Domingo
(19-03-2023), cinco caballeros veleños
nos presentamos al habitual punto de encuentro; con las burricletas preparadas
y bien dispuestas, animados, y con ganas, afrontamos la jornada burriclista.
Sobre la mesa, la laureada propuesta, previamente publicada; sin escalas, ni
mapas, marchamos hacia Sotillo y
Montesclaros por la alternativa más salvaje y asilvestrada.
Iniciamos
la jornada, dando novedades sobre la marcha; temperaturas llevaderas nos
presenta la serena mañana y Martín “El Fiero”
todavía en época invernal,
cabalgando con “la zamarra de
verano”; en modo distendido, circunvalamos la villa veleña, nos paseamos
con soltura por los infinitos terralgos del
“Baldío”. Estiramos las piernas y “calentamos” por estos lares, antes de
afrontar la primera subida del día; El
rincón del Bonal, amablemente nos recibe y nos da la bienvenida; con sus nueve curvas para
“disimular” el paisaje y la estirada
pendiente, bregamos el quinteto de valientes.
Otro
día más, cruzamos las localidades cerreras, saludamos a otra caterva de
burriclistas –de Talaverilla-, mientras,
nos desviamos por los aledaños del Marrupejo. “Zurcimos” los continuos subes y bajas
de la postal cerrera; inundada de encinas, chaparras y
esparragueras, desviamos la atención y echando de comer a los sentidos, para ir
entretenidos por los tramos más recónditos y perdidos. Nos “columpiamos” por el
calmado rincón, acumulando desnivel por el vistoso lienzo engalanado, cuando la
inminente primavera, prepara “su alegre banquete” con guirnaldas, confetis y
cintas de colores.
Desde
Sotillo, nos adentramos en la idílica guarida; caminos de “jabre”, bien compactados, con Gredos de fondo,
vigilándonos; cruzamos ríos y arroyos tupidos; hacemos algún campo a través
–para no perder la tradición- entre
retamas y tramos “ozados”, pero todo controlado desde la orientación;
abrimos y saltamos porteras, hasta llegar “ a la estación de los sueños”;
cabalgamos sobre tapices verdes y floridos y
entre restos del agónico invierno, que nos hacen perder la noción del
tiempo; magistrales escenarios,
incrustados entre divertidos y angostos senderos, que se ocultan en la profundidad de un bosque de descolocadas encinas; largos
cercados de piedras salteadas y revestidos,
con atuendos de musgo de alta
costura que mimetizan a la colorida escuadra veleña.
Sobre
la marcha, después del hartón y empacho
de sendas y tanta belleza de ficción, paramos a repostar en la concurrida
plaza. La vuelta, por “otra pantalla” que nos descoloca y nos hace “divagar”
por la senda tradicional. Francis “Sevilla”, se lleva el premio de la montaña;
Gabriel “Schweeping” queda prendado, “intuía que le íbamos a colocar otros
enebros” y Martín “El Fiero”, se lleva el premio al más combativo, después de
realizar la etapa, “herido”.
Resaltar de la ruta, el itinerario en general en todo su esplendor; en particular, el “mágico rincón”, bautizado antaño como “Indiana Jones”, por sus genuinas estampas, pasos de dibujos animados, amplías praderas y el laberinto de divertidas veredas. No menos destacable, el circuito del Toril y Aldea Arango, todo un deleite y disfrute para los sentidos y una chorrera de encanto y magia que se pasea ante nuestra presencia. “La fantasía no es una forma de evadirse de la realidad, sino un modo más agradable de acercarse a ella”.
Resumiendo,
ruta circular de 62 kms (950 m. D +). Los principales caminos transitados han
sido; Camino de Los Perales, Camino de Mejorada, Cañada Real Leonesa Oriental,
Camino de los Huertos, Camino del Bonal, Camino de Velada-Mejorada-Segurilla,
Camino del Hituero-Antiguo Camino de Sotillo de las Palomas-Montesclaros-
Camino de Parrillas- Aldea Arango, Camino del Toril-Velada.
Pd:
Martín, gracias por tu aportación fotográfica (1).
Buen
día………SALUD.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo ni
tiempo ni sitio….”
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