martes, 5 de abril de 2016

Ruta: Cerros, sendas y aguaceros.

Domingo, cuatro de abril y como acertadamente  dice el refrán, “en abril….. también hay que salir” y como dicta uno de nuestros preceptos, “aunque llueva, nieve,  haga frío, caigan cuchillos afilados….” en casa no nos quedamos. Nueve caballeros veleños acudimos al habitual punto de encuentro, con las burricletas bien dispuestas y prestas para la amenazante contienda,  escuchamos  “algunas propuestas”. Por lo que pueda pasar, al final nos quedamos por “las cercanas fronteras”.

     Iniciamos la marcha hacia la vecina aldea gamonina, cuando caen los primeros chispazos, aunque ninguno hacemos caso en un día nada claro; intimidatorios nubarrones nos avisan, ¿nos libraremos del inminente chubasco? Por la retaguardia y con prisas, Gabriel “Lamparillas” también se incorpora a la aguerrida cuadrilla. Antes de iniciar la escalada por la pina pista, Andrés “El Líder” improvisa, y por el cerro gamón, nos prepara la entretenida ascensión; conquistamos los monumentos vecinos, nos divertimos  por sus acogedores pasillos, mientras  algunos compañeros  “se detienen a tantear el  pelillo”. Por estos lares, se cumplen las climáticas predicciones, “comienza a llover”, contábamos con esta certeza antes de partir  ¿alguno pensando en retroceder y huir? Por la senda de la Encarnación, momentos de alegría y diversión y en la ermita en ruinas, nos resguardamos en la tupida chaparra, para enfundarnos los trajes de agua. Nos recreamos con la tímida lluvia, la vista cerrera se engalana con las nubes bajas y con las benévolas gotas de agua  y el olor a tierra mojada “nos da alas”. Continuamos con la conocida trepada hacia Mejorada, los intermitentes chubascos no nos amedrantan, además,  se agradece y hace más épica la etapa; salvamos los tendidos repechos y en la cima, nos agrupamos y a todos esperamos. Nos lanzamos cuesta abajo y les invito a mis compañeros a “perdernos por los senderos zorreros”; tiene su particular encanto, cabalgar con la amenaza “desde lo alto” y con las sendas “recién regadas”, haciendo las delicias de la osada escuadra; extensos prados con sus  verdosos tintes, presumiendo; acogedores cercados de piedra marcando nuestro paso y tonos amarillentos dando brillo al suntuoso camino y de la modesta lluvia ni rastro, ya ni nos acordamos. Arribamos en la ermita de la villa y aquí, decidimos hacer “el descanso”, pero con prisa que nos enfriamos –todos acordamos- inmortalizamos dicho momento, entre bromas y buena armonía, comentamos temas variados: trajes de verano, comida familiar y escritos sobre los caminos cerrados, mientras nos alimentamos.



      


























































     Reemprendemos la marcha, por las callejuelas  de Mejorada, salimos por la vía asfaltada, algunos compañeros “se han  quedado helados”, según comentan; si tiramos por aquí, ya veréis como nos calienta la repentina cuesta. Bajamos planeando por “la mataburras”, acompañados de la armoniosa mañana y las agradables  temperaturas que flirtean a media altura; la vereda de los pinos es la próxima estación, “dicho y hecho”, se nos abren las puertas del mágico rincón; chaparras caladas, angostos pasos, inconscientes gazapos juegan cerca de nuestras ruedas y un arcoiris de efímeras sensaciones, dando vida a los ocultos parajes “soñados”; paramos a inmortalizar los grandiosos momentos y las coloridas postales  y  desde  la parte trasera, la segunda ¿o tercera? liebre, echamos  a la talega. El iluso tobogán, hace las delicias de los caballeros convocados, cruzamos arroyos de aguas escasos y desde la frondosa arboleda, el jovial trino de los pájaros, ponen la melodía a nuestra andanza. Salimos al camino más ancho, esperamos a “algún rezagado” y desde aquí, la marcha aligeramos; atravesamos el extenso “Baldío” a buen ritmo, “me da, que la amenaza pronosticada, se ha quedado en aguas de borrajas”; por nada del mundo, me hubiera gustado quedarme en casa. Parafraseando al pensador, “El gran desafío para un héroe -dijo el enano- se encuentra en el corazón, no en el adversario”. La eterna amenaza no ha conseguido doblegar el  coraje y raza veleña  y sin más novedad,  entramos victoriosos, después de la disfrutona jornada.  “El Gran Maestre” aprieta para llevarse la etapa del agua, Eduardo El Carpin le ataca “este hoy no gana” y entre risas y bromas, piden “la foto finish” a los jueces de mesa. Algunos compañeros se lamentan de la corta etapa, pero “peor hubiera sido quedarse en casa y con ganas”.  Hasta la próxima. 



    

























     En definitiva, ruta circular de 36 kilómetros, los caminos transitados han sido; Camino de Velada a Gamonal; senda de la cruz del niño, senda de la Encarnación, camino de Gamonal a Mejorada; Camino de Mejorada a El Casar, Senda de Ontalba, Camino de Mejorada a Montesclaros (La Herrería); Senda de los pinos, Camino de los Huertos, Cañada Real Leonesa Oriental-Velada.



      Buen día……………..SALUD.





    “mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

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