Domingo
(24-10-2021), tres caballeros veleños acudimos al pactado punto de encuentro; tenemos compañeros de baja, descanso temporal,
vacaciones y otros, de asuntos propios. Con
las burricletas prestas y bien dispuestas, los convocados, tendremos que dar “el callo”; nos
da igual dónde vayamos, sin dirección, ni por dónde llegar, “tiramos a Montesclaros.”
Ya
notamos, la bajada de temperaturas en la
fresca mañana y nos presentamos,
abrigados un poco más; toca, vigilancia y “custodia” de caminos y trochas,
también, revisar otras corralas ya cerradas. Nos
proponemos, tiradas “relajadas”, más llevaderas, para desconectar de las largas y duras jornadas; ésto,
no quiere decir que bajemos la guardia,
ni olvidemos los maravillosos entornos
de la comarca.
Para
no perder las buenas costumbres, cogemos tickets para la divertida y
vertiginosa montaña rusa; continuos
subes y bajas, desde el pueblo gamón hasta arribar en Montesclaros, acogedora
villa montesa. Nos
recreamos por los genuinos parajes, preñados de belleza y tranquilidad,
ofrendados para los invitados; somos
testigos, de las intermitentes pinceladas del otoño y de los vistosos lienzos
que vamos destapando.
A
nuestro paso, nos rebozamos con la propia fragancia del encinar, aderezada con
pizcas de lavanda y jara; sin
prisas, amenas conversaciones por la plácida “plaza”, parece que estuviéramos
en el salón de casa. Disfrutamos
de la alegre mañana que ya se torna
soleada y del límpido rincón, etiquetado
como “el olimpo”; aquí,
la estampa otoñal se hace más visible,
sobre el sereno tapiz, recargado de hojarasca y bellotas por el suelo.
Somos
privilegiados, por este preciado regalo
y los espectaculares paisajes que vamos dibujando y coloreando; sobre
la marcha, grabamos pequeños detalles, transparentes suspiros recortamos y nos recreamos con las vistas elevadas. Para
rematar, nos sorprende una piara de “espantados jabatos” que desaparecen por el
elíseo adehesado. Al terminar, Martín “El Fiero”, no pide
relevos y nos pone “en fila” para coronar y encumbrar “el repecho criminal.”
Jornada
“sobrepasada”, especialmente, por la
variedad de su recorrido y los colores tan llamativos que nos ofrece esta época
del año. Destacar, el siempre acogedor rincón del encinar de Aldea de Arango y sus aledaños –desde Montesclaros al
Boquerón- , lugar que hace las delicias de todos aquellos, que tenemos el privilegio de conocer y
recorrer “sus pasillos”. Doblemente especial, se hace ahora en otoño, como la
mejor lección, para explicar esta estación y todo aquello que esconde,
el abstracto concepto de belleza. “Si pasas demasiado deprisa por la
vida, te perderás los mejores paisajes.” “Cada cosa tiene su belleza pero no
todos pueden verla.”
En definitiva, ruta circular de 63 kms. Los principales caminos transitados han sido, Camino de Velada-Gamonal-Mejorada-Talavera-Montesclaros; Camino de Montesclaros (Aldea de Arango- Retamares-Boquerón)-Parrillas-Velada.
Buen
día……….SALUD.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario