Domingo (4-8-2024), previo acuerdo e
invitaciones, para realizar una “etapa montañera”, en esta ocasión, el arco de
salida lo ponemos en la localidad vecina de Arenas de San Pedro. Cuatro
caballeros veleños nos apuntamos para el evento montañero, “etapa larga y
puertos”, nos comenta el amigo Alberto “El Maestro Ceramista”; con las
burricletas prestas y bien dispuestas, “así sea”, jornada “de fiesta y míticos
puertos.”
Comenzamos la jornada “mentalizados y
preparados” para “la escalada”; nada más
salir, “sin protocolos ni anestesia” vamos cogiendo altura por el privilegiado entorno,
limpio y bien cuidado “por si acaso.” Amables temperaturas nos acompañan, entre
sombras, por el espeso pinar, frutales bien cargados y olor a “menta” recién cortada. Amenas
conversaciones “por estos lares” disfrutando “del paraíso” y las genuinas vistas que nos brinda. Descenso
fugaz y divertido entre parcelas y huertas, para entrar de refilón en “Mombeltrán”
y aterrizar en la Cañada, -con extravío incluido-.
Desde este punto, comienza el festival
de “continuadas subidas”. Duros repechones (20%) por la pista hormigonada, que
nos prueban, “pero a la sombra -para consolarnos-“ antes de entrar en Santa
Cruz. Desde aquí, el tendido y largo puerto -por camino-; la consigna es clara,
“ritmo tranquilo, sin apretar”; disfrutamos de las virtudes y bondades que nos
ofrece el profuso pinar, de la perfumada
sierra con un surtido de olores que nos “dan alas”, repleta de pilones con agua
cristalina y helada -a cada paso- lo que
nos permiten mantener las botijas con agua fresca. De todo un poco vamos
hablando por la cómoda ascensión, “ya llegamos” comentamos, pero tenemos que
coronar “el Techo del Mundo”, pasar por “la zona devastada por el fuego”, que
tardará años en recuperarse, antes de entrar en otro tramo de agradable umbría,
que nos acercará a la primera cima. Bajada rápida por la espesa arboleda hacia
el área de descanso; unos minutos para hidratarnos, reponer fuerzas, comentar la jugada y “visualizar” los próximos
parajes y subidas.
Reemprendemos la marcha, en nada,
comenzamos a saborear “otra magra”; al tran-tran, “sin apretar”, comenzamos
agrupados, pero en la primera curva, el amigo Gabriel “Machaque”, se baja “a contar
mariposas”….los demás, a lo nuestro, sin descuidar la retaguardia; van pasando
los kms, nos adelantan algunos ciclistas con estilo, otros, descienden, una eléctrica
llaneando también se exhibe, a la vez que los paneles informativos van restando
dígitos, mientras en pleno espectáculo de la naturaleza, se columpian “las antenas”…curveamos,
agradecemos los metros de sombras y desde la herradura de “La Pellejera”, ya
intuimos la deseada cumbre. Unos instantes para refrescarnos en la solicitada
fuente, intercambiamos impresiones con “los vascos”, llenamos las botijas y
cada cual “a su olivo.” Fotografías de rigor en el antiguo cartel para
inmortalizar “otra ascensión”, antes de degustar y recrearnos con las afortunadas
estampas serranas.
Rápido descenso, atravesando la
gratificante serranía, para buscar la pista del Alto de la Casa; tramo cómodo
de tendida subida, con impresionantes vistas “al Cabezo” y pistas en otras
etapas conquistadas (¡¡¡¡¡Qué recuerdos!!!), esperamos y nos agrupamos,
enlazamos con la enésima avenida; tramos de piedra suelta que vamos esquivando,
haciendo la trazada más sencilla, antes de arribar en “la charca del Horco”,
reconocemos pueblos serranos, nos adentramos en zonas sombreadas y taladas. ¿En
la bajada? ¡¡¡Sorpresa!!! El camino molido por “las maquinarias”, un mar de
arena triturada, parece que surfeamos, precaución porque piedras y roderas están bajo el fino arenal….Se
hace “pedante” y dificultoso el bajar -tardamos más de lo normal-….Al salir,
coincidimos “qué mal…..” blanquecinos de polvo, parece que salimos de moler
harina…..Ahora, nos queda coronar “El Pico”…Martín “El Fiero”, arremete en
cabeza…Estamos curtidos en estas batallas y salvamos con garantía y solvencia la etapa montañera. Una parada rápida, para “quitarnos la berenjenas y refrescarnos. Para clausurar
la jornada, todo de bajada, en solitario descendemos el laureado puerto, por la
vía rápida, enlazamos con la pista de la
Centenera -miramos de reojo el tramo de escalada- y por las Morañegas, llegamos a nuestro destino
“casi con el objetivo cumplido.” Para brindar
por la exitosa etapa, zumo de cebada fresca, pinchos rebozados, mientras comentamos
sobre posibles etapas.
Destacar de la ruta, el frescor de la mañana durante todas las subidas realizadas, parajes sombreados y las espectaculares vistas de todo el valle -cinco villas-, cumbres más conocidas de la Sierra de Gredos. No menos importante, durante toda la ruta, la cantidad de pilones y agua fresca que vamos encontrando, tanto para hidratarnos y en caso de “apuros” darnos algún baño. “Un pájaro posado en un árbol, nunca tiene miedo de que la rama se rompa, porque su confianza no está en la rama, sino en sus propias alas.”
Resumiendo, ruta circular de 83 kms (1800 metros D+). Los principales caminos transitados han sido Camino del Berrocal-Los Marianistas- Camino del Saucedo- La Villa-Cañada del Puerto, Camino de Santa Cruz- Techo del Mundo-Puerto Pedro Bernardo-Puerto de Serranillos, Camino Alto la Casa del Pinar, Camino del Horco, El Colmenar- Puerto del Pico- Pista de la Centenera- Camino de Las Morañegas-Los Marianistas-La Parra- Arenas de San Pedro.
Buen día……….SALUD.
“….mil caminos por andar y mucho tiempo
perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”
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