lunes, 9 de diciembre de 2024

Ruta circular: Subidas “Los Pinos-Mataburras-Atalaya” – Arenal del Lobo.

Domingo (8-12-2024), dos caballeros veleños nos presentamos en el habitual punto de encuentro, con nuestras burricletas prestas y bien dispuestas para afrontar la contienda. Como cada año, “después de la cena burriclista”, cambiamos el horario  de salida, retrasando  media hora (a las 9.00h) para “sobre-llevar mejor” la inminente  temporada invernal.  Los convocados, acordamos subir a Segurilla, teniendo en cuenta la hora “prevista” de vuelta. 

Comenzamos la etapa, “con la amenaza brusca en  la bajada de temperaturas”; por la estirada cañada, ya notamos “la gélida sensación”,  todavía llevadera,  para la época del año en la que estamos. Cabalgamos distendidos con el amigo Roberto “El Bueno”, conversaciones varias, “sin prisas”, buscando “el resguardo” por enmarañadas parcelas, siguiendo el curso del oculto  arroyuelo, por pasos cómodos y compactados,   hasta que llegamos  al empinado camino. 

Desde aquí, “encendemos el calentador”, entretenida escalada por “los pinos del Arriero”; genuinas vistas asomadas a la límpida Sierra de Gredos; elevados pasos,  divertidos y rotos,  que nos exigen “tacto y pericia”,  con el  descarado sol “mirándonos de cara”,  entre rústicos vallados “de palos y oxidadas alambreras”. Un respiro por la angosta trocha, enlazando por la efímera bajada, que nos acerca a la clásica subida  de “La Mataburras” (aquí, comenzó mi  gran aventura, hace ya algunos años: impresionante recuerdo, con Fernando “El Grande” y su hermano “Ñoño”, imposible olvidar, ni la conversación, ni conclusión final). Todos, sabemos de sus disimuladas curvas,  su desnivel y la exigencia que siempre nos pone a prueba; aunque,  hoy parece que está más relajada y bondadosa y mejor estado “del firme.”

Atravesamos la villas vecinas, sin perder de vista “el reloj” (las dos propuestas iniciales, las dejamos; para otro día), barajando posibilidades; “mi fiel escudero” me invita a “subir la Atalaya” por la puerta de atrás; dicho y hecho, otro “arreón” por la empinada ascensión,  hasta coronar “la torre vigía”; después del esperado “sofocón”, vuelta de rigor por la aliviada cima, para echar un vistazo al embalse de la Portiña, la deslumbrante  claridad del Piélago y todo aquello que pueda alcanzar nuestras atentas  vistas. 

Después de “la tarea dominguera”, reemprendemos el camino de vuelta; “a las 11.00 horas, tengo que soltar al “alto cargo” y  laureado caballero en su casa.” Vamos bien de tiempo, -dentro del horario familiar- cuando enfilamos “la vía gamona”, con sus entretenidos “subes y bajas”, custodiadas por  “Las Piedras Caballeras” y la bajada técnica –camino roto- antes de despedirme del amigo Roberto “en su puerta”. Ahora, continúo la etapa –en solitario- por caminos más llanos, en medio del acogedor monte,  tupido de encinas, rodeado de paisajes tranquilos, rezumando un silencio abrumador por las lujosas pistas seleccionadas; imágenes de mi infancia me buscan por “El Arenal”; sobre la marcha, “pico algo”, para adentrarme en el sombrío, abandonado y ameno camino real, antes de clausurar otra jornada más. 

Destacar de la ruta, las tardías bajadas de temperaturas -por fin-,  los agradables pasos del cerro Arriero, la conocida subida de “La Mataburras” y las delicias que nos ofrecen las dehesas de Cornocosillo-Arenal del Lobo y Cerro Dávila. “La naturaleza no hace nada en vano ni hace nada imperfecto.”     

Resumiendo, ruta circular de 54 kmns. Los principales caminos transitados han sido; Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de Los Huertos, Senda del Arriero (Los Pinos), Camino del Madroño (Mataburras), Mejorada-Segurilla-La Atalaya-Segurilla-Mejorada-Gamonal- Camino Monte Nuevo, “Casa Quemá”- Carril de las Mulas- Arenal del Lobo-Camino Real-Velada. 









SALUD………………………y TIEMPO.


“…mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”   


No hay comentarios:

Publicar un comentario