Domingo,
nueve de octubre, la mañana fresca nos recibe y nos regala un nuevo día; siete
caballeros veleños somos los convocados para la festiva cita; notables y
sentidas bajas tenemos en el reducido pelotón, “se habrán relajado después del
etapón”. Con las burricletas bien dispuestas y prestas para la contienda, estamos preparados ¿dónde vamos?
- desganados nos preguntamos. La mayoría, optan por tirar “hacia el llano”, por
votación popular “hacia La Corchuela y
más allá”, marchando oiga.
Iniciamos
la jornada, con Nicolás “Charcos” a la cabeza, nos pasea por el casco antiguo
y barrios escondidos, para algunos
compañeros, desconocidos. Salimos al “camino nuevo” y Chema “Tino” nos da el
alto, la rueda trasera –por descuido-
parece que cojea; un poco de aire –dando a la manivela- y papeleta resuelta. Bien agrupados
cabalgamos, de todo un poco vamos hablando, nuevos retos y otras épica nos
planteamos por el paso de los Veratos; El Gran Maestre “olvidando los
ensalzados valores de caballería”, nos
habla de burricletas motorizadas e innovadora tecnología; pasamos un buen rato
con los delirios planteados y Diego “Sin
Miedo” y El Relatero, “abroncamos” al osado Maestro; “no pareces de los
nuestros”. Viendo pasar el tiempo, entre encinas camuflados, por estor lares avistamos “el tocado pantano”
y un mosaico de aves zancudas, por sus aguas “paseando”; rescatamos espléndidas
postales de los parajes adehesados;
centenarias encinas y “moribundos” alcornoques, custodiando y haciendo arrumacos a la achicharrada cañada. Después de la resaca
de kilómetros de las pretéritas
jornadas, tenemos una etapa placentera –que las piernas también
agradecen- tanto que parece que vamos “a cámara lenta”; salvamos
los temerosos arenales y a ver si las
esperadas lluvias, llegan con prontitud
y esmeradas y “nos
sientan un poco las polvorosas vías”; también cruzamos la localidad de La Corchuela,
y nos adentramos “hacia el más allá”, a
ver si presenciamos el espectáculo de la berrea. Guardamos silencio mientras cabalgamos, también miramos en todas las direcciones, a ver si
atisbamos el movimiento de los esquivos cérvidos; no escuchamos nada, pero
entre la espesa arboleda, avistamos unos ejemplares con unas cornamentas que se
mimetizan entre “las caídas ramas”. Nos recreamos con semejantes vistas y
aprovechamos la parada para repostar; compartimos viandas, fruta fresca, pasas
y dulces para llenar la andorga, mientras disfrutamos durante unos minutos de
la profunda tranquilidad y del distendido asueto.
Reemprendemos la marcha, sin perder de
vista la pateada fresneda y el apaciguado encinar y el gran rebaño ¿dónde andará? Para ver y
escuchar dicha exhibición, tenemos que
madrugar más y a las primeras lluvias esperar; rodamos por el rugoso camino
hormigonado y decidimos dar un giro “por
eso de hacer algo más”; nos colamos en un laberinto de pistas, avistando algunas
casas de labranza, establos y centenares cabezas de ganado, a sus anchas,
campando y pastando. Tomamos el camino
de la dehesa Casaes y para mi asombro,
ni el amigo Nico lo conocía; El Gran Maestre, sigue en sus treces, “el arroyo de Alcañizo –por su gran
extensión- es navegable y puede obtener
el título de río”, más risas y bromas y minutos para enmarcar en el relajado
día; desde la retaguardia nos pegan el
alto, Ilde “El Suegro”, la rueda trasera ha reventado –un palo de punta la ha
taladrado-, "es un peligro ir por el llano"; nos ponemos manos a la obra, Jesús “El Serrano” toma el mando; herramientas,
bridas y un poco de ingenio con el remiendo de una cubierta vieja y la herida
burricleta, queda como nueva y a rodar.
Mientras tanto, un ejército de eucaliptos, pinos y encinas nos hacen el
paseíllo por el agradable y transitable camino; ante la inesperada sorpresa de mis compañeros, salimos al conocido cordel.
Recorremos el discontinuo piso, salvamos más metros arenosos, sin perder de
vista la parte trasera, reducimos la marcha y también paramos a esperar una vez
más. Sin más novedad, elegimos la opción más corta –el camino Real- y amena
“para rematar la faena”; paramos alguna vez más y en “La Tasca” del Maca
paramos a dar novedades y la etapa dar por finalizada: aunque repitamos una y
otra vez los mismos caminos (ya llevamos unos añitos) nosotros no somos los
mismos. Hasta la próxima.
En
definitiva, ruta circular de 54 kilómetros, los principales caminos transitados
han sido: Camino de Arenas-Parrillas-Navalcán, Camino de los Veratos, Cañada
Real Leonesa Occidental, Camino de Velada a la Corchuela, Cañada de San Marcos,
Camino de La Corchuela-Velada,Torralba, Alcañizo; Camino de Torralba a
Parrillas, Camino Real de los Veratos a Velada.
Buen día…………SALUD.
“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde
ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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