domingo, 31 de mayo de 2020

Ruta: ¿Cómo llegar a Mejorada?




Domingo, treinta y uno de mayo, a las ocho y media, en el lugar de costumbre, -después de flexibilizar las restricciones- previo acuerdo, acudimos “convocados” dos caballeros veleños; a esta “charlotada”, me acompaña el amigo Roberto “El Bueno”. Con las burricletas bien dispuestas y enfiladas hacia la zona más elevada, la etapa ya quedó sentenciada “el viernes” y presentada sobre el tapete de la mesa: Mejorada y sus cuestas.

A ver, si “poco a poco” vamos retomando, acudiendo al habitual punto de encuentro, para rodar en grupo, cada uno hasta donde pueda/quiera y le apetezca, abrir las porteras de la sierra, buscar nuevos retos y convocar amigables encuentros. La jornada de hoy (esta semana), ha sido especial, setenta días después, vuelvo a coincidir con mi  amigo Roberto, me ha alegrado enormemente este reencuentro, en breve, espero ir “pasando lista” al resto de la cuadrilla. Nos hemos dado novedades, de todo un poco hemos disertado, temas varios hemos tratado, para hacer más entretenido el discontinuo recorrido; por supuesto, también hemos “cabalgado” y alguna pedalada hemos dado. Mañana agradable, llevaderas temperaturas, con el cielo encapotado, unas veces nublado y en algunos tramos “el sol atizando”, por “las cuestas pactadas”  y bien plantadas, antes de entrar en la villa de Mejorada; agujas y un madejón de  hilo  para remendar la etapa diseñada.








































A nuestro paso, nos hemos encontrado con Jesús “El Serrano” que nos ha acompañado en la segunda vuelta; también, “por los cerros” nos hemos parado a saludar al “Lobo Gamón”, parapetado en su hábitat natural y en la última rotonda, hemos “rescatado” a Fernando “El Benjamín”; todos nos han dado novedades y en algún punto, según nos han comentado, han coincidido con otros caballeros veleños, desperdigados por la señorial periferia. Una montaña rusa de repechos para ponernos a prueba, subes y bajas de buenas sensaciones por parajes “casi olvidados”; nos hemos retorcido por las pendientes mencionadas, hemos “volado” por las divertidas bajadas y en buena compañía, nos hemos difuminado por los andurriales cerreros. Inmortalizamos joviales momentos, congelamos el tiempo por los indómitos paisajes que vamos conquistando, mientras “nos crecemos” según van “cayendo” los repechos. Hemos subido a la villa vecina por tres recorridos distintos, pero  nos ha quedado uno más, “por la mataburras”, no digo “na”.“No siempre podemos elegir la música que la vida nos pone, pero podemos elegir cómo y con quien bailarla”. “Me agradan las personas con las que puedes hablar de todo y de nada, y de cualquier manera se pasa un momento agradable”. Hasta la próxima.  

Ruta circular de 60 kilómetros (sin pasar de Mejorada), los principales caminos transitados han sido: Camino de Los Perales, El Molino, Camino La Mojeda, “Baldío”, Camino de Los Huertos, Camino del Bonal, Camino de Mejorada-Velada, Camino Ermita de Gracia, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Velada-Gamonal-Mejorada-Velada, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Los Huertos (Subida Asfaltada),  Camino de Mejorada-Gamonal-Velada.

Buen día………………SALUD.


“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”.

lunes, 18 de mayo de 2020

La simplicidad del cambio..........


Domingo, diecisiete de mayo, con la burricleta bien dispuesta, me preparo para hacer otra etapa aventurera, con visos de quijotesca; por supuesto, la propuesta ya está pactada y encima de la mesa; bien ataviado con el hábito de “romano”, de corto según nos indica el termómetro, ya que, se esperan que poco a poco vayan escalando las temperaturas. Mantenemos las pautas dictadas, rutas en solitario y sin salirnos del término municipal de Velada; algunos días, son todo un lujo rodar en solitario, me acompaña un cielo asombrosamente azulado y limpio, envuelto en una vistosa capa de aire transparente y lúcido. A mi paso, por el camino de Arenas, al fondo asoman las envidiables vistas serrranas; por la rápida bajada, “me esmero” para coger impulso en el pasillo de la antesala y a mi diestra, altos pastos “se asoman” camuflando a la expectante vacada. Sobre la marcha, saludo a Vitorino, que me comenta, “que él va más tranquilo hacia el pantano”; más adelante, se me abren las puertas del apaciguado paraje adehesado y para empezar a alegrar mañana, posando a tres metros, un jabato ejemplar, y cuando todavía no me he recuperado de la digna estampa, una decena de cérvidos me saludan, reposando debajo de las encinas, sobre la hierba fresca, ¡¡¡qué pasada!!! ¿Quién da más? Voy levitando por el bosque arbolado, retozando sobre el estrepitoso silencio, esquivando los charcos “regalados” por las altruistas lluvias de los últimos días; entre robustos alcornoques y un batallón de encinas, ensimismado, cabalgo por el reposado rincón; alucinantes paisajes floridos, estampados de colores alegres y vivos, continúo tentando a los cenagales estancados, “y tanto ir el cántaro a la fuente”, en alguno, “pinrel al agua”. Por estos lares, sigo postrado en la catártica postal, mientras agradezco a la madre natura, las prolijas vistas que nos regala; en movimiento me entretengo con “las musarañas”, mientras arribo en el ameno regato, bien surtido de cristalinas aguas, me recreo unos minutos en la florida orilla.
































De vuelta, desenredo “lo andado”, “mismo camino, pero distintos actores”; desde otra perspectiva, diviso las panorámicas anteriores; las mismas porteras, el mismo rebaño de ovejas, la misma loada arboleda, los astados que en la ida no estaban, algunos buitres y aguiluchos revoloteando sobre mi cabeza ¿habrán salido al “super” a por la cesta de la compra?, los mismos charcos, los mismos establos y casas de labranza. El mismo paisaje, pero desde perspectivas distintas, diferentes tonalidades sobre el vistoso decorado, al igual que el enfoque de los colores, ha mutado, según la posición de la luz; el zarpazo del aire también ha cambiado su dirección, el juego de las sombras ahora proyectan otras subjetivas imágenes, los olores han transformado el escenario, la diversidad de la fauna también ha cambiado de posición, ni el tiempo ni la hora ya son los mismos, todo es “aparentemente” igual, pero a la vez “tan diferente”. Podemos recorrer el camino mil veces, pero éste ya no es el mismo, yo tampoco. Para completar la jornada, “un voltio” por la infinita llanura, algunos repechos, para calentar “las piernas”; saludo a Gabriel “el amigo”, que “a voces me ha alertado”, desde una distancia prudencial, nos damos “novedades” y continuamos cada uno con nuestro camino. Con el aire de cara -casi todo el recorrido de vuelta-, escalo por el alto de “Las Casillas”, “el tío Prude” me arenga y anima con su garrota, “si no te vas a bajar”; circunvalo la localidad veleña, para alargar la etapa y disfrutar algo más, de la agradable jornada. “Lo más constante en esta vida es el cambio: todo fluye, nada permanece. Nunca te bañarás dos veces en el mismo río”.  

 















Resumiendo, ruta circular de 42 kms. Los principales caminos transitados han sido: Camino de Velada-Arenas-Navalcán-Parrillas (vuelta), Camino del Toril- Camino de Casillas (Alto), Barbú, Camino Ermita de Gracia, Cañada Real Leonesa Oriental, Camino del Corchito, Pilón de Los Moralos, Camino Real de Los Veratos.


Buen día…………………..SALUD.


“…..mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”