miércoles, 12 de octubre de 2016

Ruta: Paseo a La Corchuela

    Domingo, nueve de octubre, la mañana fresca nos recibe y nos regala un nuevo día; siete caballeros veleños somos los convocados para la festiva cita; notables y sentidas bajas tenemos en el reducido pelotón, “se habrán relajado después del etapón”. Con las burricletas bien dispuestas y prestas para  la contienda, estamos preparados ¿dónde vamos? - desganados nos preguntamos. La mayoría, optan por tirar “hacia el llano”, por votación popular  “hacia La Corchuela y más allá”, marchando oiga. 

  Iniciamos la jornada, con Nicolás “Charcos” a la cabeza, nos pasea por el casco antiguo y  barrios escondidos, para algunos compañeros, desconocidos. Salimos al “camino nuevo” y Chema “Tino” nos da el alto, la rueda trasera –por descuido-  parece que cojea; un poco de aire –dando a la manivela-  y papeleta resuelta. Bien agrupados cabalgamos, de todo un poco vamos hablando, nuevos retos y otras épica nos planteamos por el paso de los Veratos; El Gran Maestre “olvidando los ensalzados  valores de caballería”, nos habla de burricletas motorizadas e innovadora tecnología; pasamos un buen rato con los delirios planteados y  Diego “Sin Miedo” y El Relatero, “abroncamos” al osado Maestro; “no pareces de los nuestros”. Viendo pasar el tiempo, entre encinas camuflados,  por estor lares avistamos “el tocado pantano” y un mosaico de aves zancudas, por sus aguas “paseando”; rescatamos espléndidas postales de los parajes  adehesados; centenarias encinas y “moribundos” alcornoques,  custodiando y haciendo arrumacos  a la achicharrada cañada. Después de la resaca de kilómetros de las pretéritas  jornadas, tenemos  una etapa  placentera –que las piernas también agradecen-  tanto que  parece que vamos “a cámara lenta”; salvamos los temerosos arenales y  a ver si las esperadas lluvias, llegan con  prontitud y  esmeradas  y  “nos sientan un poco las polvorosas vías”; también cruzamos la localidad de La Corchuela, y nos adentramos “hacia el  más allá”, a ver si presenciamos el espectáculo de la berrea. Guardamos silencio  mientras cabalgamos, también  miramos en todas las direcciones, a ver si atisbamos el movimiento de los esquivos cérvidos; no escuchamos nada, pero entre la espesa arboleda, avistamos unos ejemplares con unas cornamentas que se mimetizan entre “las caídas ramas”. Nos recreamos con semejantes vistas y aprovechamos la parada para repostar; compartimos viandas, fruta fresca, pasas y dulces para llenar la andorga, mientras disfrutamos durante unos minutos de la profunda tranquilidad y del distendido asueto.



    


































     Reemprendemos la marcha, sin perder de vista la pateada fresneda y el apaciguado encinar y el gran rebaño ¿dónde andará? Para ver y escuchar dicha exhibición, tenemos que madrugar más y a las primeras lluvias esperar; rodamos por el rugoso camino hormigonado y decidimos dar un giro  “por eso de hacer algo más”; nos colamos en un laberinto de pistas, avistando algunas casas de labranza, establos y centenares cabezas de ganado, a sus anchas, campando y  pastando. Tomamos el camino de la dehesa Casaes y  para mi asombro, ni el amigo Nico lo conocía; El Gran Maestre, sigue en sus treces,  “el arroyo de Alcañizo –por su gran extensión- es navegable y puede  obtener el título de río”, más risas y bromas y minutos para enmarcar en el relajado día; desde la retaguardia  nos pegan el alto, Ilde “El Suegro”, la rueda trasera ha reventado –un palo de punta la ha taladrado-, "es un peligro ir por el llano"; nos ponemos manos a la obra, Jesús “El Serrano” toma el mando; herramientas, bridas y un poco de ingenio con el remiendo de una cubierta vieja y la herida burricleta, queda  como nueva y a rodar. Mientras tanto, un ejército de eucaliptos, pinos y encinas nos hacen el paseíllo por el agradable y transitable camino; ante la inesperada sorpresa  de mis compañeros, salimos al conocido cordel. Recorremos el discontinuo piso, salvamos más metros arenosos, sin perder de vista la parte trasera, reducimos la marcha y también paramos a esperar una vez más. Sin más novedad, elegimos la opción más corta –el camino Real- y amena “para rematar la faena”; paramos alguna vez más y en “La Tasca” del Maca paramos a dar novedades y la etapa dar por finalizada: aunque repitamos una y otra vez los mismos caminos (ya llevamos unos añitos) nosotros no somos los mismos. Hasta la próxima.


















































       En definitiva, ruta circular de 54 kilómetros, los principales caminos transitados han sido: Camino de Arenas-Parrillas-Navalcán, Camino de los Veratos, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Velada a la Corchuela, Cañada de San Marcos, Camino de La Corchuela-Velada,Torralba, Alcañizo; Camino de Torralba a Parrillas, Camino Real de los Veratos a Velada.  


   Buen día…………SALUD. 


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 



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