martes, 26 de abril de 2016

Ruta: Puente del Arzobispo-Salto del Pedroso.

      Domingo, veinticuatro de Abril, temperaturas agradables y en el cartel han anunciado “ruta memorable”; Ilde “El Suegro” y Roberto “El Bueno”, ¡¡¡ya vienen de corto!!! Eso, dándonos ejemplo a los más “frioleros”.   En el lugar de encuentro, acudimos caballeros veleños y “El Lobo” como representación gamonina, para formar el quinteto del segundo turno; otros tantos ilustrados, han madrugado y media hora antes –a las 8:00 horas- a cabalgar han comenzado, “querían adelantar terreno, abriendo paso y secando los charcos”. Con las burricletas bien dispuestas y prestas para la implacable contienda, “partimos hacia tierras puenteñas”.

     Iniciamos la jornada, hacia los cuadros de la vega, para adentrarnos en la anchurosa cañada; ¿qué decir del  “paseo mañanero”? Para comenzar y calentar, rodamos en modo distendido y amenizadas chácharas para animar  la templada mañana;  allá a lo lejos,  escuchamos voces y algarabía, Gabriel “Lamparillas” que no estaba a la hora acordada (esperamos los minutos de rigor)  y “viene con prisa”; una jauría de  mastines guardianes se dan cuenta de nuestra presencia y con una monserga de ladridos nos apremian; también “un can  carea” se revela, pero Roberto e Ilde les enseñan los dientes y en paz nos deja; cruzamos la ferroviaria vía y parece que mejora la reseca y alargada pista. Desde que iniciamos,  por la vasta explanada, salvamos “cientos de charcos” y otros tantos tramos embarrados, para dar más emoción a la épica hazaña; de todo un poco vamos hablando por el monótono llano; más humedales y pastosos lodazales salen a nuestro paso y a pesar, de ir atento y con cuidado  el primer caballero, “una liebre”  que salta  “palsaco”. Allá a lo lejos, “en el alto”,  vemos “unos bultos”, algún componente  dice,  “son ellos”, allí están “los adelantados”, metemos una marcha más (¿o dos?) y entre campos de cereal sembrado, se empina el terreno, hasta que nos agrupamos con los demás “compañeros”. Nada, Goyo “El Coloso”, que está gafado y la burricleta ha averiado, “esta vez,  el cambio”. Damos novedades, comentamos la andanza de la embarrada jornada; cruzamos la aldea de Alcolea y en Puente, con agua a presión “aseamos y damos brillo a  nuestras desconocidas burricletas” –de barro venían hasta las orejas-. Fotos de rigor en el panel rural y hacia  el centenario puente –indicamos-; nos recreamos con las genuinas vistas del colmado río y por la acogedora senda, entre almendros y olivos, arribamos en el paraje natural, empedrando y encorsetando al espectacular salto. Cada cual que disfrute a su manera, “yo me voy para abajo”, me acompañan “El Gran Maestre”, también llega Roberto, y “El Lobo” que con  esta postal, se  queda prendado. En el día de hoy, nos comemos “el bocata” escuchando el reconfortante estruendo de las bravías aguas; todo un deleite para los sentidos, el estar encarcelados en “la jaula inundada” y otro aliciente más, para el disfrute de  los caballeros elegidos; inmortalizamos estos momentos, hacemos comentarios varios y por la gran crecida, pena que no podamos ir unos pasos más allá, “otra vez será”. Ascendemos por el laberinto rocoso “del Pedroso”, más arriba nos reunimos con el resto de la cuadrilla y nos preparamos para la partida. 
 

