, "de tanto fondo, nos vamos a ahogar", hasta que, por “el puente Amador”, salta una liebre a la talega –en
principio, sin importancia-; atenciones y cuidados primarios, y previa consulta y petición,
continuamos por la blanqueada panorámica. Más arriba, paramos a repostar; curas
preventivas, “nada, sólo un poco de
chapa y pintura”, aunque habrá que ver, cuando “baje la temperatura corporal”.
¿La vuelta? Recogemos
el colorido tapiz de pétalos que hemos ido esparciendo por el desnivelado
suelo; cabalgamos en armonía y emparejados, sin “descolgarnos”, dando calor y
mimos a los caballeros heridos. Por el itinerario “más corto y
sencillo”, entramos en la localidad gamonina y alguna “tachuela” más sumamos, antes de clausurar la clásica y
romántica etapa.
Destacar de la habitual ruta anual, el espectacular paisaje de los almendros en flor. Adornando y resaltando las variadas tonalidades verdes del accidentado entorno. Amables temperaturas, en la antesala de la primavera, que promete campos rebosantes de belleza. Muy buena oportunidad, para hacer una visita en familia, amigos y pasar una jornada de campo al aire libre. “Una flor no piensa en competir con la que tiene al lado, su meta es florecer….”
En definitiva, ruta
lineal (ida y vuelta) de 66kms. Los principales caminos transitados han sido;
Cuadros de La Vega, Camino de Chilines-Gamonal, Polígono Torrehierro, Canal
Bajo del Alberche-Calera-Vía Verde de la Jara.
Pd: Francis, muchas gracias por tu aportación fotográfica (2).
Pd1: Las fotografías están en orden inverso a la realización de la ruta.
Buen día………SALUD.
“…mil caminos por andar
y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”