martes, 26 de noviembre de 2013

Ruta: Los Bosques "clandestinos"

     Domingo veinticuatro de noviembre, día gélido,  las temperaturas frías y los valores del  termómetro por los suelos. Ocho caballeros veleños acudimos a la honrada llamada dominguera. Con las “burricletas armadas” para la invernal temporada, otros “achiperres” en las repletas alforjas e indumentaria adecuada para cubrirnos bien las manos y cara. “El Gran Maestre” nos quiere “engañar” por el “descubierto llano helado”; los demás,  no lo vemos nada claro. Ilde “El Suegro”, contraataca, con una inédita jornada; “no se hable más, hoy toca investigar….”

    Iniciamos la etapa por las calles heladas de la villa de Velada; “El Rollo” izado, la desierta plaza con indicios de la última rociada, hacia las afueras nos lleva. La conversación es un monólogo pactado, todos “llevamos las manos congeladas”; a nuestro paso, el suelo blanquecino, la tierra trabada y “helados charcos” por la “vistosa pelona” de la madrugada. En el recogido encinar, parece que empezamos a “funcionar” y a recuperar la “entumida” sensibilidad. El cándido “solecillo” mañanero, despertando a la vasta cañada y dando  “vidilla” a la intrépida cuadrilla. Por estos devastados “parajes”, “sufrimos” la huella del manto helado, “unos pocos, por la “irregular” vía de la trashumancia, los demás  por la firme  carretera”, “no les llama dicho andurrial”. Atrás dejamos “la calentita” cañada y el silenciado encinar en la tangible  tranquilidad de “Aldea Arango”; cuando Ilde como buen anfitrión, prepara y nos invita a “presenciar” la función. Domingo “El Maca”, también Eduardo “El Carpin”, no se esperan a la “parranda” y para casa marchan.

"Camino de Velada a Parrillas"
"Resultado de la helada"


    







"Arropados y bien ataviados"
"Cruzando el río Guadyerbas"









Cañada vs Carretera
Cañada Real Leonesa Occidental










"Dejando huella....."
"Desde la Cañada  hacia Aldea de Arango"











"Preparados para buscar otras vías..........."
     Después del tradicional “salto de vallas”,  “un campo a través” para no variar; Francis “El Paciente”, limpiando la “senda ganadera” de pastos y otras hierbas; unos “pirulos” sembrados, “¿son hornos o pozos?”, otro “charco helado”, vuelta al ruedo para la “retrataura” como “la mejor candidatura”. Más cuestas cerreras, entre “encinas y  chaparros”, ¡¡¡¡¡ni rastro del camino!!!” “¿dónde se habrá metido?” comenta el tenaz “Maestro”, “to confundido”. –“Con las veces que te hemos contado esta historia….” le responde Roberto “El Bueno”, entre risas y mejor armonía. Seguimos “subiendo” entre jaras y “chaparras canijas”, por el inesperado canchal de escalonadas piedras, nos “encaramamos” en lo alto de la “buscada cresta”. Nos recreamos en la “entretenida bajada”, una piedra mal colocada y al amigo Roberto,  una cornada en el “traje de gala”. A nuestro “paso”,  otra alambrada,  se “levanta el telón”  para nuestras ávidas retinas, “una postal clandestina”; la magia del robledal nos atrapa, un bosque bien acicalado, “digno de ser admirado”, invadido por el absoluto reposo y la original huella del soñador otoño; ahora, otro “ameno campo a través” entre la “bendecida” arboleda, pequeños badenes ocultos en la  hierba fresca; antiguas porteras para adentrarnos en la pintoresca pradera; el acogedor callejón de la fresneda entre vallados de piedra y  una alfombra de hojas secas, nos guían a la aldea montesa.
Es la hora del “almuerzo”, frutas, pasas y otros alimentos, para los osados “veleños”; comentamos  la jugada y por “el mismo precio”, rendimos “pleitesía” a la belleza descubierta.

"También trabajamos en equipo"
"....nos esforzamos..."


     






"Hacemos camino al andar..."
"Mantenemos la fila...."










"En la cima nos graduamos..."

"Me hacen posar...."









