Domingo, veintisiete de septiembre, al lugar de costumbre, acudimos siete caballeros veleños, bien dispuestos y pertrechos, para osadas aventuras, pero con el punto de mira, enfocado de reojo en el próximo reto. JoseMa “El Gran Maestre”, con en el estandarte de la longeva escuadra, lidera la contienda dominguera, en búsqueda de nuevos pasos, hacia “La vereda de Cervera”. No hacen falta planos, ni tracks dibujados, la ruta está bien diseñada en “el disco duro tradicional”.
Comenzamos la jornada por el camino de
Gamonal, “una piedra llana” para bordear el pueblo gamón, subida por “la colá
de las chuletas”, - para entrar el calor-, sendero de la Encarnación, para
redimir nuestros pecados y por la ancha pista de subida, para llegar a la villa
zorrera. Cruzamos Segurilla y desde aquí, tomamos “La senda de los
Contrabandistas” (Leñadores oficial ) para aterrizar en la localidad de Cervera
de los Montes. Aquí, tomamos “La Vereda de Cervera”, por una tendida subida y angostos pasos
camuflados entre encinas y enebros, que nos llevarán hasta Marrupe. Minutos de
descanso para repostar, coger fuerzas y afrontar el camino de regreso a casa. A
la vuelta, por el Camino de Segurilla, nos colamos -sin invitación- en “La
senda del Atajo” para llegar hasta Cuatro Caminos y adentrarnos en la maraña de
caminos (Segurilla, Sotillo) que nos llevarán a las villas cerreras de
Segurilla y Mejorada. Para alargar la etapa, bajamos por “La Asfaltada“ (Los
Huertos), para continuar rodando por El Baldío (Camino de la Mojeda) y arribar
en Velada.
Iniciamos la recién entrada temporada de
Otoño, una estación bastante atractiva, con un encanto particular, tiempos de cambios,
ilusiones a raudales para renovar hábitos, para afinar el punto de mira,
dirigido hacia novedosos propósitos, para
colorear paisajes con otros tonos más vivos; una época para enamorarnos de los
visibles contrastes del monte, para
disfrutar de nuestros rincones favoritos, para “viajar” con los compañeros de
fatiga a otras estaciones ficticias; periodo de tiempo para recopilar manojos de reconfortantes sensaciones del aire limpio, días para palpar el frescor y el rocío mañanero que salpican
nuestro lúcido despertar; ilusionantes
jornadas para echar nuestra imaginación a volar, serenas etapas
para deleitarnos con la mezcla de olores que salen a nuestro encuentro y
la amabilidad de las inminentes lluvias que riegan la vida estacional. Damos la
bienvenida a la generosa estación, para tomar el pulso y escuchar en medio de
la natura, su pausada respiración. Algunos, comentan que “el otoño es una
segunda primavera donde cada hoja es una flor”.
A nuestro paso, apreciamos “el aguazo”
de la noche pasada, para entrar en calor, optamos por un laberinto de subidas;
atravesamos los silenciosos cerros, encaramados sobre angostas veredas por rincones místicos y el
anchuroso carril de subida para despejarnos de la pereza y subir la
temperatura. Cruzamos las villas vecinas y continuamos por un castillo de
senderos, para el deleite de los congregados; veredas bien cuidadas y tratadas,
con la flamante senda de Cervera, para subir nota y ampliar otras alternativas.
Surfeamos divertidas sendas, escalamos algunas cuestas y volamos por la marcada
llanura; extensas praderas avistamos, ataviadas
con pintorescos trajes de gala, ideal
para la ocasión y para hacer más llevadera nuestra presencia. Un ejército de lustrosas
encinas, fresnos y enebros nos custodian con mimo y nos guían por el exuberante
camino. Un recital de toboganes, continuos subes y bajas para sumar más
desnivel por el profuso encinar; notables gestos de compañerismo, esperando y
agrupándonos -haciendo series de regalo-, buen rollo y armonía entre los
convocados y sobre la mesa “los planos” para el reto del mes de otoño: “Del
otoño aprendí que aunque caigan los hojas, el árbol sigue en pie”. Alargamos la
etapa para ponernos a prueba, -parece que queremos “recuperar” lo atrasado-
(“esta tarde, otra sesión de entrenamiento”: la vía verde para subir nota -tono
irónico-) llaneamos por la vasta llanura -entre risas y bromas- con la vista
puesta, en la próxima aventura. Alberto “El Maestro Ceramista”, de fuerza
“sobrao”, pega algunos arreones para
“azuzar el avispero”; Martín “El Fiero”, nunca se achica, fuerza y tesón, es su
lema en cada refriega; Roberto “El Bueno”, está como un roble, con su
constancia y entrenos de calidad, llega con los deberes hechos y matrícula de
honor en la recta final; Francis “El Paciente”, sabe regular, muchas batallas libradas,
le dan galones para las grandes
expediciones, y el amigo Gabriel
“Machaque”, no se amilana, entra al trapo y acepta el reto. Para rubricar y
dejar constancia de la próxima hazaña, el amigo Gabriel, nos invita a zumo de
cebada bien fresca, para brindar por la
etapa y otras más. “El éxito en nuestras
aventuras no está en lo que logramos, sino en todo lo que compartimos y en los obstáculos que superamos.”
Hasta la próxima.
Resumiendo, ruta circular de 60 kms
(algunas repeticiones en subidas), los caminos transitados han sido; Camino de
Velada-Gamonal, La Colá -chuletas-, Senda de la Encarnación, Camino de
Gamonal-Mejorada- Segurilla, Senda de los Leñadores, Camino de
Segurilla-Cervera de los Montes, Vereda de Cervera-Marrupe, Camino de
Marrupe-Segurilla-Sotillo-Segurilla-Mejorada, Camino de los Huertos (por la
Asfaltada), Baldío, Camino de La Mojeda, Velada.
Buen día………SALUD.
“…..mil caminos por andar y mucho tiempo
perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.