    






















































     Reemprendemos la etapa, con el buen sabor de boca, por  los dignos museos  degustados; cogemos agua “por si acaso” y nos adentramos en el camino peregrino de Alcañizo; como somos solidarios, acogemos al vendaval del aire, atizando de cara y  entre amplios campos de cereales sembrados, transcurre la vuelta, -con algunos simulacros  de cuestas-, Diego “Sin Miedo” y Gabriel “Lamparillas” se prueban y de vez en cuando “aceleran”. Suena “la campana por la retaguardia”, toca quitar alguna marcha y esperar; rodamos por una  vía bien marcada y en ambas partes alambrada y  en este punto, algunos compañeros se despiden, “por diferentes motivos quieren llegar más  pronto a casa”, aligeran y dan un paso al frente. Una alfombra de color verde y un mar de encinas acompañan a la reducida cuadrilla;  cruzando el pueblo de Alcañizo, avistamos una cuidada viña “sembrada con  botellines de cerveza”, “ya están dando ideas”, entre risas se comenta; también, nos explica su  teoría” el amigo gamonino (que le contó un lugareño en su día); “cien años viviendo, cien años aprendiendo”, según dice el sabio refranero. La vía de servicio es la dirección “por eso de acortar y más rectos marchar”; desde este punto, “sin llegar a parar” el freno de mano, echamos –total, prisa no llevamos- estiramos la cuerda, avisamos, esperamos y nos agrupamos; mientras, Roberto “El Bueno” ejerciendo de noble y fiel escudero,  va tirando del “Maestro” y  Domingo “El Maca” nos apunta “reducir más la marcha” ; mientras esperamos, Chema “Tino”, da parte del coche clandestino, tomamos nota y también “divagamos” sobre el enigmático caso. Sin más novedades que resaltar, en los últimos kilómetros, despedimos a los amigos vecinos y en fila de a uno, hacemos el tramo “cansino” de asfalto, vigilando y sin perder de vista la parte trasera. 

       

     




















































       En definitiva, ruta circular de 70 kilómetros. Los principales caminos transitados han sido; Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Calera a Alcolea-Puente-Camino del Villar del Pedroso- Salto del Pedroso; Camino de Puente-Oropesa-Alcañizo; Vía de Servicio N-V- CM 9510.


      Buen día……………..SALUD.  




“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

martes, 19 de abril de 2016

Ruta: Embalse de Cazalegas + El enebral.

  Domingo, diecisiete de Abril, “después de la tormenta siempre llega la calma”  y podremos dar un “voltio” en la mañana revuelta. Nueve caballeros veleños  nos congregamos en  el habitual punto de encuentro; con las burricletas bien dispuestas y prestas para la contienda, “nos vamos a Puente” era la valiente propuesta del Gran Maestre; analizamos  “los pros y los contras”, tras los torrenciales aguaceros, nos decantamos  “por un terreno más seco”, a pesar de que “el alto cargo”  no lo ve nada claro.

    Iniciamos la jornada, hacia la villa de Gamonal y, a lo largo del camino vecino, todavía resuenan  los ecos pertinentes, “nos teníamos que haber ido a Puente”; algo de asfalto calado antes de entrar en el rellano del “Polígono”; marchamos bien agrupados, mientras “tocamos todos los palos”, actualidad, deportes y el tiempo tampoco ha de faltar “¿creéis que nos vamos a mojar?” Atrás,  dejamos cuidadas parcelas con sus huertas preparadas, fábricas cerradas, coloridas postales  y las clandestinas acequias, antes de entrar en la alargada canaleta. Cabalgamos sin grandes sobresaltos por “el piso llano”; amenizadas chácharas en la primera fila y también por la retaguardia; a nuestro paso, extensos terralgos,  mostrándonos su lustroso decorado, casas de campo todavía adormiladas, “maceteros” de espigados eucaliptos, pinos  y encinas encarceladas, guían nuestra ruta y de  las verdosas aceras rezumando  el agua clara ; “damos el alto a unos cuantos esparragueros” y a otros tantos burriclistas también saludamos y sin darnos cuenta, ante El Embalse nos postramos. Risas y guasas, “encima, las compuertas están cerradas, los ánades no son silvestres ” y El Gran Maestre erre que erre “ que nos teníamos que haber ido a Puente”. Por la vía asfaltada, cruzamos las silenciadas urbanizaciones, escalamos algunos repechos y también nos atrevemos con el  más empinado, el alto de  Reguerones. Al fondo, se presenta “El Piélago”, entre las espesas nubes, camuflado; disfrutamos de la tranquila mañana y de las transparentes vistas que el día nos brinda; arribamos en la aldea montesa, fotografía en la artesanal cartelería y más adelante, en el conservado abrevadero,  paramos a repostar y a la andorga engañar. Compartimos viandas y animados momentos de risas y bromas; el menú de cada día,  fruta fresca, dulces,  pasas y algún bocata, nos “trasteamos” para reponer fuerzas.