"Por el bosque espectacular..."
"La firme huella del otoño"










"La grandeza de la pradera..."
"Hacia los fresnos y hojas secas"










"....al fondo un rayo de sol...."

"Abriendo el bucólico rincón"










     Preparamos la vuelta, “por el antiguo camino de Talavera  con giro a la derecha”, el emocionado sexteto acuerda. Nos perdemos por la “asalvajada dehesa, atrás dejamos disimulados caminos y pasos “vaqueros”, hacemos  unos cuantos quiebros para salir de este “idílico cuento”. Resaltamos la austera naturaleza del acogedor lugar y  maravillados comentamos. Cruzamos el arenoso río….y se nos abren las amplias puertas del  “Baldío”…..Sin novedad en la marcha, hablamos de decretos y normas “burriclistas” y “El Gran Maestre”, “aprueba” una orden de “colaboración” para “repechos y cuestas”; busca aliados para firmas y pactos. La interminable recta del “torilejo”, con la “amabilidad” del sol y  sin prisas,  al pueblo nos “arriba”.

"Camino de Montesclaros a Talavera"
"Camino de los Caleros"



    







"Senda ganadera"
"Agrupados y esperando..."









"Río Guadyerbas (Juntas)"
"Camino de Casillas"











"Por la interminable recta...."
     Resumiendo, ruta circular de 55 kilómetros, los principales caminos que hemos transitado, han sido; Camino de Arenas, de Parrillas, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino Aldea de Arango, Sendas del Bosque, Cabezas, Cabeza Alta, Camino de Montesclaros a Talavera, Camino de los Caleros, Casillas, Torilejo a Velada. Hemos cruzado el río Guadyerbas en dos puntos distintos (camino Parrillas, en las Juntas). Hemos llegado a la localidad de Montesclaros.

     Pd: Roberto, gracias por la aportación fotográfica.

    Buen día………………..SALUD


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

martes, 19 de noviembre de 2013

Ruta: “Burriclistas” bajo la lluvia


     Domingo diecisiete de noviembre, mañana “fresquilla” y cielo encapotado con indicios inequívocos de lluvia. Seis caballeros veleños, acudimos al pactado encuentro dominguero. Con las “burricletas” bien dispuestas y “mejor armados” (por lo que pueda pasar) , “¿para dónde vamos?”, hay dudas y “un destino nada claro”. “El Gran Maestre”, se propone llegar a Sotillo por Montesclaros, “no se hable más y arreando”, asentimos y concretamos.

     Comenzamos la jornada haciendo un quiebro a las insignes calles velainas, para buscar la “anchura polar” del Baldío; “hace un frío del carajo en la bajada del llano….”, “hasta se congelan las manos…” en la reducida escuadra se habla. Entretenidas y amenas “chácharas” para combatir la monotonía en la gélida explanada, hasta llegar a la frondosidad del arroyo y las “burricletas” del ramal, para vadear el arenoso canal. Un majestuoso encinar nos abre sus grises puertas, la  quietud y un estruendoso  silencio,  coqueteando a nuestro paso, unas “gotillas” de agua nos amenazan y un arcoíris de olores iluminando el “cabalgar” del sexteto privilegiado. Las “barbas de viejo” columpiadas  de las ramas, mimando el aire transparente; una manada de vacas, escoltando a los caballeros valientes y un perfumado jaral hace los honores en el acogedor paseíllo. Entre tanto “romanticismo y divagar”, Martín “El Fiero”, “habrá que animar el paseo”, comenta al resto. Un camino sembrado de exquisita calma entre la impasible arboleda, los tradicionales “caleros” salen a nuestro encuentro y, nos guían a la aldea montesa.
"Camino de Casillas a Montesclaros"
"En el río Guadyerbas"


     






"Paseo en la agradable mañana"
"Recreando la vista...."










