Domingo, quince de abril, en el lugar
habitual y media hora antes de lo previsto (“por eso de cabalgar más y la
jornada estirar”) seis caballeros
veleños, nos damos cita en el pactado punto de encuentro; con Diego “Sin Miedo” y Medina “El Estratega”, en
la villa calerana nos tendremos que
encontrar. En “misión secreta” (“según fuentes fidedignas”), partimos hacia el
cerro de La Estrella, “al rescate de la princesa”, ya que en la inexpugnable
fortaleza, la tienen “secuestrada”.
Iniciamos la marcha, hacia la villa de
Gamonal, imbuidos por la intensa calma de “la dudosa mañana”, por la pista asfaltada
nos colamos hacia “la empachosa canaleta”. Cabalgamos animados, de todo
un poco vamos hablando, para hacer más amenos estos tramos; por estos lares,
Roberto “El Bueno” se ha merendado una ración de cénzalo, pero no tendría que estar “bien
cocinado”, porque entre sonoras toses y otros aspavientos, atragantado llevamos al tenaz caballero;
cruzamos la despejada vía férrea, el
puente enrejado de Calera y en la Vía de la Jara, contactamos con los compañeros rezagados, “
que parece que vienen con algo de
retraso” . Durante la espera, el amigo Gabriel “Machaque”, aprovecha
para ajustar su “montura” y un trío de
compañeros, marchamos el camino, retenidos “por debajo del ritmo”. A nuestro
paso, extensos campos de siembra (albejones, alfalfa, colza….), cunetas de agua
atiborradas, túneles y paneles informativos, pero ni rastro de jabatos ni
gamos, pero el predominante color verde,
apoderándose del decorado más llano. Una vez agrupados, saludos de rigor en “El
Puente Amador”; alegramos la marcha por la ligera ascensión, entre plantaciones
de almendros y el caudaloso río desapareciendo. Atrás , dejamos los vagones de
la estación de Aldeanueva, hacemos el
correspondiente giro y allá al fondo, “una sospechosa nube amenazando”; por el
colorido paisaje (“de verdes, amarillos y de vistosos morados teñido”) retamos
a las disimuladas cuestas, toboganes sobre el afluente principal y con el aire
atizándonos de cara, el imponente
nubarrón, ondeando sobre nuestro destino,
vigilante y avisándonos. En el
cruce balizado, “sin hacer ruido, giramos” y para darle más emoción, “comienza a
chispear” en la silenciada sierra; poco a poco, vamos cogiendo altura, salvando los primeros
“repechillos” que salen a nuestro encuentro; también, tenemos tiempo, para otear
el anchuroso valle que vamos dejando atrás. Con los brazos abiertos nos
acogen los brutales repechones, “hasta el veintitrés de desnivel”, nos informa
el amigo Diego “todavía con aliento”; cómo podemos, trazamos las empinadas
curvas, entre perfumadas jaras, bien acompañadas. Y, como “no hay dos sin
tres”, aquí llega “la segunda magra”, algo más mansa, “esta vez, sólo con veinte de desnivel”; menos mal, que el terreno está bien compactado, “por ver
el lado bueno de lo inhumano”; en el último giro, seguimos con nuestra
penitencia por la empinada recta, nos retorcemos como “escurridizas culebras”,
danto “chepazos”, suspirando y bramando,
como si con esto “lo fuéramos a arreglar” (jajajajajajajjajajajaja), hacemos eses
y zig-zags, sabiendo que “la misión” en la izada torreta, está cada vez más cerca. Después
del titánico esfuerzo, mucha ilusión, pundonor y algo se “sufrimiento”, de uno
en uno vamos coronando la nublada y fría estación. Antonio "El Estratega" lidera la bravía expedición; comentarios varios, rescatamos
a la princesa raptada “para que la fiesta en Oropesa pueda continuar”; de paso, repostamos y abrevamos para recuperarnos del escarpado susto;
fotos de rigor en la helada garita, viendo las nubes pasar, ¡¡¡¡estampa
espectacular!!!!
Después de una nueva conquista,
reemprendemos la marcha, pero en plena bajada, aparece Jesús “El Serrano”,
entre todos le animamos para que corone, “ya que lo peor ha pasado”; dicho y hecho,
el penúltimo esfuerzo para "el cielo tocar". El
fugaz descenso, lo hacemos reconociendo los desniveles sufridos, esperamos y
nos agrupamos para remendar el camino
recorrido; la vuelta la hacemos con más alegría y brío; volamos por el
carreterín asfaltado, disfrutando de las dignas vistas y del paraje serrano que
nos envuelve y tiende su plácida mano; en la vía verde, de nuevo nos agrupamos,
llenamos nuestras botijas y otra vez, “a
destajo” volando. Martín “El Fiero” y Cristóbal “El Nazareno”, se calientan y
no sé cómo irán, pero de ellos, “ni
rastro ni señal”. A nuestro paso, los fotogramas pasan a “toda velocidad", mientras mi
amigo Gabriel, se suelta por Medina: “VELOCIDAD, VELOCIDAD, VELOCIDAD….”;
saludamos a otros burriclistas y
familias senderistas que a estas horas, inundan la florida vía;
más adelante, todos nos reunimos e Ilde “El Suegro” sale a nuestro encuentro; nos da novedades y nos informa de la
ruta que han hecho con los demás compañeros, mientras, con buena marcha, no
paramos de cabalgar, ni dejamos de mirar atrás. En la localidad de Calera, despedimos a los compañeros
talaveranos, volvemos a cruzar el puente colgado, el sonido del tren también
nos avisa y por el concurrido canal, llevamos al amigo Roberto hasta Gamonal. Desde este punto, escalamos animados
y sin más trasbordos , y después de la conquista conseguida,
arribamos en el punto de partida: “La vida,
no consiste en ser un ganador o un perdedor, se trata de ser uno mismo y
dar lo mejor…..” Hasta la próxima.
En conclusión, ruta lineal (ida y
vuelta) de 85 kms, los principales caminos transitados han sido; Camino de
Velada a Gamonal-Alberche- Canal Bajo del Alberche- Calera, Vía Verde de la
Jara-Camino de la Estrella-Subida Sierra Ancha.
Pd: Cristóbal, gracias por tu
aportación fotográfica (2).
Buen día……….SALUD.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”
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