Domingo (11-8-2024), previas llamadas y
mensajes del día anterior, confirmamos
“etapa de montaña”, para aliviarnos y esquivar la ola de calor que se pasea por
los llanos. Volvemos a la localidad de Arenas, ¿hay mejor alternativa para
estos días? Con las burricletas prestas y bien dispuestas, afrontamos otro día
de fiesta montañera; Ocho caballeros veleños nos apuntamos al evento montañero,
que incluye “pensión completa de puertos” y el frescor de Gredos . También, tenemos
dos invitados de lujo, nos acompañan
“Olvi” y Pepe “Keway”, expertos y muy conocedores de estos territorios serranos.
Comenzamos la etapa, callejeando por las
vacías calles de Arenas, antes de entrar en el sombrío Berrocal; en esta
ocasión, lo circunvalamos para evitar “algo de subida”; entre el tupido pinar,
parajes tranquilos y frescos que agradecemos, bien agrupados, amenas
conversaciones entre los-as integrantes del curtido grupo. Nos dejamos llevar
hasta “La Parra”, antes de adentrarnos y escalar por “las parcelas Marianistas”, donde “la
orquesta de chicharras” ya tienen ritmo en su “cantar”, mientras nos recreamos
con las vistas de los conocidos picachos que ondean al fondo. Sin apenas darnos
cuenta, nos adentramos en la fugaz y divertida bajada por el sombrío laberinto, hasta “La Villa”.
Desde “la cañada”, continuamos la
ascensión por el angosto callejón, nos acompañan el frescor de los arroyos, la
frondosa arboleda, reposando en la umbría y las huertas recién regadas.
Nosotros, a lo nuestro, “la eterna subida” -recordamos la nocturna a Salamanca-
hasta San Esteban, donde de refilón nos refrescamos y llenamos la botijas,
antes de encaramarnos en el estirado puerto. La consigna es clara, “cada cual a
su ritmo y sin apretar”; se hace muy amena y llevadera la trepada,
intercambiando experiencias y aventuras, con las lustrosas cumbres como
testigos de nuestro paso. “Olvi” nos comenta “que disfruta mucho en las subidas”
-y comprobamos su sobrada pericia-; risas y bromas entre los congregados-as
“….y os queríais quedar en el llano….” cuando en cada curva nos atiza el aire
fresco y los sombrajos abundan en cada pedalada. Raquel “Mc´Gregor”, la dama
veleña, sobresaliente, da la talla y con su alegría anima la tendida subida.
Refrescón en el concurrido pilón, antes de afrontar el último tramo por el generoso
pinar. Conquistamos “otro puerto”, para enlazar con “El Pico”; Martín “El
Fiero” y César “El Campeador”, se “calientan” con otros “ciclistas” y tiran
hacia la cima sin mirar ni levantar la cabeza. De uno en uno , vamos coronando la solicitada cumbre;
minutos para reponer fuerzas e hidratarnos, fotografía de rigor e intercambio
de impresiones y un vistazo desde el privilegiado balcón.
Reemprendemos la marcha, “descenso controlado” por el mítico puerto; estiramos las piernas y nos relajamos, antes de “colarnos” en los afortunados paisajes de “La Centenera” y las genuinas vistas con las que nos agasaja, oteando el valle a media ladera. Un día más, deleite y disfrute por estos lares, por las auténticas panorámicas, arrastrándonos hasta sus destacadas cúspides. Con oficio y vigor, afrontamos “otra magra”; Pepe “Keway”, sobrado y controlando -sabe de que va esto- nos va ilustrando con información de la zona y anécdotas varias; sabemos donde está “el punto crítico”, comemos y bebemos sobre la marcha, “vamos reservando” -creo- para no “caer” en el último kilómetro. Sin novedad, “otra cima que coronamos” y preparamos la vuelta para asaltar la última cumbre de la jornada. Algunos compañeros-as, nos comentan que “se van derechos a Arenas” -quieren un baño, un refrigerio y recoger las croquetas-. Rápido descenso hacia el Arenal y el Hornillo por el profuso pinar…..Antes de afrontar “La Francisca.” Me acompañan “tres escuderos de garantías”; con templanza, hacemos una ascensión cómoda por la agraciada serranía, sin prisa pero sin pausa, tampoco se resisten “los dos tramos más empinados” de esta pantalla, antes de arribar en “el congelado pilón.” Unos instantes para refrescarnos y recrearnos en el descenso, con pensamientos delirantes por el serpenteante paraíso, engullido por un torrente de pinos hasta la villa de Arenas. Luci “Fromme” con seguridad y sobrio acomete esta empresa; César, algo más tranquilo, “no se atraganta” y para el amigo Gabriel “Schweeping”, por su empuje y tesón, el premio a la combatividad. En el punto de partida, nos reunimos con nuestros-as compañeros-as de fatigas, para brindar todos-as juntos-as por la excelente etapa; refrescos, “ríos de zumo de cebada fresca” y exquisitos aperitivos, para comentar las mejores jugadas.
Destacar de la ruta, además de la
excelente compañía, el disfrutar -una vez más- del frescor y las espectaculares
vistas que nos regala la montaña. Majestuosos rincones del valle, vistas de las
cimas de más de dos mil metros de la cara sur y
generosos fotogramas desde las distintas cumbres conquistadas para el
deleite de los sentidos. “Toda conquista comienza con la decisión de
intentarlo.” “La magia está en cada
rincón, sólo hay que observar atentamente.”
Resumiendo, ruta circular de 65 kms (1700
metros D+). Los principales caminos transitados han sido Camino del
Berrocal-Los Marianistas- Camino del Saucedo- La Villa-Cañada del Puerto,
Camino de San Esteban del Valle- Alto del Sidrillo, Puerto del Pico- Puerto de
la Centenera-El Arenal-El Hornillo- Subida a La Francisca (por el mirador
estelar), El Hornillo-Arenas de San Pedro.
Pd: las fotografías están en orden inverso a la realización de la ruta.
Pd1: Francis, Pepe, muchas gracias por
vuestra aportación fotográfica (2, 1.)
Buen día……….SALUD.
“….mil caminos por andar y mucho tiempo
perdido sin saber a dónde ir, no queda tiempo ni sitio…”
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