Domingo
(23-03-2025), seis caballeros veleños nos presentamos en el habitual punto de
encuentro -¡¡por fin!!- con las burricletas “nerviosas” y bien dispuestas para
la contienda burriclista. Después de las continuas y torrenciales lluvias de las últimas semanas, volvemos “a las andadas”. ¿La propuesta?,
“cabalgar” por terrenos menos afectados
por el temporal y cómodos para rodar y de paso, ver “el puente volteado.”
Comenzamos
la etapa, buscando “el rompeolas gamón” para enlazar con el itinerario pactado;
bien balizados, cabalgamos agrupados sin parar de “cascar”; agradables
temperaturas, parcelas anegadas de agua y con un poco de suerte, “el sol nos va
a calentar” -después de su ausencia en las pasadas semanas-. Por el canal, los
izados eucaliptos nos guían a través de amenas conversaciones, comentando las mejores
jugadas de estos días y “la tupa de
aguaceros” que nos han regado.
Cambiamos de “pantalla” en la localidad
calerana; por la Vía Verde, algunos andarines y más burriclistas, adueñados de la estirada “autopista”; más terralgos hartos de agua, el
campo de almendros, todavía sin luz y los conocidos puentes, abriéndonos el camino
ferroviario. Esquivamos algunos charcos, con otros, nos embarramos y algunos árboles echados en
mitad del camino, también sorteamos. Por la variada ruta, desde “El Arco”,
aterrizamos en el rebosado puente; unos minutos para contemplar la agitada
corriente y comentar su particular generosidad.
Desde aquí, el irregular y comprensible carreterín, bacheado y sin perder de vista el agitado regato; alguna disimulada pendiente entre siembras y un verdor abrumador que nos regala la vistosa estampa. Cabalgamos, “sin prisa pero sin pausa” para colarnos en la ágil y efímera albufera; más fincas con sobrante de agua, algunos trabajadores, “¿por dónde empezar?” -parecen preguntarse- y el joven y extenso olivar, perdido en el horizonte se deja ver, inundado. En la localidad alberchana, el amigo Luci “Fromme”, nos deja, por motivos familiares, va con hora y quiere llegar puntual.
¿Los
demás? Previa consulta, desechamos la opción B, y volvemos
a cambiar de “pista”; ahora, por la alfombra del cordel; contra todo
pronóstico, esperábamos encontrarlo más embarrado, pero nos desenvolvemos con
soltura y desparpajo. La llegada a Talavera, ya se deja ver la peregrinación
“por el paseo marítimo en la oficial romería”, según nos vamos acercando “a la antigua
pasarela caída” (Puente Viejo); autoridades, medios de comunicación convocados, multitud de
personas con bastante expectación en sus inmediaciones, para ver “los restos del monumento no romano otra vez derrotado”. Unos
minutos para reponer fuerzas, echar un vistazo al solicitado puente y escuchar “los rugidos” del alterado río. ¿La
vuelta? Se hace amena y llevadera, sin sobresaltos y novedades, cumpliendo con el objetivo del tiempo -algo
más de tres horas- , acompañados de la previsible mañana soleada, cabalgando
entre parcelas e inundadas granjas, llevamos a los amigos gamones hasta la
puerta de sus casas, antes de clausurar la jornada dominguera. “Aprende de las
olas; a veces vale la pena retirarte a tiempo para volver aún con más fuerza.”
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio…”
SALUD…………y
TIEMPO.
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