Domingo (27-6-219, cinco caballeros
veleños acudimos al habitual punto de encuentro,
otros dos compañeros, han madrugado algo
más, para plantar el surtido de caminos y repechos.
Con las burricletas bien dispuestas y
prestas, diseñamos una etapa larga, de kilometrada;
unas cuantas localidades contamos y
extendemos el mapa comarcal para cerrar la corrala.
Primera ruta estival, mañana fresca y
agradable, parece que nos va a respetar el solano;
nos damos novedades, de todo un poco
hablamos, cabalgando en modo distendido.
Nada más comenzar, “sin calentar”,
enfilamos un castillo de pendientes y marcadas cuestas;
menos mal, que el relente mañanero, nos cuida y mima por la “garabatada” dibujada.
Por la opción más recta y directa, nos “perdemos” por el acogedor y
protegido valle cerrero;
sin prisa, pero sin pausa, desdoblamos
las pistas, mientras disfrutamos por el particular laberinto.
Sobre la marcha, contamos las porteras,
tantas veces “anotadas” y en todo su esplendor, salvadas;
animados y distendidos, no decae la
marcha, cunden los kilómetros y sumandos buenos momentos.
“A pie de puerto”, afilamos los
cuchillos, se presta a ello y “algún” pique sano, hay con otra cuadrilla;
también, es verano “en los enebros”, aunque el aire es
fresco, la ficticia estampa ya está
“tostá”.
Los duendes y las hadas no bajan la
guardia y con ahínco y brillo nos jalean
en plena subida;
la escuadra veleña, está a la altura por
estos parajes, brega contra todos los obstáculos y da la talla.
Tenemos nuestros minutos de asueto y
“bocata” y aquí aparecen los caballeros más tempraneros;
Roberto “El Bueno” y Jesús “El Serrano”,
nos relatan su andanza por los ocultos rincones “pielagueros”.
Hermanados, cabalgamos agrupados, sin
perder el tiempo, entre paisajes más bucólicos y abigarrados;
en plena etapa, decidimos estirar el
atlas y poner otra estaca más, para redondear el modificado itinerario.
Continuamos con las kilometradas, en
esta ocasión ruta amena y cómoda, pasando por siete localidades distintas y
destacando el camino de Pepino a San Román, conocido como “las siete puertas”
(muy obvio) y la subida de los enebros (San Román-Marrupe), bastante continua,
muy bien perfilada y agradable, ya que
está metida entre cerros que nos conectan con lo más “profundo del Piélago”. “Todo
guerrero cuando cae, se perdona, se levanta, se sacude el polvo y planea una
nueva batalla.” “El mismo martillo que rompe el cristal, forja el acero.”
En definitiva, ruta circular de 80 kms.
Los principales caminos transitados han sido, Camino de Velada-Mejorada-Segurilla-
Cervera- Pepino- San Román- Marrupe- Segurilla- Sotillo- Camino del Hituero-
Mejorada- Gamonal, Camino de Monte Nuevo, Casa “Quemá”, Carril de las Mulas,
Camino Real, El Corchito, Carril de las Mulas, Chilines, Camino de Gamonal a
Velada.
Buen día…………SALUD.
“….mil caminos por andar y mucho tiempo
perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”