Domingo diecinueve de julio, algo más
temprano de lo habitual, hemos quedado en el pactado punto de encuentro; seis caballeros veleños, animosos y
dispuestos, somos los congregados para el épico reto montañero. Con las burricletas bien
pertrechas y con los aperos acuestas, nos enfilamos a buscar la épica a Candeleda.
Comenzamos la jornada, cruzando las calles más céntricas de la villa
de Velada, hacia otras vías “en
taitantas batallas reconocidas”; como es normal, de todo un poco vamos hablando “en modo
distendido” de paso, aprovechamos “para calentar”. Atrás dejamos antiguas
labranzas y establos abandonados; por el plácido encinar, una manada de
cérvidos se mueven con sigilo y agilidad, también, un lustroso ejemplar de
jabalí se exhibe “atravesando las alambreras” de las adehesadas parcelas. Cruzamos el arenoso río,
mientras somos testigos del tangible
reposo que nos recibe por el conocido
camino; en la “gran cañada”, nos
camuflamos con el “paso de la
trashumancia”. En la agradable mañana, rodamos agrupados, olores frescos en las
inmediaciones “del pantano” y algo más “fuertes del ganado ovino encerrado”;
circunvalamos la villa navalqueña, hacia
el camino hormigonado y al fondo, contemplamos la transparencia y
nitidez de la espigada sierra. Nos montamos en la fugaz bajada hacia “las
mansas aguas empedradas”; Diego “Sin Miedo”, muy precavido – por si baja con furia el río-
“ha echado unas chanclas”, para mejor cruzar; unos afrontan “tal empresa”
sobre las piedras y otros “sin descalzar”. Quitamos la cordada de la rústica portera y
una vaca “bien armada”, al cuidado de su
cría, desconfiada nos aguarda; el ceñido callejón de jaras rompe la serena monotonía y
Pedro “Hierros” se lleva la estocada de la alterada avispa; seguimos abriendo
porteras, saltamos “alguna alambrada” y después de pasar “la casona”, revisamos los planos digitales y “resolvemos la duda asaltada”. Martín “El
Fiero”, “el arroyo que buscamos está en
aquella arboleda”, con seguridad, nos comenta; cruzamos “el arco del triunfo”
¿preludio de lo que nos ha de aguardar más allá? A nuestro paso, vastos campos
de pastizales y la carretera que tenemos que
salvar, cada vez está más cerca. Entramos en un laberinto de huertas,
aspersores a pleno rendimiento, abasteciendo a
las generosas plantaciones de tabaco y pimientos; sin novedad,
cabalgamos por las frescas callejuelas y “por la parte de atrás” arribamos en la localidad de Candeleda. Fotos de rigor,
también “repostamos algo antes de
comenzar a escalar” hacia “la majada del nogal”.
Continuamos la marcha, hacia la postal
empinada; Goyo “El Coloso”, que sólo se va a asomar “y cuando le apetezca se da
la vuelta” (Al final, llegó hasta el Refugio Alborea, según nos narró al
finalizar la etapa). Los demás,
iniciamos “la interminable
subida” por “el camino del llanazo” ¡¡¡vaya broma que nos están gastando con
este apodo!!! Comenzamos con alegría
y buen ritmo, “cada uno como pueda” es la consigna establecida (¿con parada
incluida?); un bosque de robles nos marca “la subida por la pista”; escuchamos
las melodías de la animada garganta, como banda sonora de “la estirada cuesta”.
Diego “Sin Miedo” y Pedro “Hierros”, ponen una marcha más, “están preparando otras exigentes pruebas”;
los demás, nos adentramos en el frondoso pinar, salvamos los tramos más
abruptos y complicados, a la vez que con la grandeza del paisaje
nos vamos deleitando (“unos más que otros”). Gabriel “Lamparillas”,
también se ve “con fuerza” y con brío tira “parriba”; llegamos al cruce
señalado, “creía que aquí esperábamos”; doy unas voces (¿nadie me oye?), para ver si han ido a visitar las inmediaciones del refugio, “pero nada, estos ya van lanzados”.
Sin muchas prisas por mí parte –y atendiendo a los mandamientos veleños- espero a Martín “El Fiero”; después de un buen
rato, llega “algo descolorio y sufriendo, pero estoicamente aceptando el bravo reto ” (En cuatro días, como un toro
estás, ya verás) Subimos, sin prisa, pero sin pausa, nos cobijamos al agradable sombrajo de los pinos, rescatamos los
embriagadores aromas de las magnas alturas, también llenamos de agua fresca las
botijas y las adaptadas piernas hace ya tiempo que no se enfrían; salimos al
extenso “pelado”, majestuosas postales nos rodean y el penúltimo
arreón, nos encarama en “el alto del
nogal”. Aquí, nos aguardan nuestros
compañeros y un “invitado más”, antes de despedirnos se intercambian experiencias y hazañas burriclistas “de otras
ligas”. Más fotografías para intentar detener la volátil mañana y atrapar
a la presumida belleza, que de las
alturas del collado se adueña. Investigamos “para buscar la lujosa bajada”, “el
chino bien la marca”, pero entre la frondosa arboleda y “el huerto de helechos”, tapada está; el campechano
cabrero (sobre un asno) también nos
señala la dirección a llevar. Nos
adentramos en la suntuosa y escalonada trocha, unos tramos montados y también por precaución, otros
tantos desmontados, “algunas liebres
intentan entrar al saco”, mientras disfrutamos de unas postales “de dibujos animados”. Después de la
arriesgada pantalla, nos aguarda la
animosa vereda pinera; reino y trono
para las hadas y elfos del bosque de los sueños y un placentero “parque de atracciones” para
los ávidos sentidos y para los veleños
elegidos; comentarios superlativos resuenan por la jovial senda, a la vez que
coleccionamos más momentos divertidos. Atrás dejamos rincones
con encanto y de magia sembrados; salimos a la ancha vía y en una rápida
bajada, exaltados y victoriosos por la exitosa hazaña, llegamos a las
naturales charcas. Aquí, nos aguardan las
familias –como estaba prevista la jornada- para rematar “la faena”; baño en las
reconfortantes aguas, pinchos y variedad
de comida y helados refrigerios para coronar la etapa con una excepcional armonía.
Resumiendo, ruta lineal de 65 kilómetros.
Los caminos transitados han sido, camino de Velada a Arenas-Parrillas-Navalcán,
Camino de la Tabla, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Talavera a
Navalcán, Camino de Valcasillo, Camino de Navalcán a Candeleda, Camino de Los
Llanazos-Alto del Nogal-Senda del Nogal-Candeleda.
Pd: Pedro, gracias por tu aportación
fotográfica (1)
Buen día………….SALUD.
“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde
ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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