    


































































     Retomamos la etapa y nada más iniciar, “nos toca escalar”; nos adentramos en el rincón de los enebros entre los cerros reposando; cada cual, que suba a su manera “o como pueda” por la hormigonada  cuesta; nos acomodamos en un  salón de colores vivos, el refulgente musgo engalanando las piedras radiantes y la izada arboleda dando cobijo a su encumbrada belleza. Nos recreamos –también nos calentamos- por el tendido tramo;Diego "Sin Miedo" y Cristobalón, suben de fuerzas sobrados, le ponen afán y tesón; “algo más arriba” todos esperamos; giramos a la izquierda,  para afrontar el resbaladizo repechón.Ilde "El Suegro" aplica su lema "¿quién dijo miedo?"; todos lo intentamos, pero  lo mejor  es llevar la burricleta del ramal “y otra vez será”. “Es complicado hasta  andando”, Goyo El Coloso, comenta resoplando; nos colamos en el pasadizo mágico, olores transparentes y el esquivo hechizo, floreciendo en  las angostas veredas y  el tobogán de las emociones nos zarandea por la tupida senda, “menos mal,  que no nos hemos ido a Puente” comentan los más osados y prudentes; se disparan los flashes en distintas posiciones, queremos “enlatar las mejores imágenes y rescatar fugaces suspiros  coloridos”, misión imposible cuando se desbocan los ávidos sentidos. Algunos compañeros (noveles y veteranos)  no conocían el laureado rincón y a su salida, no paraban de alabar y su místico encanto ensalzar. Seguimos con la disimulada ascensión, entre vallados empedrados y “algunas bestias a sus anchas, reposando” en el monte despejado; en la villa de Cervera nos agrupamos y Martín “El Fiero”,  nos invita a entrar  en la senda del “Monte de los olivos”, no se hable más y nos vamos a dar “otro capricho” por el tramo divertido; recolectamos preciosos fotogramas por el callejón de los sueños y superlativas expresiones se escuchan por la escondida vía. Salimos del pueblo montés dando la vuelta por los cercados de piedras, en esta ocasión “nos volvemos por la más rápida opción”; subimos el tramo más empinado y desde aquí “un topabajo", alegrando el paso  y el temeroso aire de cara atizando; tenemos tiempo de meter una marcha más y  algunos compañeros “se quieren probar”, toca apretar. Andrés “El Líder” y El Relatero, vamos recordando “cuando este camino no estaba asfaltado”, “¡¡¡ya hace años!!! –comentamos;  amplias praderas nos adelantan a toda velocidad  y a Roberto “El Bueno” como escudero ejemplar, al “Protegido” le toca remolcar. Cruzamos la villa de Segurilla, Mejorada también dejamos atrás y para clausurar la jornada, nos toca bregar con algunos  tramos blandos y  embarrados –los únicos del día- ; planeamos por la acogedora pista y todavía nos queda trepar “el repentino repecho  de la herradura”; más adelante, nos agrupamos y a todos esperamos, mientras, con las plácidas vistas cerreras nos recreamos; desde aquí, preparamos el último descenso y sin más novedad, llegamos al punto de partida; minutos para estirar y comentar la jugada diseñada, despedida y hasta la “próxima pachanga” jaajajajajajajaaja.  “La temeridad es peligrosa  en  un jefe; el verdadero coraje es la prudencia”, en esta jornada, hacemos nuestras las sabias palabras del poeta Eurípides.





     





























































































      
      Resumiendo, ruta circular de 68 kilómetros, los caminos transitados han sido; Camino de Velada a Gamonal, Pista del Polígono Torrehierro, Canal Bajo del Alberche a Cazalegas; Camino de Serranillos-Reguerones-San Román de los Montes; Camino de San Román de los Montes-Marrupe-Cervera de Los Montes-Sendero del Monte de Los Olivos-Segurilla-Mejorada-Velada.



      Pd: Martín, Roberto, muchas gracias por vuestra aportación fotográfica (2,1).



             Buen día…………….SALUD.





“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….”