Domingo
(26-11-2023), dos caballeros veleños nos presentamos en nuestro habitual punto
de encuentro; entre descansos,
jubilaciones, E.R.T.Es y bajas varias, salimos a “andorrear” los voluntarios
que por estas fechas estamos de guardia.
En esta ocasión, pactamos sendas y trochas por “el parque de atracciones”
tantas veces visitado, disfrutado y admirado; el privilegiado rincón del
Marrupejo.
Iniciamos
la jornada con temperaturas “todavía llevaderas”, pero elegimos subir por “el
puerto de Gamonal”, para entrar rápido en calor, salvando repechos y los continuos subes y bajas cerreros, que nos
abren los portones de la serena mañana. Caminos impolutos, fotogramas
cristalinos y agradables fragancias, que
vamos recolectando de la reposada estampa. Damos los buenos días a las villas
vecinas y nos lanzamos a los recovecos recreativos.
Ante
nuestra presencia, paisajes de ensueño, bañados por el serpenteante
“arroyuelo”……Desde aquí, comienzan los delirios y deleite por los angostos
senderos. En la primera parte, para avanzar
tenemos que amarrar las burricletas “del ramal”; la pericia y valentía
de “antaño” se han quedados colgadas –desde que apostamos por las largas
distancias- en las tiradas maratonianas
y en la alta montaña. A pesar de esto, hemos “ganado” en experiencia,
prudencia y hemos echado “cabeza”. Pues eso, aprovechamos la jornada para
divertirnos y recordar antiguas andanzas por “nuestro huerto”. ¡¡¡Cuántas
jornadas hemos echado por estos tramos!!! Solos y entre semana.
Salvado
el tramo “más conflictivo”, esquivamos piedras mojadas, raíces y ramas de
zarzas en la estrecha y empinada senda. Disfrutamos del entorno y su envolvente
tranquilidad, entre encinas y el verdor del camino, homenajeando “tiempos pasados”. El amigo
Roberto “El Bueno” (El Marqués del Marrupejo), todavía guarda “algo de la
esencia díscola”, forjada y ensayada en la revirada pantalla, antes de
aterrizar y postrarnos en el vetusto altar.
A
nuestro paso, más repechos y otro “castillo de veredas estrechas, más
sencillas”, que nos invitan a la diversión, probarnos y deleitarnos entre muretes de piedras,
salpicadas con el musgo colorido. Tramos de ciencia ficción, que nos dejan
ojipláticos y nos hacen perder la noción del tiempo por el excelso rincón. Sobre la marcha, después del atracón de
sendas, paramos a repostar, minutos de relax para el gozo y la contemplación.
Después de la parada, reemprendemos la marcha; amenas conversaciones, hacemos
el resumen “sendero”, entre el afortunado paraje adehesado; por la Gamonosa, deshacemos el
itinerario “cabalgado”, un camino “especial” que tiene duende tanto en la ida
como en la vuelta de una jornada cualquiera.
Destacar
de la ruta, el laberinto de senderos y trochas, tantas veces visitados y
disfrutados. Rincones salvajes –actualmente, poco frecuentados- apartados de
los pasos convencionales, cargados de tranquilidad, silencio brotando a
raudales y sembrados de magia y encanto a granel. “Lo importante no es volar
alto, sino hacerlo acompañado.”
En
conclusión, ruta circular de 55 kms. Los principales caminos transitados han
sido; Camino de Velada-Gamonal-Mejorada- Segurilla-Camino del Hituero- Sendas
del Marrupejo (Barrancos), Antiguo Camino de Sotillo-Senda de Cervera-Camino
del Lomo, Trocha-senderos del Pozo, Camino de Los Dornajos, Camino de Marrupe,
Antiguo Camino de Sotillo-Segurilla-Mejorada-Velada.
Pd:
Roberto, muchas gracias por tu aportación fotográfica (2).
Buen
día……….SALUD.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”