Sábado
(25-03-2023), tenemos jornada de “convivencia y celebración” en la localidad
verata de Collado. Marci “El Anfitrión”,
de primero, nos tiene preparada una “cata burriclista” –como excusa- por
la zona, y de segundo,
“ágape a mansalva, exquisitas
viandas, dulces y zumo de cebada a
granel” en “el bosque idílico” de la casa,
para reponer fuerzas y celebrar “la anhelada” visita. Saludos familiar y reconfortante café,
antes de iniciar la etapa;
ojiplático me quedo, con las
espectaculares vistas que se nos presentan tras el privilegiado ventanal.
Comenzamos
la jornada, “paseo” por el pueblo, para ver su coqueta plaza, el rústico pilón y el horno comunitario, antes de
adentrarnos en “el natural carril bici”. Desde aquí, “comienza la variada
fiesta”; pasos amables, continuos subes y bajas, divertidas veredas y subidas tendidas, con repechos exigentes que nos ponen a prueba
en la placentera mañana. “Promete” la faena burriclista, con la imponente
sierra de Tormantos, como espectacular
escenario, compañía de calidad y el factor novedad, planeando y rectando a nuestro paso.
El
amigo Marci, con todo su empeño, se ha esmerado en mostrarnos los rincones más
extraordinarios de la zona; un infinito bosque de robles nos acompaña en toda
la ruta, gargantas sonoras animan nuestra presencia, mientras disfrutamos desde
el “minipuerto hormigonado”. Mario “El Infante”, sobrado de fuerzas, se exhibe por las alturas; Martín “El Fiero”
tira de galones y experiencia y reserva fuerzas y “El Anfitrión” conoce
perfectamente al enemigo en todo su esplendor
y nos avisa de cada repecho y escalón. Lo de menos, en esta ocasión es
la etapa –que no- porque con tanta belleza y esplendor, no nos podemos abstraer, ni disipar la atención, nos dedicamos a
divagar.
Divertidas
bajadas – alguna, invitada de subida a
la Vuelta España-, ficticias panorámicas que “nos quita el hipo”, que rescatamos en los fugaces descensos
y acogedoras localidades, que nos abren sus amables puertas; rellenamos
las botijas en los pilones principales, somos testigos de los tímidos e impacientes amagos de los cerezos floridos,
antiguos y fornidos puentes con sus consistentes pilares dando fe del paso del
tiempo y testigos “mudos” de la amnésica historia; también, alegres gargantas
que nos iluminan en nuestra travesía, mientras nos ensimismamos con la
exuberante grandeza que vamos recogiendo por el virtuoso camino.
Ruta
imperial, por trochas recorridas por peregrinos, burriclistas y turistas para
conocer los entresijos y lindeces que nos regala la sobresaliente comarca. Mis
compañeros, “imperiales”, dándolo todo por estos lares; admirando los
recónditos rincones “conquistados”; aireando y alimentando los ávidos
sentidos, por pistas bien cuidadas
y esmerados paisajes, reposando en el lienzo del imperfecto
maestro. Para rematar la faena, -la guinda del pastel- ; última escalada, para
redondear el desnivel y coronarnos con “los madroños de la Vera”.
Destacar de la jornada, principalmente, la reunión familiar; un día intenso, cargado de multitud de ingredientes; amistad en familia, pinchos, comida y sobremesa en muy buena compañía, rodeados de paisajes de “ensueño”, con ruta burriclista incluida. En el plano personal, - superadas todas las expectativas- por las enormes ganas que tenía de visitar y pasar una jornada en Collado de la Vera, con el amigo Marci y su familia. ¿Qué más se puede pedir? "Toda persona se realiza mediante un proceso gradual. Este parece ser el gran principio de armonía del universo".
En
definitiva, ruta circular de 50 kms (1050 m. D+), los principales caminos
transitados han sido; Camino de Collado-Jaraíz-Garganta la Olla-Cuacos de
Yuste-Aldeanueva de la Vera-Collado.
Pd1:
Martín, muchas gracias por tu aportación fotográfica (2).
Pd2: El orden de las fotografías está en orden inverso a la realización de la ruta.
Buen
día…………………SALUD.
“…mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio…”