miércoles, 19 de octubre de 2016

Ruta: Día de "la Bicicleta" en Velada.


     Domingo, dieciséis de octubre, mañana algo fresquilla  para iniciar el día; manguitos, perneras y para proteger el cuello, fina braga, para combatir la repentina bajada de  temperaturas  en  la clandestina etapa . En esta jornada, fluye el tiempo sin prisas ni agobios, preparo la burricleta y achiperres  para rutear en solitario; es el día de “La Bicicleta” en Velada, organizado por el AMPA  y habrá que dar un voltio, antes de tomar la salida en el proclamado evento.

 Salgo de casa y por caminos de “segunda”,  oteo y me recreo con los identificadores  locales que hacia la gran cañada me guían; cruzo el estirado y anchuroso  terralgo, sembrado de armonía  y  todavía aletargado; temperaturas frescas y los famosos arenales, arreglados y compactados  por el reciente aguacero. Voy recogiendo agradables olores que han quedado prendidos en la pista de los huertos; encinas y pastos secos, por las lluvias empapados, desprenden un particular aroma, que  me anima y dan alas para iniciar la asfaltada escalada; en un plis-plas y disfrutando del entorno que me envuelve, me ventilo la ascensión y sin darme cuenta “no he visto ni Mejorada” ¿Será por el calentón? Me adentro en el camino gamón, deslizándome y recreándome por el entretenido tobogán; me adueño de la aplastante quietud y del sonoro silencio que “a rueda”  vienen tras de mí, sobre un decorado montado en tonos grises ; escucho el  inconfundible canto de la perdiz y otras dulces melodías con las que me apremia el generoso día. Sin hacer ruido, atravieso la villa gamonina,  que a estas horas, todavía permanece  dormida; alargo la ruta por “El Corchito”, El Pilón de Los Moralos y por el camino Real, arribo en las pistas deportivas.

   En la zona deportiva, tendría lugar “la peque ruta” bien organizada por el personal del AMPA de Velada. A  primeras horas,  los participantes  habían dado cuenta de un suculento desayuno saludable. Previo a la “miniruta”, en el lugar de concentración,  autoridades del Ayuntamiento y Enrique Peces (Campeón mundial de cuadriatlón) como invitado de honor para dar “el pistoletazo” de salida y algunos componentes, como representación  del MTB Velada, para velar y acompañar a la chiquillería y sus familias. Paseo multitudinario por “La Laguna del Conejo” y los cuadros de la Vega, fueron el ideal  entorno en el itinerario diseñado. Posteriormente y hasta la tarde, habría una gran variedad de actividades; juegos populares, yincanas, sorteos y castillos hinchables para clausurar la festiva jornada.

   Pd: en primer lugar,  felicitar al AMPA (Rosi, Raquel y CIA) por la organización de tal evento y por su invitación al  mismo al C.C. MTB VELADA.

     




























       En definitiva, ruta circular de 30 kilómetros, los principales caminos transitados han sido: Camino de Arenas-Molino de Vientos, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Los Huertos-Mejorada-Gamonal. Carril de Las Mulas- Camino del Corchito-Pilón de los Morales, Camino Real- Velada.

Buen día………SALUD.

“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

miércoles, 12 de octubre de 2016

Ruta: Paseo a La Corchuela

    Domingo, nueve de octubre, la mañana fresca nos recibe y nos regala un nuevo día; siete caballeros veleños somos los convocados para la festiva cita; notables y sentidas bajas tenemos en el reducido pelotón, “se habrán relajado después del etapón”. Con las burricletas bien dispuestas y prestas para  la contienda, estamos preparados ¿dónde vamos? - desganados nos preguntamos. La mayoría, optan por tirar “hacia el llano”, por votación popular  “hacia La Corchuela y más allá”, marchando oiga. 

  Iniciamos la jornada, con Nicolás “Charcos” a la cabeza, nos pasea por el casco antiguo y  barrios escondidos, para algunos compañeros, desconocidos. Salimos al “camino nuevo” y Chema “Tino” nos da el alto, la rueda trasera –por descuido-  parece que cojea; un poco de aire –dando a la manivela-  y papeleta resuelta. Bien agrupados cabalgamos, de todo un poco vamos hablando, nuevos retos y otras épica nos planteamos por el paso de los Veratos; El Gran Maestre “olvidando los ensalzados  valores de caballería”, nos habla de burricletas motorizadas e innovadora tecnología; pasamos un buen rato con los delirios planteados y  Diego “Sin Miedo” y El Relatero, “abroncamos” al osado Maestro; “no pareces de los nuestros”. Viendo pasar el tiempo, entre encinas camuflados,  por estor lares avistamos “el tocado pantano” y un mosaico de aves zancudas, por sus aguas “paseando”; rescatamos espléndidas postales de los parajes  adehesados; centenarias encinas y “moribundos” alcornoques,  custodiando y haciendo arrumacos  a la achicharrada cañada. Después de la resaca de kilómetros de las pretéritas  jornadas, tenemos  una etapa  placentera –que las piernas también agradecen-  tanto que  parece que vamos “a cámara lenta”; salvamos los temerosos arenales y  a ver si las esperadas lluvias, llegan con  prontitud y  esmeradas  y  “nos sientan un poco las polvorosas vías”; también cruzamos la localidad de La Corchuela, y nos adentramos “hacia el  más allá”, a ver si presenciamos el espectáculo de la berrea. Guardamos silencio  mientras cabalgamos, también  miramos en todas las direcciones, a ver si atisbamos el movimiento de los esquivos cérvidos; no escuchamos nada, pero entre la espesa arboleda, avistamos unos ejemplares con unas cornamentas que se mimetizan entre “las caídas ramas”. Nos recreamos con semejantes vistas y aprovechamos la parada para repostar; compartimos viandas, fruta fresca, pasas y dulces para llenar la andorga, mientras disfrutamos durante unos minutos de la profunda tranquilidad y del distendido asueto.