"Dehesa mediterránea" 
"En la profundidad del encinar"










"Preparados para la capea"
"Entrada a Montesclaros"











     Una vez en Montesclaros, “¿por dónde vamos?”, “¿os acordáis del paraje encantado?”, “¿necesitamos brújula o nos aventuramos?”,  “ajustamos los planos”, y  “sin atlas ni coordenadas pintadas, marchamos”. Nos adentramos en el recogido laberinto de callejuelas, que hacia las bucólicas sendas nos van a embarcar; un rincón jalonado con remiendos del indiscutible otoño; veredas estrechas entre “chaparras” y una variedad de setas; vallados de piedra, engalanados con retales de un pintoresco  musgo y el desbaratado puente de madera para anudar armonía y belleza. Entre tanto arrojo y emoción, sin querer,  “hay un cambio de dirección”, “por esta puerta parece que hemos pasado” (como si fuera la primera)…..Roberto “El Bueno”, avisa, “este camino no me suena”, nos comenta después de dejar atrás la verde pradera. Un poco más arriba, “el guarda latino”, amablemente nos indica hacia el oculto camino. A nuestro paso, lúcidos fresnos entre la diversidad del encinar y un tramo desconocido al “morral”; cuando  un “calabobos” nos quiere acompañar por el bosque espectacular; otra “remesa” de espantadas vacas, “éstas parecen bravas”, se escucha en la retaguardia. Cambio de rumbo y “diagonal” a la derecha, entre un valle de estiradas retamas y un canchal de mojadas piedras, “¿dónde tendremos que saltar la alambrera?”, “¿parriba, pabajo, hacia  el alto, dónde se esconde  el arroyo?”. “El Fiero” Martín, nos marca por “aquín”…y la fina lluvia por estos lares, empeñada en venir; la angosta y animada vereda a la oquedad del arroyo nos lleva. “Para no variar”, una empinada cuesta, de regalo, una estampa cerrera magistral, ilustrada en el lienzo grisáceo del austero día; la delicada cortina de agua nos refresca y “lava la cara”,  al fondo la villa nos aguarda. Paramos a repostar, de la tímida lluvia nos resguardamos en un “portalejo”,  para  el menú variado, degustar. Compartimos viandas y “listos para marchar”. Desde el “pódium” solidario, “El Gran Maestre”, saca de su “chistera” un chubasquero y con un gesto ejemplar, a Domingo “El Maca”  se lo entrega, “para protegerte del continuo aguacero”.

"Estrechando los caminos..."
" Por idílicas sendas....."


     






"El puente espera...."
"El camino perdido"










"Preparando otra capea..."
"Un poco más cerca...."










"El Gran Maestre en cabeza"
"Buscando entre retamas..."










"¿Dónde está la dichosa alambrada?"
"Alberto, en pleno esfuerzo"










"....y todos subiendo"
"Bajada....para volver a subir..."











Domingo y JoseMa, ejemplo para los demás
     Emprendemos la marcha, la vuelta por la “cañada”, para llegar juntos a casa….y, cumpliendo con el primer mandamiento  de la saga veleña  “…ningún caballero en la soledad del abandono….”. Por el camino, risas y bromas (“con la que está cayendo”) con “la bolsa de la basura”; “parece una azulada medusa”, “último modelo y aerodinámico”, “se infla como un pavo…”. Alberto “El Maestro Ceramista”, desafía al tiempo “a pecho descubierto”. Por el llano, tranquilidad y recogimiento y el “sirimiri” dando brillo y esplendor al apuesto paisaje. Sin novedad en la parte final de la jornada, las “tierras baldías” por la generosa lluvia bendecidas, el vistoso alcornocal reposando a un lado…..y el “gran llano”, “calado”  de tonos grises y claros.

"El llano nos espera...."
"Domingo, luciendo último modelo"



   





"Caballeros veleños resistiendo"
"Estampa otoñal...."










"Desafiando al tiempo"
"...y a la gran recta..."










"Arroyo El Guijo"
"Enfilados a casa..."











     En definitiva, ruta circular de 55 kilómetros, los principales caminos que hemos transitado han sido; Camino del “Torilejo”, Camino de Casillas a Montesclaros, Camino de Talavera a Montesclaros, Camino-sendas  de Montesclaros a Sotillo de las Palomas. Camino de Sotillo de las Palomas a Velada (Tramo de Cañada Real Leonesa Oriental). Hemos cruzado el río Guadyerbas por “Las Juntas”. Las localidades que hemos pasado, han sido Montesclaros y Sotillo de las Palomas.

     Pd: Roberto, muchas gracias por tu aportación fotográfica.

  Buen día…………………..SALUD.  

 

“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….”