Domingo, diecisiete de Abril, “después de
la tormenta siempre llega la calma” y
podremos dar un “voltio” en la mañana revuelta. Nueve caballeros veleños nos congregamos en el habitual punto de encuentro; con las
burricletas bien dispuestas y prestas para la contienda, “nos vamos a Puente”
era la valiente propuesta del Gran
Maestre; analizamos “los pros y los
contras”, tras los torrenciales aguaceros, nos decantamos “por un terreno más seco”, a pesar de que “el
alto cargo” no lo ve nada claro.
Iniciamos la jornada, hacia la villa de Gamonal y, a lo largo del camino vecino, todavía resuenan los ecos pertinentes, “nos teníamos que haber
ido a Puente”; algo de asfalto calado antes de entrar en el rellano del
“Polígono”; marchamos bien agrupados, mientras “tocamos todos los palos”,
actualidad, deportes y el tiempo tampoco ha de faltar “¿creéis que nos vamos a
mojar?” Atrás, dejamos cuidadas parcelas con sus huertas preparadas, fábricas cerradas,
coloridas postales y las clandestinas
acequias, antes de entrar en la alargada canaleta. Cabalgamos sin grandes sobresaltos
por “el piso llano”; amenizadas chácharas en la primera fila y también por la
retaguardia; a nuestro paso, extensos terralgos, mostrándonos su lustroso decorado, casas de campo todavía adormiladas,
“maceteros” de espigados eucaliptos, pinos y encinas encarceladas, guían nuestra ruta y de las verdosas aceras rezumando el agua clara ; “damos el alto a unos cuantos
esparragueros” y a otros tantos burriclistas también saludamos y sin darnos
cuenta, ante El Embalse nos postramos. Risas y guasas, “encima, las compuertas
están cerradas, los ánades no son silvestres ” y El Gran Maestre erre que erre
“ que nos teníamos que haber ido a Puente”. Por la vía asfaltada, cruzamos las
silenciadas urbanizaciones, escalamos algunos repechos y también nos atrevemos
con el más empinado, el alto de Reguerones. Al fondo, se presenta “El
Piélago”, entre las espesas nubes, camuflado; disfrutamos de la tranquila
mañana y de las transparentes vistas que el día nos brinda; arribamos en la
aldea montesa, fotografía en la artesanal cartelería y más adelante, en el conservado
abrevadero, paramos a repostar y a la
andorga engañar. Compartimos viandas y animados momentos de risas y bromas; el
menú de cada día, fruta fresca, dulces, pasas y algún bocata, nos “trasteamos” para
reponer fuerzas.
Retomamos la etapa y nada más iniciar, “nos
toca escalar”; nos adentramos en el rincón de los enebros entre los cerros
reposando; cada cual, que suba a su manera “o como pueda” por la
hormigonada cuesta; nos acomodamos en
un salón de colores vivos, el refulgente
musgo engalanando las piedras radiantes y la izada arboleda dando cobijo a su
encumbrada belleza. Nos recreamos –también nos calentamos- por el tendido tramo;Diego "Sin Miedo" y Cristobalón, suben de fuerzas sobrados, le ponen afán y tesón; “algo más arriba” todos esperamos; giramos a la izquierda, para afrontar el resbaladizo repechón.Ilde "El Suegro" aplica su lema "¿quién dijo miedo?"; todos lo
intentamos, pero lo mejor es llevar la burricleta del ramal “y otra vez será”. “Es complicado hasta andando”, Goyo El Coloso, comenta resoplando;
nos colamos en el pasadizo mágico, olores transparentes y el esquivo hechizo,
floreciendo en las angostas veredas
y el tobogán de las emociones nos
zarandea por la tupida senda, “menos mal, que no nos hemos ido a Puente” comentan los
más osados y prudentes; se disparan los flashes en distintas posiciones, queremos
“enlatar las mejores imágenes y rescatar fugaces suspiros coloridos”, misión imposible cuando se
desbocan los ávidos sentidos. Algunos compañeros (noveles y veteranos) no conocían el laureado rincón y a su salida,
no paraban de alabar y su místico encanto ensalzar. Seguimos con la disimulada
ascensión, entre vallados empedrados y “algunas bestias a sus anchas, reposando”
en el monte despejado; en la villa de Cervera nos agrupamos y Martín “El Fiero”, nos invita a entrar en la senda del “Monte de los olivos”, no se
hable más y nos vamos a dar “otro capricho” por el tramo divertido;
recolectamos preciosos fotogramas por el callejón de los sueños y superlativas
expresiones se escuchan por la escondida vía. Salimos del pueblo montés dando la
vuelta por los cercados de piedras, en esta ocasión “nos volvemos por la más
rápida opción”; subimos el tramo más empinado y desde aquí “un topabajo", alegrando el paso y el temeroso aire de cara atizando; tenemos tiempo de meter una marcha más y algunos compañeros “se quieren probar”, toca
apretar. Andrés “El Líder” y El Relatero, vamos recordando “cuando este camino
no estaba asfaltado”, “¡¡¡ya hace años!!! –comentamos; amplias praderas nos adelantan a toda velocidad y a Roberto “El Bueno” como escudero ejemplar,
al “Protegido” le toca remolcar. Cruzamos la villa de Segurilla, Mejorada también
dejamos atrás y para clausurar la jornada, nos toca bregar con algunos tramos blandos y embarrados –los únicos del día- ; planeamos
por la acogedora pista y todavía nos queda trepar “el repentino repecho de la herradura”; más adelante, nos agrupamos y a todos
esperamos, mientras, con las plácidas vistas cerreras nos recreamos; desde aquí,
preparamos el último descenso y sin más novedad, llegamos al punto de partida;
minutos para estirar y comentar la jugada diseñada, despedida y hasta la “próxima
pachanga” jaajajajajajajaaja. “La
temeridad es peligrosa en un jefe; el verdadero coraje es la prudencia”, en esta jornada, hacemos nuestras las sabias palabras del poeta Eurípides.
Resumiendo, ruta circular de 68
kilómetros, los caminos transitados han sido; Camino de Velada a Gamonal, Pista
del Polígono Torrehierro, Canal Bajo del Alberche a Cazalegas; Camino de
Serranillos-Reguerones-San Román de los Montes; Camino de San Román de los
Montes-Marrupe-Cervera de Los Montes-Sendero del Monte de Los
Olivos-Segurilla-Mejorada-Velada.
Pd: Martín, Roberto, muchas gracias por
vuestra aportación fotográfica (2,1).
Buen día…………….SALUD.
“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde
ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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