Domingo
(30-07-2023), cinco caballeros veleños, dos de ellos, con los cargos de
“Arcontes-Pro de Talavera”, nos
convocamos para realizar una “ Especial
Serrana”, desde la sede de verano,
Arenas de San Pedro. Con las burricletas prestas y bien dispuestas, para afrontar otra etapa “Reina de Montaña”.
El amigo Francis “Sevilla”, previa
consulta, “nos vende” su “atractiva y exigente”
propuesta.
Comenzamos
la jornada, la mañana se presenta fresca y serena -lo cual agradecemos- pero a
la vez intensa, por el itinerario pactado. En modo distendido, por todo lo que
tenemos delante, “para dar y tomar”, cabalgamos sin demoras, amenas
conversaciones para calentar, hasta que “los Arcontes talaveranos” meten otra
marcha más “en modo dorsal”. El trío veleño, lo tenemos claro, “no tenemos
hora” y queremos finalizar la etapa diseñada. Caminos de sobra conocidos al
principio y por los puntos más bajos de la comarca, las chicharras “ya tocan
rock duro”, ¡¡¡vaya marcha!!!, entre la espesa arboleda y las tendidas
pendientes.
A
nuestro paso, un laberinto de entretenidos caminos, repechos repentinos y
bajadas “técnicas”, más, por el estado
agrietado y movido del recorrido. A esto, añadimos las huertas bien cuidadas, sus
afiladas cumbres, custodiando la
agraciada sierra y las generosas vistas
“del Barranco”, que nos brindan diferentes perspectivas y encuadres desde la
privilegiada balconada. Todavía,
calmados por estos ventilados lares, a media altura, aprovechamos la tranquilidad del día, para
recrearnos, inmortalizar fotogramas y genuinos paisajes que “posan” con estilo
ante la presencia de la invitada escuadra.
Desde
Mombeltrán se escuchan “los tambores de guerra”, “los cuchillos entre los
dientes”, “sálvese quien pueda”… comienzan los duros repechones hormigonados
(22%) que nos ponen a prueba y nos hacen “chorrear y suspirar”. En nuestro
“breguear”, bastantes fuentes, frescos
pilones para saciar la sed y refrescarnos que nos alivian y reconfortan.
Después del “susto”, nos adentramos en “el cómodo y largo puerto”, sombreado,
rezumando aire transparente y
presumiendo de su grandeza; al tran-tran, “sin prisa pero sin pausa”, de los
adelantados “ni rastro”. En plena ascensión, impresionados nos quedamos, con las impactantes estampas que dejó el devastador fuego; aprovechamos para rellenar
las botijas y por un “despiste” -será por la emoción y la belleza del lugar- ,
me tocar hacer “series” y recoger “el bote olvidado” encima del pilón.
Acomodados en el vaivén de la escalada, coronamos
la mítica ascensión y contactamos “con los escapados” para repostar, coger aire, reponer fuerzas y afrontar la
segunda parte de la etapa.
Después
del largo descenso, nos adentramos en otra dimensión, tramos empedrados, más técnicos de subida, ceñidas, amenas y
rápidas sendas entre olivas, higueras y variedad de frutales adornando el
paisaje; atrás vamos dejando las acogedoras villas, cuando el sol “comienza a calentar”,
más tramos exigentes y por “las morañegas” de Cuevas, nos encontramos con rígidas pendientes y un ameno y lucido
circuito, para recuperarnos y antes de afrontar la última subida del día. En el cruce
-del confesor- nos aguardan Cristóbal “El Nazareno” y Antonio Medina “El Estratega”,
ellos deciden bajar ya para Arenas; nosotros, optamos por merendarnos “La
Centenera”. Pues dicho y hecho, para dar el gustazo a nuestro amigo Alberto “El
Maestro Ceramista”, escalamos por el solicitado puerto, aunque las fuerzas
comienzan a flaquear, sabemos manejar la situación, guardamos, no nos
precipitamos, nos refrescamos e hidratamos en “el bendito pilón” y antes de
coronarnos, el tramo más duro lo salvamos con “nota”, incluso “apretando”,
después de todo lo que llevamos. Ahora nos toca, disfrutar de la estirada bajada y efímera
bajada, disfrutando -más destendidos- del espectacular paisaje, entre pinos y
castaños, aunque “hasta el rabo todo es toro”, sabemos que “otra etapa reina está
en la talega”, nos recuperamos y
aceptamos el hechizo de la sierra y nos citamos para más aventuras y retos en
las próximas semanas. Para brindar y celebrar la excepcional jornada, ahora nos
refrescamos con zumo de cebada fresca y ensaladilla que nos dan la vida.
Destacar
de la fantástica ruta, en primer lugar, el recorrido por el barranco de las cinco Villas
(ruta del Bajo Tiétar) sus magníficos paisajes, para mí, con gratos y bonitos recuerdos de personas maravillosas, que habitan estas localidades y hace años ya me habían ilustrado por estos lares. Las
exigentes subidas, sus largos puertos, los frondosos bosques de fantasía y sus apoteósicas
vistas, que cada semana nos acogen, y nosotros con más ilusión y motivación. ”Cuando algo ocurre,
lo único que está en tu mano es la actitud que tomas al respecto; tanto puedes aceptarlo como tomarlo mal”.
En
conclusión, ruta circular de 78 kms (1900 -¿?
m D+). Los principales caminos transitados han sido; El paseo de “La Triste Condesa”, El Berrocal-La Parra-
Pista forestal de Los Marianistas. Recorrido de las Cinco Villas -PRC - AV49,
GR 293), Mombeltrán, Santa Cruz del Valle- Subida El Techo del Mundo- Puerto de
Pedro Bernardo-Serranillos, San Esteban del Valle-Villarejo-Cuevas del Valle-
Senda de las Morañegas-La Centenera-El Arenal- El Hornillo-Arenas de San Pedro.
Pd:
Francis, mucha gracias por tu aportación fotográfica (3).
“…mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido, sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”