Domingo siete de diciembre, desde la fecha
señalada, retrasamos media hora el
inicio de la semanal salida (9:00 horas en los Colegios). Once caballeros
veleños acudimos a la habitual cita, con las burricletas bien dispuestas ¿hoy
llano o cuestas? Mañana de bajas temperaturas y entre los convocados la “continua duda”. En esto que van acudiendo
decenas de burriclistas de Talavera y otras tierras, “hacemos la anual de la
Corchuela”, algunos conocidos nos comentan. Mira por donde, “hoy vamos a la Corchuela a ver las grullas”, acordamos entre los asistentes.
Comenzamos la jornada, ¿acompañamos a la
numerosa escuadra? “El contable” nos anota entre los invitados, ellos tiran por
el camino Real, nosotros al iniciar, el
barrizal pretendemos evitar. Marchamos
bien agrupados, con los rostros tapados y los dedos “helados”; comentamos la
bajada brusca del mercurio y “algunos” empeñados en “dar caza” al numeroso
pelotón adelantado, “marcharon por el camino más corto”. A nuestro paso, el
plácido encinar comienza a desperezar, las impasibles vacas, ignoran la fugaz marcha y por mi parte, me
limito a contemplar desde la retaguardia. Desde el giro repentino, desaparece
la generosidad del apacible camino; tramos agrietados por los pasados
aguaceros, el “gran arroyo” poco a poco se va rebosando y los alcornoques
centenarios, custodiando estos rincones olvidados. Transparentes charcos con “florecillas”,
adornados, cenagales de barro y pasos blandos, nos ponen hechos “unos cuadros”.
¡¡¡Silencio!!! Nos arenga “El Maestro”, a lo lejos, escuchamos las inconfundibles “melodías grulleras”, sus vistosas acrobacias y acompasados vuelos,
dando vida al límpido cielo y en la
calmada dehesa, rasgando el silencio. “¡¡¡Vaya patatales!!!” “a veces, es
imposible rodar”, “barro y más barro….”, “podemos hacer botijos y otros
cacharros”; no digáis que no veníais avisados, de nuevo comentamos. En el
“ancho reguero”, nos encontramos con “la cuadrilla talaverana”, “más de uno se
ha mojado y la rodilla han hincado”-nos comentan-. Ante la llegada del Gran
Maestre, las bravías aguas se echan a un lado, dejando un camino alfombrado y
facilitando el paso al ilustre iluminado y a los pupilos más osados. Por la
extensas cañada, avistamos una caterva de burriclistas desperdigados, más atrás
había “alguna avería” y los demás por el estirado camino, aguardando. Nosotros
a lo nuestro (después de los pertinentes saludos) de vez en cuando “rodamos” por tramos más
oreados, otras, por los profusos fangales nos “remangamos”; buscamos alternativas más “cómodas”
fuera de la marcada vía, pero hay “material” para abrir una alfarería; a nuestro paso, árboles caídos y otros tantos enfermados, hasta que entramos al rincón más espeso y de vegetación colmado. Llegamos
a las impresionantes vistas del “recuperado pantano”, “aquí repostamos”; parada
de rigor para llenar la andorga, compartir viandas y momentos divertidos,
mientras pasan a nuestro lado la “caravana talaverana”.
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Carril de las Mulas |
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Camino Real-Corchuela |
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"Un vistazo al frondoso encinar" |
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"Salvando el enésimo charco" |
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"Por el puente del triunfo" |
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"Cruzando el transitado río" |
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....Domingo con mucho brío... |
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"Cañada Real Leonesa Occidental" |
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En primera línea.... |
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Lolo y CIA: representación Talaverana. |
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Desde el árbol caído.... |
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"La escuadra agrupada....." |
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"....por la vasta cañada..." |
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"...preparando para repostar..." |
Reemprendemos la marcha, pero tengo que
echar la vista atrás para contemplar la
armónica comunión entre el cielo y agua azulados y la lúcida montaña teñida de
blanca; jaras y tomillos perfumando el callejón arbolado y la escuadra veleña
por el “circuito”, avanzando. Desde la
línea de atrás, que me da por fotografiar, cuando nos agrupamos, me comentan
que ha habido una liebre “de agua” con un buen remojón y otra pieza “pal zurrón”. Ahora, los charcos ocupan todo el ancho de la pista, tramos más
blandos y cuando podemos, intentamos “esquivar” las regueras (vamos “guapos”, ya
qué más da) y la orquesta de grullas, componiendo “la segunda sinfonía” sobre nuestras cabezas. Unos compañeros se
adelantan, creo que se quieren “jarrear”, “se van a atizar” ; los demás, bajamos una
marcha, esperamos y nos agrupamos, juntos
vamos a llegar. “El pozo del arco” da
testimonio de nuestro deambular, pasamos los tranquilos establos y de “los
escapados” ni rastro. Por el apaciguado encinar de todo un poco vamos “comentando”
y sin novedad a la villa llegamos.
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"Espectaculares panorámicas..." |
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"....por el pantano, a la orilla..." |
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"Mirada hacia el alcornocal" |
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Camino de los Veratos-Velada |
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"En Villabuena, nos volvemos a agrupar..." |
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"....agua y más....." |
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"....rodando en hermandad...." |
Resumiendo, ruta circular de 46
kilómetros. Los principales caminos recorridos han sido; Cañada Real Leonesa
Oriental, Carril de las Mulas, Camino Real, Camino de Velada a Corchuela,
Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de los Veratos, Camino de
Navalcán-Parrillas-Arenas a Velada. Hemos pasado (sin entrar) en la Corchuela.
Buen
día….SALUD.
“mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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