    


































     Reemprendemos la marcha, sin perder de vista la pateada fresneda y el apaciguado encinar y el gran rebaño ¿dónde andará? Para ver y escuchar dicha exhibición, tenemos que madrugar más y a las primeras lluvias esperar; rodamos por el rugoso camino hormigonado y decidimos dar un giro  “por eso de hacer algo más”; nos colamos en un laberinto de pistas, avistando algunas casas de labranza, establos y centenares cabezas de ganado, a sus anchas, campando y  pastando. Tomamos el camino de la dehesa Casaes y  para mi asombro, ni el amigo Nico lo conocía; El Gran Maestre, sigue en sus treces,  “el arroyo de Alcañizo –por su gran extensión- es navegable y puede  obtener el título de río”, más risas y bromas y minutos para enmarcar en el relajado día; desde la retaguardia  nos pegan el alto, Ilde “El Suegro”, la rueda trasera ha reventado –un palo de punta la ha taladrado-, "es un peligro ir por el llano"; nos ponemos manos a la obra, Jesús “El Serrano” toma el mando; herramientas, bridas y un poco de ingenio con el remiendo de una cubierta vieja y la herida burricleta, queda  como nueva y a rodar. Mientras tanto, un ejército de eucaliptos, pinos y encinas nos hacen el paseíllo por el agradable y transitable camino; ante la inesperada sorpresa  de mis compañeros, salimos al conocido cordel. Recorremos el discontinuo piso, salvamos más metros arenosos, sin perder de vista la parte trasera, reducimos la marcha y también paramos a esperar una vez más. Sin más novedad, elegimos la opción más corta –el camino Real- y amena “para rematar la faena”; paramos alguna vez más y en “La Tasca” del Maca paramos a dar novedades y la etapa dar por finalizada: aunque repitamos una y otra vez los mismos caminos (ya llevamos unos añitos) nosotros no somos los mismos. Hasta la próxima.


















































       En definitiva, ruta circular de 54 kilómetros, los principales caminos transitados han sido: Camino de Arenas-Parrillas-Navalcán, Camino de los Veratos, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Velada a la Corchuela, Cañada de San Marcos, Camino de La Corchuela-Velada,Torralba, Alcañizo; Camino de Torralba a Parrillas, Camino Real de los Veratos a Velada.  


   Buen día…………SALUD. 


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 



miércoles, 5 de octubre de 2016

Ruta: La conquista de Trujillo

     Siendo un sábado “cualquiera”,  día uno de octubre, era la fecha  señalada para el utópico reto – allá en su día-    planteado hace por ahora dos años, el asalto a Trujillo la gran fortaleza extremeña. Las seis horas de la mañana,  la hora acordada para “la gran batalla”;  trece caballeros burriclistas, entre veleños, gamoninos e invitados, éramos los convocados para abrir pasos y despertar los caminos “apagados”. Dos horas  más tarde, pasando  Navalmoral, saldrían cinco compañeros más, que también nos quieren acompañar y las tierras de Pizarro conquistar.

