Domingo diez de mayo, mañana soleada y
para hoy, se auguran altas las temperaturas. Cinco caballeros veleños, nos
damos cita en el habitual punto de encuentro; notables y notadas ausencias, por
asuntos varios y reuniones familiares, por lo que, posponemos retos planificados, hasta que
tengamos más congregados. Roberto “El Bueno” toma el “mando”, sin “rumbo fijo”,
vamos a ver dónde llegamos.
Comenzamos la jornada, salimos al
encuentro de “La Gran Cañada” y desde primera hora, el “aire calentito”
atizándonos de cara y nada más iniciar, el “personal” demanda escalar. “La cuesta de la Gamonosa” nos abre las
puertas de sus tendidas rampas y “toca apretar y resoplar”; bien agrupados, temas interesantes
vamos tratando; cruzamos la villas vecinas y nos “enfilamos hacia la renovada
avenida”. Por el vetusto camino, Goyo “El Coloso” nos da el alto, “creo que he
pinchado”; echamos un vistazo y nada, “aire para la burricleta y “palante” arriando velas”; nos “colamos” en el
“irreconocible camino”, “¿pero, qué han hecho?” “¿lo han arreglado o
estropeado?”; volvemos a jugar con teorías relativistas, según, qué punto de
vista. “Se subía mejor cuando estaba empedrado”, entre risas comentamos. Después
del “susto” o tal vez ¿disgusto?, entramos en “pasos más asilvestrados”; un
campo alegre, de frondosos pastizales, aviva los ávidos sentidos, algunos repechos “por la vía de las averías”, e Ilde “El Suegro”, después de la esperada vuelta, mostrando
fuerza y valentía; también cruzamos
“cuatro caminos”, al fondo, el imponente “Piélago” asomando, cuando al pilón de
Marrupe llegamos. Delante de las “jaimas” bien montadas, paramos a repostar;
dulces, fruta fresca, pasas y “otras caducadas” para llenar la andorga. Los
aldeanos, nos cuentan el motivo de las pasadas parrandas y las “ninfas
burriclistas”, “revoloteando” alrededor de la osada cuadrilla
.
Abandonamos la aldea “Marrupeña” por sus
tranquilas callejas; el acogedor camino de los enebros es la acertada dirección,
“y cuesta abajo con más ganas” –comenta Domingo “El Maca”; ilustramos al amigo
Goyo, “pues este camino, para él es
novedoso”; el arbolado callejón, acurrucado a la umbría, cargado de encanto y
de rebosante alegría, es todo una maravilla. Cambiamos de “pantalla”; “giro a
la derecha” y entramos en la “pista de
las siete puertas” (actualmente, abiertas con guardaganados); a nuestro paso, la serena dehesa nos contempla y una paleta de
variados colores, dando vida a los tostados pastizales; más senderistas por la
alargada vía, lugar de recreo de la encina centenaria (Dª Germana) y rincón
para la expansión y con renglones repletos de historia. Cruzamos la localidad “pepinera”,
haciendo un “quiebro” a la empinada cuesta (“más de uno lo celebra”). Nos
dirigimos hacia el área recreativa de “La Portiña”, donde nos adentramos en el laberinto de veredas ocultas, entre frondosos
matorrales y conservados pinos. Aquí, se produce el segundo “renuncio” del día,
“tampoco subimos hacia Segurilla”. El canal asfaltado es la alternativa
elegida; unas veces apretamos (“tampoco es para tanto”) otras, esperamos, hasta
que todos nos juntamos; de sobra sabemos
de la estirada acequia y su sentida “monotonía”; hace rato que el “Lorenzo”
viene “arreando”, desde “El Casar” hacia “Torrehierro” nos desviamos y por la vía
pecuaria a Gamonal llegamos. Para “enjuagarnos” del mal trago –del asfalto- ,
nos hacemos con las entretenidas sendas gamonas; despedimos al amigo Roberto
que se pierde entre “la avena loca” y los demás, por la “vereda de Pepe”, en un
santiamén, también damos por concluida la etapa.
En definitiva, ruta circular de 62
kilómetros, los caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa Oriental, Camino
de Velada a Mejora-Segurilla; Camino del Hituero, Camino de Segurilla a Sotillo
de las Palomas-Marrupe; Camino de Marrupe a San Román-Pepino; Camino de Pepino
a Talavera de la Reina; Canal Bajo del Alberche; El Casar de Talavera; Polígono
TorreHierro (vía pecuaria) -Gamonal-Velada.
Buen día…….SALUD.
“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde
ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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