Domingo
(5-11-2023) dos caballeros veleños, nos presentamos al habitual punto de
encuentro; con las burricletas prestas y bien dispuestas, para “andorrear” y no perder las buenas maneras. Después de
“la resaca” de Salamanca, tenemos de vacaciones a “la valerosa escuadra” y al
resto de la plantilla; unos, por descanso temporal, de asuntos propios,
otros, y también, en paradero
desconocido, algunos. Planteamos “descanso activo” para los próximos meses,
para no desconectar, disfrutar del entorno y la magia de colores que nos
brindan las estaciones del
otoño-invierno.
Comenzamos
la etapa, diseñando el itinerario sobre la marcha, intentamos evitar los pasos
encharcados y embarrados por las generosas borrascas de las últimas semanas.
Pues lo dicho, sin prisa, pero sin pausa, amenas conversaciones con el amigo
Roberto “El Bueno”, parece que estamos
acomodados en “el salón de casa”; nos
damos novedades, recordamos las últimas anécdotas y mientras “cabalgamos”, tocamos “temas varios”.
Por
el solicitado y concurrido canal, con el
cartel de “a timbote” colgado en la portera, saludamos a una caterva de
grupos burriclistas, también, “pelotones” de carretera. A nuestro paso, la
huella otoñal se deja notar; tonos amarillentos, acorralados de varios marrones
y charcas de agua, engalanando la resuelta panorámica. Sin darnos cuenta, nos
adentramos en la zona recreativa de “La Portiña”, nos divertimos por los
rincones de toboganes y el callejón de pinos, que “nos invita a las etapas
serranas”. (A buen entendedor……..).
Después
de la salida del laberinto, “nos configuramos en modo escalada”, pero en esta
ocasión, vamos a sufrir el fuerte viento
de cara; hoy la épica, está en la mítica
subida. Con oficio y “cabeza”, al tran-tran vamos “subiendo curvas” y
saludando a “la divinidad Eolo” y “burriclistas” que encontramos por la cómoda
ascensión; avistamos antenas y la izada torreta de vigilancia, antes de virar a
izquierdas y afrontar la empinada pared –con compañía-, que nos pone a prueba
un día más. Una vez en la cima, echamos un vistazo en todas las direcciones,
para contemplar el cambiante paisaje, y debido al incómodo airoteo, decidimos
repostar el algún punto más tranquilo.
Desde
aquí, cruzamos las villas vecinas y “por el camino oficial de Gamonal” para
alargar la jornada. Impresionante cómo están los caminos, bien compactados, “en
su punto” para disfrutar de la serena mañana; hacemos los repechos
correspondientes, vistas de ficción entre el tupido encinar, manantiales
naturales en la cuneta y agradables olores,
que se repiten y suceden por
estos lares e impregnan el ambiente y los sentidos. Sin novedad, arribamos en
la localidad gamonina y “una Gineta” para inaugurar la nueva temporada.
Destacar
de la ruta, la agradable mañana, a pesar de los episodios y rachas de vientos
fuertes, además, el campo se está poniendo sus mejores galas, para lucir radiante. Disfrutar del otoño,
tiene su encanto, tonalidades, colores, olores y panorámicas para enmarcar si
se saben apreciar. “Si en otoño ves que truena, la cosecha será buena”;
“recuerda, el secreto está en las ganas……..”.
Resumiendo,
ruta circular de 46 kms. Los principales caminos transitados han sido; Cuadros
de la Vega, Camino de “Chilines”, Polígono Torrehierro, Canal Bajo del
Alberche, La Portiña-Atalaya, Camino de Segurilla-Mejorada-Gamonal-Velada.
Pd: Las fotografías están en orden inverso a la realización de la ruta.
Buen
día…………SALUD.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio…”
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