     Antes de iniciar la jornada, fotos de rigor de la llegada a la parrilla de salida  y la del expectante grupo titular; antes de salir de casa, iba a tener el primer “percance” –para dar más emoción-, el candil que no quiere alumbrar, ¿por qué será? Roberto “El Bueno” y su hermano Oscar “Boliche” serían mis ángeles de la guarda y mis guías, durante, la todavía noche cerrada: Muchas gracias una vez más. Qué sensación tan rara,  “no poder alumbrar mi trazada” y  por la falta de autonomía para campar a mis anchas y poder divagar. Por El Camino Real, la serpiente iluminada se va adueñando de la complaciente quietud  y de la espesa y fresca  oscuridad que va  tiñendo de alegría e ilusiones los irreconocibles rincones. Cruzamos La Corchuela y entre el silencio perdido, más sorpresas nos depara la espesa penumbra del camino, somos testigos de la berrea  ¿a lo lejos? y sus inconfundibles bramidos. Somos los encargados de dar vida al nuevo día y el “perezoso” amanecer nos rebosa de paz y alegría; a lo largo de la jornada, paseamos la bandera veleña por caminos de dominios públicos, pistas asfaltadas y anchas vías pecuarias que se adentraban por agrestes parajes y en  la exquisita y reconocida dehesa extremeña ; también escalamos el temido puerto –después de llevar, casi 90 kms-  y otros tantos repechos de vistosa dificultad, sobre todo, cuando ya hemos pasado “el centenar”; éramos realistas, sabíamos que no iba a ser fácil misión. Para llegar a nuestro destino y conseguir el  objetivo, tuvimos que pasar por distintas localidades; La Corchuela, Las Ventas de San Julián, Navalmoral de la Mata,  Almaraz, Las Casas de Miravete –a 1 km- y Jaraicejo. También , a lo largo del recorrido, encontramos pequeños obstáculos, en modo de averías –con la seguridad que nos da la presencia de  nuestro amigo Roberto, asunto resuelto -, alguna caída –sin importancia-,  recogimos todo el polvo que había por los estirados secarrales, tuvimos que soportar el aire de cara –un día más-, las altas temperaturas  que el incomprendido otoño nos tenía reservadas  y ver como las fuerzas iban menguando según nos íbamos acercando al destino esperado. No menos importante,  era el saber administrar las fuerzas y comer bien (Antonio ¡¡¡ese bocata de jamón!!! e hidratarse  para “no tener sorpresas”, ya que la kilometrada y las horas que teníamos previstas estar sobre nuestras burricletas, iba a ser  algo a tener muy en cuenta; nada que no supiéramos antes de iniciar dicha empresa. Pasamos momentos divertidos, risas y bromas, que  no pueden faltar durante tantas horas; supimos sufrir con dignidad y resignación, aguantar el duro  tirón, sobreponernos a los momentos de fatiga y bajón que pudieran derribar y aniquilar  al  animado pelotón. Apenas unos kilómetros antes de entrar en la localidad trujillana, el amigo Diego “Sin Miedo” me hizo el siguiente comentario, “hace dos años, hacer esta ruta era una locura”, a lo cual le comenté; “que estaba a punto de ser historia” (Ya que, “hasta el rabo todo es toro”) ahora era cuestión de disfrutar y  “otras  aventuras  buscar”.


     




























































































































































































     La llegada, fue un momento de éxtasis, felicidad  y  algarabía, por todo lo expuesto y vivido –complicada tarea la de  redactar e ilustrar  casi 140 kms- pero el recuerdo jamás se borrará; entrada triunfal en la plaza conquistada; recibimiento y felicitaciones por parte  de familiares y retoños; y  el quinteto de compañeros “nos aguardaban a la entrada tomando unas cervezas” para entrar juntos en la plazuela (Perdón, con tantos medios, habrá que mejorar la comunicación).  Una vez reunidos todos, fotos de rigor, a los pies del conquistador y “El Gran Maestre” liderando la ceremonia de la conquista de la ciudadela y todas sus fortalezas. Trujillo ya es historia; VELEÑOOOOOOOOS ¿CUÁL ES VUESTRO OFICIO? AU, AU, AU.  Vítores, aplausos y felicitaciones, también por parte de  curiosos y turistas que no sabían por donde la fiesta les venía.
     Pedimos posada, ducha para reponernos, refrescos y  zumo de cebada fría  para brindar y una buena comida para todos, en muy buena armonía, no podía faltar. Por la tarde, más brindis por la hazaña lograda, amagos de siestas ¿sería el cansancio que acechaba? Visita turística y de paisanos, pasamos infiltrados para hacernos con el reconocido castillo. Disfrutamos de las calles de Trujillo y de una divertida actuación callejera, cuyo estribillo todavía me resuena; “La Tierra sin fronteras, la tierra sin fronteras, la tierra, la tierra, la tierra  sin fronteras……..”, no está nada mal, como lema para esta nueva épica y otras tantas ya consagradas.   

      Desde estas líneas, felicitar a TODOS los compañeros y amigos que formaron parte de esta “utópica”  gesta –en su día- , podría resaltar la multitud de virtudes que os hacen grandes personas  a  cada uno de vosotros, pero me quedo con la admiración y estima que os profeso. No hubo ni diplomas, ni certificados, ni clasificaciones , tampoco trofeos, ni reconocimientos sociales,  ni cheques millonarios, ni grandes medios para cubrir la épica, tampoco nos hacían falta. Ya pusimos nosotros los principales ingredientes, motivación y un surtidor de ganas e  ilusión. Como dice un proverbio; “si quieres ir rápido camina solo,  si quieres llegar lejos  ve acompañado”, muy bien acompañado –añado yo- .
También, dar las gracias a los familiares, parejas e hijos, por aguantarnos y acompañarnos de una forma u otra en nuestras aventuras, andanzas y locuras burriclistas.



 


















































      Resumiendo, ruta lineal de 137 kilómetros, los caminos transitados han sido: Camino Real de Los Veratos; Camino de Velada a Corchuela; Cañada San Marcos, Cañada de los Gallegos, Camino de Navalmoral, Vía de Servicio, Antigua N-V, Cañada del Puerto de Miravete- Trujillo. 




    Pd: Diego, Melissa, Andrés, Cristobal, muchas gracias por vuestra aportación fotográfica (7).


    Buen día……….SALUD.


     

“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….”