Viernes
de “fiestas patronales en la Villa” (6-09-2024), tres caballeros veleños nos
presentamos en el habitual punto de encuentro; con las burricletas prestas y
bien dispuestas, todo preparado para “otra clásica en estas fechas.” Otros dos
compañeros de fatigas (Martín “El Fiero y Alberto “El Maestro Ceramista”), ya
hicieron los deberes el día de vísperas, abriendo filas por “la abandonada vía
ferroviaria.”
Comenzamos
la etapa, -sí, puntuales-, con temperaturas muy buenas y frescas, parece que vamos a tener durante la jornada. Me acompañan
dos escuderos de lujo, con sobrada experiencia y “ganas de volar”; “de menos a más” por los cuadros de “La Vega” y por la relajada cañada, antes
de llegar “al carril de la raya”. Amenas conversaciones por estos lares, mientras “colocamos y extendemos los
caminos”, novedades y previsiones para estos días de
fiestas locales, antes de arribar en la localidad calerana.
En
este punto, nos adentramos en “la larga avenida”, cargada de variados ingredientes, que vamos recolectando a nuestro paso;
grandes dimensiones de maizales y otros “forraje”, alguna sorpresa “con las
fuentes de agua corriente”, las derruidas estaciones y las agradables presencia
de los ciervos, antes de atravesar el
monumental viaducto. Los congregados, a lo nuestro, sumando kilómetros, con la presencia de otro habitual invitado, que
nos acompaña de “jarana”; el aire de cara y todo lo que conlleva su compañía.
Así
transcurre el camino de ida, pero “con oficio y paciencia”, resignados, afrontamos esta noticia en la
primera parte de la etapa; iluminamos y contamos más túneles que vamos pasando
y también, somos testigos del desolador y calcinado paisaje que dejó “el
incendio de la Nava”; cerros tristes y amplios terralgos de “luto” que nos
impactan y durante unos minutos nos dejan sin habla. A nuestro paso, molinos de
agua, el río con algunas “charcas y revestido de pizarra”, vistosas canteras y
el rebosado pantano, antes de cabalgar por el suelo más salvaje de itinerario.
El Eolo, continúa “castigándonos” sin piedad, mientras “pedimos clemencia para
el camino de vuelta.” Cuando avistamos “la sierra” de frente , ya sabemos que
estamos más cerca de la estación “fin de trayecto”, para completar la primera
parte de la etapa; un último esfuerzo entre blanquecinas chaparras y una
callejuela de jaras que se extiende por el disimulado ascenso, antes de
“coronar el apeadero de Santa Quiteria.” Unos minutos para reponer fuerzas,
hidratarnos bien, comentar la jugada y “preparar la estrategia” para el retorno
a casa.
¿La
vuelta? Como era previsible -siempre no es así-, el aire nos da de espaldas,
¡¡¡¡bien!!! Ahora sí, el ritmo es “más alegre y cunde más”, gracias a la generosidad del amigo
Roberto “El Bueno”, que se pone en cabeza y nos lleva en volandas; “si aguanta así,
el relevo en el túnel largo.” A nuestro paso, los paisajes se hacen más agradables, el aire a favor nos hace levitar por el reposado entorno; en silencio y disfrutando de las cristalinas vistas que nos brindan la
solitaria vía; sin el ruido y la incómoda molestia del "ventoso", todo son ventajas.
Todos los ingredientes de la ida, pasan ahora más a prisa, la distancia también
vuela y el trío veleño “a destajo” se desenvuelve con solvencia por “la ruta culona” según
vamos recogiendo y guardando el camino. El amigo Gabriel “Machaque”, hace gala
de su buen momento de forma, "está pletórico" y no demoramos “nada” por el imperceptible “descenso
y falso llano.” Sobre la marcha, rellenamos la botijas y el refresco de rigor “también
nos tomamos”; abandonada “la ruta verde”, decidimos acompañar a nuestro amigo,
al pueblo gamón; todavía, nos quedan algunos tramos con rachas de aire, que nos
da de frente y otras veces, de costado. Viramos hacia la vía de servicio, ahora
sí, cabalgamos más cómodos y con muy buenas sensaciones, antes de despedirnos y
desearnos felices fiestas, ya que este año, coinciden las dos localidades.
Destacar
de la ruta, las buenas temperaturas que nos han acompañado durante toda la
jornada, para la realización de nuestra práctica deportiva. Una vez más,
reconocer la variedad de generosas postales que nos brinda esta larga jornada,
en particular, los tramos de pizarra que
embellecen todavía más este heterogéneo itinerario, generando rincones rústicos
y atemporales. “….y si fuera mi vida una escalera, me la he pasado entera
buscando el siguiente escalón….Sus soldados son flores de madera y mi ejército
no tiene bandera, es sólo un corazón, condenado a vivir entre maleza, sembrando
flores de algodón….”
En definitiva, ruta lineal de ida y vuelta (134 kms.) Los principales caminos transitados han sido: Cuadros de la Vega, Cañada Real Leonesa Occidental, Carril de la Raya de Calera, Camino del Horco, Camino de Navalcán-Calera-Vía Verde de la Jara -Minas de Santa Quiteria- . La vuelta igual, pero en el puente de la autovía, por la vía de servicio N-V, Monte Nuevo-Gamonal-Velada.
Pd:
Roberto, muchas gracias por tu aportación fotográfica (2).
Buen
día…………SALUD.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio….”
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