Después
de un tiempo ausente del “mundo virtual”
y de los relatos burriclistas, eso sí, pero sin dejar de pedalear, días de entre semana , festivos “y días de
guardar”, en etapas furtivas, rodando en solitario y otras veces, muy bien
acompañado; saliendo sin horario establecido, sin rumbo fijo ¿o no? Para
disfrutar a mí manera, decidiendo el cómo, dónde y cuándo. Unas veces la apatía –que no falta de ganas-, otras, la pereza por madrugar y el querer salir “a mí
bola”, han hecho que me reincorpore con más ganas, aires nuevos, un plus de motivación, ilusiones renovadas,
con “hambre” de novedosos retos, con más
ganas –si cabe- de aventuras montañeras y
siempre dejando un hueco “para alguna locura extra”. Como dice nuestro amigo Diego “Sin
Miedo”, “hay que tener un objetivo en el punto de mira”: “Nadie encuentra su
camino sin haberse perdido varias veces”.
Domingo,
diecinueve de mayo, me reincorporo a filas, después de unas pocas “faltas” domingueras;
saludo a mis compañeros de fatiga, no me libro de las bromas y chistes de
bienvenida. Una docena de caballeros veleños
acudimos al pactado punto de partida, sumando a Ilde “El Suegro” y
Antonio “Medina” que saldrán a nuestro encuentro en algún punto del paraje
cerrero. Con las burricletas engalanadas
y prestas, nos preparamos para la contienda propuesta, ¿Por qué será, que hoy tocan cuestas? Eduardo “El Carpin” así
lo vaticina, ya que “las burricletas están bien orientadas y dispuestas”.
Iniciamos
la jornada, con dirección hacia la Real Cañada, bien agrupados cabalgamos,
amenas chácharas para calentar, antes de bregar con las escaladas diseñadas;
Subimos “El Bonal”, a este paso, “lo vamos a allanar”, cada cual como puede,
esperando y agrupando para que nadie quede rezagado. En la villa de Mejorada, selección
natural, tres compañeros, por estos
lares quieren recortar, aunque Domingo “El Maca” tenía ganas de más, “otra vez
será”. Bajamos “la mataburras” para adentrarnos en “El lúcido sendero de los
sueños”; rincón florido, que hace las delicias de los presentes y nos
transporta a dimensiones de colores transparentes. Para asombro del relatero, mi
amigo Luci “Fromme”, no conocía la citada pasarela, mira que me extraña, si la utilizamos a menudo, tanto de enlace, como
deleite para los sentidos y vía de diversión, tanto en solitario como
con el pelotón: “¿Ni Alberto te ha traído?”
Después
de tanto gozo, salimos a “la venta viñas”, más cañada para distender la etapa y más
adelante, el sendero del ruiseñor bien
acicalado y ensanchado para la ocasión; escuchamos los trinos de los
pajarillos, la calma del sentido lugar, pero en el conocido arroyuelo, agua “na
de na”. Preparamos el asalto para la segunda subida del día; “El Vertedero”
conocida por los lugareños y todos aquellos que la utilizamos con “bonanza y
alegría”; suenan las trompetas, cuchillos entre los dientes para bregar y
luchar contra las temidas pendientes; en fila de a uno vamos coronando,
aflojamos, volvemos a bajar, para así agruparnos y hacer más amena la espera.
Por la puerta de atrás, llegamos a la aldea cagarrache, bocata rápido,
abrevamos y continuamos en el tajo.
Por
el ancho camino, buscamos pasos más empinados, avistamos Gredos al fondo,
descendemos “al Riscal” y más de lo mismo por el paisaje tranquilo; pistas bien
cuidadas y pasos tan adecentados “que el encanto le han robado”.
Entre encinas, chaparras, subidas retamas y pastos tostados, cabalgamos por los cerros viriatos, a la búsqueda de la
colosal asfaltada, la cuesta de “La Gran
Muralla”; otra magra, que nos atiza a base de zarpazos y nos pone a prueba por los sufridos
desniveles. No sin antes penar, algo
estirados y de uno en uno, conseguimos hacer cima; de paso, afilamos
el serrucho de la ruta, para los seguidores de perfiles y otras teorías de la tecnología.
Por
“La Cruz de los Arrepentidos”, cuando
creemos que ya hemos finalizado el repertorio de ascensiones: “¿Subimos Valdecolmenares? Roberto “El Bueno”
– deja caer la invitación sobre la mesa. Por motivos varios, algunos compañeros
dan por concluida la etapa; otros tantos, “no vamos mal de hora” (tampoco hay
que buscar muchas excusas) aceptamos “la bola extra” para alargar la fiesta y
continuar con “el surtido de cuestas”. En esta ocasión, volvemos a circunvalar
Segurilla, por marcados pasos, bien resguardados entre muretes de piedras, perfectamente alineados; granjas y parcelas bien cuidadas a nuestro
paso, mientras “el observatorio astronómico”
vigila el territorio y custodia el laberinto de los abruptos caminos –
ahora, de bajada- . ¿La descomunal subida? A ritmo, probamos sensaciones, retorciéndonos como culebras en
los repechos más críticos, porque sabemos cómo se las gasta “este aperitivo” y de paso, aprovechamos para “felicitar con piropos”
al elemento de la “delirante idea”. Otra “cuesta clásica para la saca” y para
rematar la faena y poner la guinda, “subimos la Atalaya” – nos anima –obliga-
el amigo Roberto. ¿Qué le habrán dado a “este bicho”? ¿Se querrá escaquear de las tareas de casa? Parece,
como si estuviera poseído y se ha
rallado en “modo escalada”; pues eso, ninguno decimos nada, tampoco nos negamos
y “parriba con sorna y alegría” todos enfilamos hacia la garita; “dicho y hecho” en un santiamén, nos
encaramamos en la torreta vigía; fotografías para inmortalizar el momento, nos
echamos unas risas y nos aseguramos, que no quedan más cuestas por hacer dentro del
poblado. Por lo que, ya podemos volver tranquilos a casa, ¿alguna más? Sin más
novedad, despedimos a “Medina”, cruzamos las villas vecinas y en modo más distendido,
cabalgamos recogiendo los caminos para clausurar la empinada etapa.
En
definitiva, ruta circular de 60 kms, los principales caminos transitados han
sido: Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de los Huertos; Camino del Bonal,
Camino de Velada-Mejorada, Camino de la Herrería-Mejorada-Montesclaros- Cañada
Real Leonesa Oriental- Senda del Ruiseñor- Camino del Vertedero (subida)-
Camino del Hituero-El Riscal. Camino de Buenaventura-Segurilla (La Gran
Muralla). Camino del Vertedero (Bajada)- Camino de Valdecolmenares-Atalaya de
Segurilla. Camino de Segurilla-Mejorada-Velada.
Pd:
Cristóbal, Jesús, gracias por la aportación fotográfica. Después de las ausencias mencionadas, hasta olvidé la cámara.
Buen
día…………SALUD.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio…..”
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