Domingo trece de octubre, mañana agradable
de otoño, teñida de gris y de temperatura cordiales. Ocho caballeros veleños
acudimos a otra cita en el pactado punto de encuentro. Con nuestras
“burricletas” preparadas y bien dispuestas, con las alforjas llenas, nos
preparamos para la enésima contienda. No hay planos ni brújulas ¿hacia dónde
nos enfilamos? Es la eterna pregunta. “El Gran Maestre” se presenta acatarrado
y hasta las “trancas” medicado, “para donde digáis tiramos”. Acuerdo
consensuado y hacia “La Sierra del Águila” marchamos. “¿Dónde vais
arripárpalos? nos pregunta un vecino tempranero….En el pelotón, risas y bromas por el
“palabro”.
Comenzamos la jornada atravesando el
silenciado pueblo; una animada cuadrilla de “burriclistas” nos saludan a las
afueras de la villa; en la abierta explanada se asoman los cazadores con sus
perros en jauría, para iniciar la “temporada”. Nos adentramos en el apacible y
pausado encinar, esquivos jabalíes y una manada de cérvidos “agitan” el paisaje
y sorprenden a los caballeros presentes; estampa digna de enmarcar, por su
belleza y singularidad; también cruzamos el arenal del río “vacío” y entre la
quietud del valle de encinas y las “repachingadas” vacas nos guían hacia la
aldea navalqueña. Nos adentramos en sus tranquilas calles, buscamos el “teléfono” de un famoso vendedor (El maestro
quiere aprovechar unas rebajas de ocasión), ahora, el cartel de las “alturas
del águila” es la dirección. Comenzamos la “esperada subida”, “todos para
arriba”, una burricleta rechina y aviso de avería por parte de Alberto “El
Maestro Ceramista” (“En la parada hacemos revisión”). Durante la ascensión,
escucho con admiración las sabias y acertadas palabras del maestro, “sobre
conducta y educación”, pero sin perder de vista el “halo místico” que
estrangula a este rincón. Nos agrupamos en la “cima aguileña”, “reanimamos” a
la “burricleta” herida; deliberamos sobre el destino inmediato, un quinteto
(“por motivos varios”) dan por
finalizada la ida y hacia casa se encaminan. El trío aguerrido vamos a la
búsqueda del “ magnético callejón”; una avenida de pinos, perfumadas jaras,
madroños escondidos, regueras y piedras en la bajada quebrada del camino, para
agudizar los expectantes sentidos…..y, de postre “la escalera repentina”,
cobijada entre castaños y pinos para los osados bicigrinos. Con tanto encanto y
emoción en la cámara de fotos se “bloquea” el “on” del botón. Después del empinado sofoco, el merecido
descanso, abrimos el repleto zurrón para llenar la andorga y la regreso
preparar.
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Camino de Arenas de San Pedro |
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"Antiguos establos....." |
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"Ciervos en el encinar...." |
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Camino de Velada a Parrillas |
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"Cruzando el río Guadyerbas" |
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Camino de Talavera a Navalcán |
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Navalcán: Camino Navalonguilla |
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"Separando" caminos |
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"Hacia la búsqueda del pinar...." |
Emprendemos la vuelta por la espectacular
cuerda, entre el frondoso jaral, cerros refugiados en un ensordecedor silencio,
vistas espectaculares en el horizonte por una bajada “fulgurante”. Planeamos por
el “precipicio”, quietud y armonía que hacen perder el juicio…..En plena
bajada, Gabriel “Lamparillas” nos da el alto, ha cambiado la “burricleta” por
los perros y la escopeta; comentamos y “cada uno al tajo”…….Atrás vamos dejando
la “afortunada” sierra, cruzamos la villa “parrillana”, mientras la gran cañada
nos abre sus anchas puertas, amenas y entretenidas “charlas” y con un ritmo
alegre nos perdemos entre tomillos y chaparras. Por el imperturbable camino,
sin novedad llegamos a nuestro destino. En la llegada a la villa, feliz encuentro con los “caballeros del
quintento” en el lugar del comienzo.
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"En las alturas de la sierra" |
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Por la conocida "cuerda" |
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Camino de Parrillas a Velada |
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"Acercándonos al embalse de Navalcán" |
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"Alcornocal: Pozo del Arco" |
En conclusión, ruta de 62 kilómetros,
hemos transitado por los caminos públicos de Velada a Arenas de San Pedro, Navalcán, Parrillas,
Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Talavera a Navalcán, Camino
Navalonguilla, Sierra del Águila, Caminos de Navalcán y Parrillas a Arenas,
Camino de Parrillas a Velada, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de los
Veratos, Camino de Parrillas, Navalcán y Arenas a Velada. Hemos cruzado las
localidades de Navalcán y Parrillas.
Buen día………………………SALUD
“mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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