Domingo trece de enero, mañana clara y en el
termómetro temperaturas
“suaves”, ante el desconcierto y asombro por los rayos
del astro, que suponen un alivio para los “convocados” a esta
jornada. Diez caballeros veleños, con nuestras “burricletas” armados y dispuestos, acudimos al “llamamiento” ¿qué nos deparará la
“batalla”? ¿“sufrimiento o esparcimiento”? “Tres alternativas os presento”
dice con firmeza el maestro. Decidimos y por mayoría acordamos; “No se hable más, hacia tierras
navalqueñas, a la conquista del puente
romano y otro camino no ocupado”.
Con tranquilidad, la aldea veleña despertamos a nuestro paso; “cabalgamos” por caminos en otras lides conquistados y en la inmensidad del encinar nos adentramos.
“Atención, la oficina Mengacenar de objetos
perdidos, informa; el de siempre, pase por recepción a recoger un guante cuanto antes”.“Vagamos” un buen trecho por la cañada real, cruzamos
lodazales, algún arroyo y el río Guadyerbas a un lado dejamos. También, disfrutamos con una tradición nómada, ¡¡¡la trashumancia y el pastoreo!!!! Práctica
honrada de herencia ancestral . Amenizadas y divertidas
chácharas llevamos y de todo un poco
hablamos. Hasta “el gran maestre” se pone a “filosofar” (“¿qué
habrá tomado?”); duda existencial, ¿el big-bang, un ser “supremo” o un mortal terrenal?
Según la teoría “no sé cual”,
“excepcional la clase magistral”. “Prosigamos que todavía un camino tenemos que
encontrar y esto sí es real”.
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Camino de Arenas de San Pedro |
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Por las casas de Villabuena |
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El pelotón agrupado |
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Arroyo a nuestro paso |
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Dos "caballeros" en acción |
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Río Guadyerbas en la Cañada Real |
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Alineados, para no perdernos |
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De frente hacia Gredos |
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El dilema del big-bang |
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Camino de Talavera |
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Martín, empeñado en salir |
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Por territorio navalqueño |
Paseo
y jolgorio por las inmediaciones de la villa de Navalcán; “pues nada amigos, nos ponemos el mono de trabajo, que desde aquí hay "tajo" ”; a lo lejos, la monumental estampa de Gredos divisamos y
por una grandiosa dehesa nos enfilamos;
tramos salvajes y poco transitados, por
caminos embarrados y apenas marcados
que hacen las "delicias" de los
“congregados” ¿sabemos dónde estamos?”. La sublime armonía y una excelsa calma a la osada mesnada ensalza;
“lagunillas” escondidas y un mosaico de
alegres colores tejen una alfombra radiante para
la valerosa escuadra; “musgo en las encinas y piedras hacia el norte nos
orientan”. Otro arroyo cruzamos, atrás un establo dejamos y la autoridad nos da
el alto; “¿quién es el “capitán” de esto?” Un paso al frente da “el gran
maestre”. Ante la tozudez y duda del guarda, pueden la retórica y las buenas
formas; “este camino está en el catastro,
en breve un escrito y a la autoridad
competente”; “el carpin” y Martín también intentan mediar ; “tranquilo, que venimos en
son de paz”. La “potestad”, erre
que erre “que esto no tiene paso y tiene “propietario”. “No se hable más, os acompaño
hasta dónde os habéis desviado”. Amablemente (no muy convencidos) aceptamos, con aviso de regalo; “
¿pero, para dónde vamos?”, ” este no es
el camino que buscamos; “mañana, consulta y un escrito”, “patrás” nos está llevando”, “es hasta bonito, entre jaras y trochas
asilvestradas”. Hasta el paso del río
Guadyerbas nos “escolta”, ahora toca
lección de geografía y cartografía; “que si por aquí, que si por allá, el gps
marca, el mapa dice, el río lleva, más arriba, el margen habrá que considerar”
y como parece que la “sospecha” continúa,
en breve tendrá usted noticias y otra visita; despedida cordial y “que tenga un buen día”.
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Bordeando la localidad navalqueña |
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Gredos al fondo |
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Dehesa de Valtravieso |
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Camino "asilvestrado" |
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¿Quién falta? |
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En lo más profundo de la dehesa |
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Camino tradicional de Madrigal |
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"Negociando" con el guarda |
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Acompañando a la "autoridad" |
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Hasta el próximo día |
¿Para dónde vamos después de este
“trago”? Por la hora, “para casa” y los
que quieran…..”Ya que estamos, nos acercamos al puente romano”; Martín “el
fiero” me acompaña, también el maestro por la retaguardia; “habrá que disfrutar
de este acogedor rincón y sus maravillas
sin “parangón” ; nos deleitamos con la magia del lugar, el impasible molino de agua, fiel
testigo de la caducidad del tiempo y la visita de “almas
aventureras”, asombra el colosal pedrancal, el bosque encantado por el exuberante
manto de musgo y líquenes que ocultan al longevo monumento. El trío de
caballeros veleños, rendimos pleitesía al misterioso escondrijo; alimentamos
los sentidos, a la “andorga” también
engañamos y unos minutos para recrearnos. ¿La vuelta? un tramo por
carretera hacia el pantano de Navalcán. Pues eso, entre
dehesas conocidas, contemplamos la quietud del embalse mientras nos vamos alejando (¿“hacia dónde”?) A una
recóndita granja llegamos, (por ésta
nunca hemos pasado) hay vida alrededor; vacas, ovejas, cabras, “marranos”,
gallinas y grullas “mendigando” en las encinas ….y otro guarda (por cierto, muy
amable y campechano) ; “disculpe, nos
hemos desviado y el cordel en esta dirección buscamos” . “No pasa nada, más
adelante a la salida de la alambrada…”Continuamos la marcha y para no
aburrirnos; salto de vallas, pinchazo extra con varias paradas y la trashumancia calmada por la cañada ¿toreamos o “pasamos”?; el camino continuamos por el alcornocal de los
“veratos” y el encinar en su esplendor nos marca la dirección: lodazales, más
agua y barro, un jaral “olvidado” al paso
y por la pintoresca arboleda hacia
casa nos encaminamos.
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Río Guadyerbas |
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Por aquí tenemos que pasar |
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Que hable la imagen |
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Duendes en el bosque |
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Puente romano |
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Otra perspectiva |
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Molino del Guadyerbas |
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Embalse de Navalcán |
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Buscando la Cañada Real |
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Embalse de Navalcán |
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Toreando, para rematar la faena |
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"Alcornocal de los Veratos" |
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"Puente" del arroyo los Huertos |
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Alto del camino de Parrillas |
Resumiendo
lo anteriormente expuesto; ruta de 58
kms, hemos pasado de largo por la localidad de Navalcán y por grandes y espectaculares encinares: La Grajera, Villabuena, Mengacenar, Cañada
Real Occidental, Valtravieso y Valdecasillas. Hemos cruzado “algunos”
arroyos, los más importantes, el de los Huertos, La Dupona, El Mijar y también,
hemos vadeado el río Guadyerbas en
distintos puntos, además de bordear el embalse navalqueño desde la carretera de
Candeleda, hasta la Cañada Real. Hemos transitado por un laberinto de caminos
de uso público (unos , bien conservados otros “intuidos”) : Arenas, Parrillas,
Navalcán, Cañada Real, Talavera, Madrigal, Oropesa y Veratos. Todo ello, para conseguir el objetivo de llegar al Puente Romano de Navalcán.
Pd: Martín, muchas gracias por la aportación fotográfica.
“mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
Buen día.............SALUD
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