miércoles, 28 de enero de 2015

Ruta: El balcón de Gredos

     Domingo veinticinco de enero, mañana que amenaza soleada, mientras,  el termómetro con temperaturas negativas, nos avisa en el punto de partida. Nueve caballeros veleños y “El Lobo gamonino” acudimos al pactado lugar de encuentro; con las “burricletas”  bien dispuestas, excepto “El Gran Maestre” –escena habitual- que la pone “patas arriba”,  antes de iniciar, la cámara tenemos que cambiar y la rueda ajustar. Con las ideas más que  claras, la ruta ya está marcada, “al balcón de Gredos, nos marchamos”.

      Comenzamos la jornada, atravesando la  villa de Velada y sus más populares  callejas –todavía desiertas-  Hacia el camino de Arenas nos dirigimos y por estos lares, ya escuchamos exclamaciones  de llevar la punta de los dedos más que helados. Nos consolamos con las blanquecinas y radiantes  vistas del fondo, cuando  se abren las puertas del esperado encinar, “a ver si vamos más resguardados”,  esquivamos “taitantos” charcos, grandes bloques de hielos en ellos flotando y el compactado  terreno, crujiendo  a nuestro paso;  también salvamos animados regatos, mientras, por  los  genuinos parajes nos vamos recreando. Amenas “chácharas” para “calentar” a la aguerrida escuadra. Por el ancho camino sin novedad, cuando en línea recta, “la duda comienza a avisar”; El “Maestro Guía”, dice “que de eso nada, nos vamos por el paso tradicional”; por la oculta galería, la “cándida umbría” nos aguarda, profundos albañales de barro y abundante  agua, donde más de uno los “pinreles” se calan. En la distancia, escuchamos tambores y cornetas, “es la festividad de San Pablo en la villa navalqueña”; cruzamos la “fiestera localidad”, a nosotros nos toca escalar. Comenzamos la faena, “para la elevada torreta conquistar”; nos apretamos “los machos” y “paso a paso nos vamos elevando”; de vez en cuando la vista levantamos  para contemplar la hechizada  sierra, que de forma misteriosa, a la vez que  nos seduce, también hace subir las temperaturas; después del “exigente arreón”, nos hacemos con el izado torreón. En la cima nos agrupamos, y “pabajo”  a asomarnos al reluciente ventanal ; llegamos al descolorido rastrojo, nos deleitamos con la excelsa belleza que nos rodea y con la panorámica del “más allá”,  foto de rigor y la “generosa merienda” para la andorga llenar.
Camino de los Veratos
La dehesa helada.
    









"Por el camino tradicional"
Camino de Talavera a Navalcán.










"En lo más profundo del encinar"
"Agua y barro a nuestro paso"










"Llegando a la villa de Navalcán"
Camino de Navalcán a Arenas.










"Coronando el punto más alto"
"Jaras y pinos en la bajada"










Cogiendo posición en el mirador.
Foto de rigor desde "el balcón"










     Emprendemos la vuelta, un pasadizo de pinos y un valle de jaras, “tapan” el “conocido tobogán” por el entretenido camino; después de algún “arreón” y más de un sofocón, coronamos la sierra aguileña, aflojamos y  agrupamos para esperar al resto del pelotón. La cómoda “cuerda”,  por su sentida tranquilidad nos pasea; giro de derechas y nos lanzamos, como dicen algunos “a tumba abierta”, sintiendo las caricias del aire y la “indescriptible” sensación de planear.  Después de la fugaz bajada, atrás dejamos  la aldea parrillana, hacia  el frondoso encinar marchamos; por la estirada cañada, se encienden las alarmas, “las fuerzas, ya  comienzan a flaquear”,  cuando solicitamos “el volvernos a agrupar”.  La frondosa arboleda nos acoge, quietud y serenidad se camuflan entre las verdosas jaras, Diego “Sin Miedo”, hace un comentario sobre “lo especial de este rincón en particular”; cruzamos el riachuelo poco crecido, salvamos otros “arroyuelos”, todos bajados y Nico “charcos” con seguridad, montado. Un rebaño de esquivos cérvidos nos agasajan con su espectacular estampa y “en un suspiro”,  se pierden por la tupida y longeva  dehesa; más charcos y “patatales” por la ancha vía  y momentos divertidos cuando “El Gran Maestre” tiende su mano a los compañeros por la visible fatiga, castigados. Aplica el principio de “prestad auxilio si queréis hallarlo”, mandamiento que rige en el manual de los caballeros veleños, “ayudar a todos los compañeros”. Los demás, bajamos la marcha, otros en el último repecho ¡¡¡a remolcar!!!, otros parecen “apretar” y sin más novedad, por “el camino nuevo” a casa vamos a llegar.
"Gredos al fondo........."

Sierra del Águila.

     








Camino de la Cuerda
Camino de Arenas a Parrillas.










Cañada Real Leonesa Occidental
Camino de la Aliseda










Rodando bien agrupados.
Paso del Río Guadyerbas.











Por el plácido encinar. 
Camino de Navalcán a Velada.











     En definitiva, ruta circular de 56 kms, los principales caminos por los que hemos transitado han sido: Camino de Velada a Arenas de San Pedro-Parrillas-Navalcán, Camino de los Veratos, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Talavera a Navalcán, Camino de Navalcán a Arenas, Sierra del Águila, Camino de “La Cuerda”, Camino de Arenas a Parrillas, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Parrillas a Mejorada-Velada.

   Pd: Diego, Martín,  gracias por  vuestra  aportación fotográfica (2 y 1).

  
Buen día…..SALUD
                                       

“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

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