martes, 15 de enero de 2013

Ruta: puente romano de Navalcán


   Domingo trece de enero, mañana clara y en el termómetro   temperaturas  “suaves”,   ante el desconcierto y asombro por los rayos del astro, que suponen un alivio  para los “convocados” a esta jornada. Diez caballeros veleños, con nuestras “burricletas”  armados y dispuestos,  acudimos al “llamamiento” ¿qué nos deparará la “batalla”? ¿“sufrimiento o esparcimiento”? “Tres alternativas os presento” dice con firmeza el maestro. Decidimos y por mayoría acordamos;  “No se hable más, hacia tierras navalqueñas,  a la conquista del puente romano y otro camino no ocupado”.

     Con tranquilidad,  la aldea veleña despertamos a nuestro paso; “cabalgamos”  por caminos en otras lides  conquistados  y en la inmensidad del encinar nos adentramos. “Atención,  la oficina Mengacenar  de objetos perdidos,  informa; el de siempre, pase por recepción  a recoger un guante cuanto antes”.“Vagamos” un buen trecho por la cañada real, cruzamos lodazales, algún arroyo y el río Guadyerbas a un lado dejamos. También,  disfrutamos con una tradición nómada,  ¡¡¡la trashumancia y el pastoreo!!!! Práctica honrada  de  herencia ancestral . Amenizadas y divertidas chácharas  llevamos y de todo un poco hablamos.  Hasta  “el gran maestre” se pone a “filosofar” (“¿qué habrá tomado?”); duda existencial, ¿el big-bang, un ser “supremo” o un mortal terrenal? Según la teoría “no sé  cual”, “excepcional la clase magistral”. “Prosigamos que todavía un camino tenemos que encontrar y esto sí es real”.

Camino de Arenas de San Pedro
Por las casas de Villabuena

        







El pelotón agrupado
Arroyo a nuestro paso








Dos "caballeros" en acción 
Río Guadyerbas en la Cañada Real









Cañada Real Leonesa Occidental
Alineados, para no perdernos









De frente hacia Gredos
Trashumancia









El dilema del big-bang
Camino de Talavera









Martín, empeñado en salir
Por territorio navalqueño









    







      Paseo y jolgorio por las inmediaciones de la villa de Navalcán; “pues nada amigos, nos ponemos el mono de trabajo, que desde aquí  hay "tajo" ”; a  lo lejos,  la monumental estampa de Gredos divisamos y por  una grandiosa dehesa nos enfilamos; tramos salvajes y poco transitados,  por caminos embarrados y apenas  marcados que  hacen las "delicias" de los “congregados” ¿sabemos dónde estamos?”. La sublime  armonía y una  excelsa calma a la osada mesnada ensalza; “lagunillas” escondidas y  un mosaico de alegres  colores tejen una alfombra radiante  para la valerosa escuadra; “musgo en las encinas y piedras hacia el norte nos orientan”. Otro arroyo cruzamos, atrás un establo dejamos y la autoridad nos da el alto; “¿quién es el “capitán” de esto?” Un paso al frente da “el gran maestre”. Ante la tozudez y duda del guarda, pueden la retórica y las buenas formas;  “este camino está en el catastro,  en breve un escrito y a la autoridad competente”; “el carpin” y Martín también  intentan mediar ; “tranquilo, que venimos en son de paz”.  La “potestad”,   erre que erre “que esto no tiene paso y tiene  “propietario”. “No se hable más, os acompaño hasta dónde os habéis desviado”. Amablemente (no muy convencidos)  aceptamos, con aviso de regalo; “ ¿pero,  para dónde vamos?”, ” este no es el camino que buscamos; “mañana, consulta y un escrito”,  “patrás” nos está llevando”,  “es hasta bonito, entre jaras y trochas asilvestradas”. Hasta el  paso del río Guadyerbas  nos “escolta”, ahora toca lección de geografía y cartografía; “que si por aquí, que si por allá, el gps marca, el mapa dice, el río lleva, más arriba, el margen habrá que considerar” y como parece que la “sospecha” continúa,  en breve tendrá usted noticias y otra visita; despedida cordial y  “que tenga un buen día”.

Bordeando la localidad navalqueña
Gredos al fondo





         


Dehesa de Valtravieso
Camino "asilvestrado"








¿Quién falta? 
En lo más profundo de la dehesa










Camino tradicional de Madrigal
"Negociando" con el guarda








Acompañando a la "autoridad"
Hasta el próximo día















    
     ¿Para dónde vamos después de este “trago”? Por  la hora, “para casa” y los que quieran…..”Ya que estamos, nos acercamos al puente romano”; Martín “el fiero” me acompaña, también el maestro por la retaguardia; “habrá que disfrutar de este acogedor  rincón y sus maravillas sin “parangón” ; nos deleitamos con la magia del lugar, el impasible molino de agua, fiel  testigo de la caducidad  del tiempo y la  visita de “almas aventureras”,  asombra el  colosal pedrancal,  el bosque encantado por el exuberante manto  de musgo y líquenes que  ocultan al longevo monumento. El trío de caballeros veleños, rendimos pleitesía al misterioso escondrijo; alimentamos los sentidos,  a la “andorga” también engañamos y unos minutos para recrearnos. ¿La vuelta? un tramo por carretera  hacia  el pantano de Navalcán. Pues eso, entre dehesas conocidas, contemplamos la quietud  del embalse mientras nos vamos alejando (¿“hacia dónde”?) A una recóndita  granja llegamos, (por ésta nunca hemos pasado) hay vida alrededor; vacas, ovejas, cabras, “marranos”, gallinas y grullas “mendigando” en las encinas ….y otro guarda (por cierto, muy amable y campechano) ; “disculpe,  nos hemos desviado y el cordel en esta dirección buscamos” . “No pasa nada, más adelante a la salida de la alambrada…”Continuamos la marcha y para no aburrirnos; salto de vallas, pinchazo extra con varias paradas  y la trashumancia calmada por la cañada ¿toreamos o “pasamos”?;  el camino continuamos por el alcornocal de los “veratos” y el encinar en su esplendor nos marca la dirección: lodazales, más agua y barro, un jaral “olvidado” al paso  y por la pintoresca arboleda  hacia casa nos encaminamos.

Río Guadyerbas
Por aquí tenemos que pasar




      




Que hable la imagen 
Duendes en el bosque









Puente romano
Otra perspectiva









Molino del Guadyerbas 
Embalse de Navalcán









Buscando la Cañada Real
Embalse de Navalcán









Toreando, para rematar la faena
"Alcornocal de los Veratos"








"Puente" del arroyo los Huertos
Alto del camino de Parrillas 










     






     Resumiendo lo anteriormente expuesto; ruta  de 58 kms, hemos pasado de largo por la localidad de Navalcán y  por grandes y espectaculares encinares: La Grajera, Villabuena, Mengacenar, Cañada Real Occidental, Valtravieso y  Valdecasillas. Hemos cruzado “algunos” arroyos, los más importantes, el de los Huertos, La Dupona, El Mijar y también, hemos vadeado  el río Guadyerbas en distintos puntos, además de bordear el embalse navalqueño desde la carretera de Candeleda, hasta la Cañada Real. Hemos transitado por un laberinto de caminos de uso público (unos , bien conservados  otros “intuidos”) : Arenas, Parrillas, Navalcán, Cañada Real,  Talavera, Madrigal, Oropesa y Veratos. Todo ello, para conseguir el objetivo de  llegar al Puente Romano de Navalcán.


      Pd: Martín, muchas gracias por la aportación fotográfica. 


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….”     


      Buen día.............SALUD

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