Una tarde de sábado cualquiera, jornada burriclista toca, por eso de
evitar la lluvia que pronostican para la
jornada dominguera.
Roberto “El Bueno”, amigo y fiel escudero
acompaña al “Relatero” ;
en horas de siesta, cabalgamos distendidos
por los llanos del Baldío y paseamos
“el cocido” por el confortable y
empinado territorio del Bonal.
Cruzamos las cercanas villas de Mejorada
y Segurilla, paraíso cerrero,
sembrado de cuestas, sendas y trialeras,
para burriclistas noveles y experimentados.
Lugar de paso, frontera a comarcas
locales de “cientos” de sonadas batallas libradas;
nos recreamos por sus concurridas callejuelas,
cuatro repechos y sus vertiginosas bajadas.
A nuestro paso, grupos de senderistas en
familia, me da, que sabemos dónde va la excursión;
nos descolgamos por el entretenido
descenso, antes de arribar en el solicitado rincón.
El arroyo del “Marrupejo”, luce con todo
su esplendor, dando vida a la populosa “catarata”,
nos recibe con los brazos abiertos, mientras
quedamos perplejos por la belleza regalada.
Unos minutos para contemplar dicha
estampa, el privilegiado paraje que nos rodea,
los amables sonidos que se respiran y el
estrépito del agua, golpeando contra las piedras.
Fotografías de rigor, comentarios de
admiración total, en la fortaleza del recóndito lugar,
a
la vez que, aprovechamos para piropear a “la madre natura” y su espectacular
obrar.
Atrás dejamos, el escaparate de piedras, minuciosamente labradas por el buen trato del agua; también, nos despedimos de los verdes paisajes, bien cuidados por las generosas lluvias de temporada. Con rigor, afrontamos la subida del “Riscal” y de puntillas, abandonamos las vecinas villas. Intentamos esquivar las temerosas sacudidas del aire, “por aquí y por allá”, bien resguardados. Al virar por los llanos, era de esperar, otro compañero más al pueblo nos tenemos que llevar. "Una forma de conectar con tu propia fortaleza, es admirar la fuerza de la naturaleza de la que formas parte."
Buen día…………SALUD.
“…..mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”.