Domingo (13-04-2025), con las
burricletas prestas y bien dispuestas, tres caballeros veleños nos presentamos
en el habitual punto de encuentro. Por motivos varios y descansos
“justificados”, notables ausencias en el aguerrido escuadrón.
Agradable mañana, temperaturas suaves, “sin gota de aire”, aunque con el cielo
cargado, amenazando lluvias durante la jornada. Posible propuesta sobre la mesa
-modificable sobre la marcha- , una combinada, circular al embalse de
Cazalegas.
Comenzamos la etapa, “otra vez por el
rompeolas”, para evitar “embarrarnos al inicio de la mañana”; bien balizados y
luminosos para que “nos vean”, amenas conversaciones “por estos lares” ya que
la etapa se presenta larga; una pareja de corzos rompen la tranquilidad a la
altura de “Tablesa”, mientras nos quedamos embobados por la presencia de los
atrevidos cérvidos. Desde aquí, enlazamos con el canal, saludamos a otra “caterva” de burrilclistas “éstos, también han
pensado como nosotros y buscan caminos mejor tratados”- comentamos.
Por la estirada avenida, “el trío
representativo” cabalgamos con alegría, sobrepasamos el extenso olivar,
parcelas todavía adormiladas, cunetas limpias y bien acicaladas a lo largo del húmedo
itinerario: vistosas estampas de aguazo, sobre el imponente mosaico verde que
se extiende a nuestro paso y la variada arboleda, “pasando con prisa” según
vamos estirando la canaleta. Sin novedad por el cómodo terreno, nos ensimismamos
con los ingredientes que encontramos, antes de aterrizar en “el grandioso
embalse”; rugiendo con violencia por la fuerza del agua, dos de sus bocas
“escupiendo a destajo”, mientras los convocados, inmortalizamos estos instantes
para nuestros recuerdos.
En este punto, nos despedimos del amigo
Gabriel “Schweeping”, todavía “haciendo rodaje”, marcha para casa, va a acortar
y se va a marcar una lineal; Roberto “El Bueno” y “un servidor”, concretamos
“circular”, mientras nos tomamos un café caliente -sin tostada ni palmeras- en “la taberna de Serranillos.” Desde aquí,
“alguna tachuela” y oscuros nubarrones “posados en los altos del Piélago”
contemplamos, antes de arribar en la cercana localidad; en San Román, nos
configuramos en modo escalada para afrontar la idílica y siempre agraciada
subida; una elegante paloma campera, posada en mitad del camino, nos indica el
principio del puerto de “los enebros”. Sin prisa pero sin pausa, nos adentramos
en “el poético rincón”, mientras saltan “los flashes” en el privilegiado rincón y “al compás, con
ritmo”, el cargado arroyuelo interpretando
bucólicas melodías. Después de tanta emoción, llegamos al “solicitado pilón”
-hoy sin apreturas y sin afluencia burrilclista- ; unos minutos para reponer
fuerzas, abrevar y rellenar las botijas
para completar el resto de la etapa.
¿El camino de vuelta? Se hace más
entretenido con multitud de ingredientes, continuos subes y bajas desde “cuatro
caminos”; esquivamos charcos de todos
los tamaños, en otros, nos metemos y
también, nos salpicamos, entre paisajes limpios y cristalinos. Poco a poco, vamos
“estirando el llevadero corral”, mientras disfrutamos de la intermitente soleada
mañana, dejando a nuestras espaldas, los amenazantes nubarrones ; el osado
“escudero, se viene arriba” y no
escatima en esfuerzo y alargar la distancia; “una Inhumana” para enlazar con La
Ciudad de la Cerámica. Tramos más cómodos y tolerables para sumar tiempo y
kilómetros, mientras dejamos atrás extensas parcelas anegadas, granjas
familiares, las vacías callejuelas del “polígono”, mientras avistamos “la
Atalaya” al fondo colgada y alguna
“bandera” a la entrada de la población, antes de dejar al fiel escudero de
fatigas a la puerta de su casa, previo a clausurar la eficiente jornada.
Destacar de la ruta, la tranquila mañana que hemos tenido, “librándonos” de la lluvia y disfrutando de apacibles y bonitos rincones. Una vez más, resaltar la belleza y microclima que se esconde en “los enebros”, con su alegre y destacado verdor, rezumando agua a cada paso, de la mano del generoso arroyuelo que nos va indicando la tendida ascensión. “La constancia es más importante que la perfección.” “No hay atajos para llegar a los lugares que realmente merecen la pena….”
Resumiendo, ruta circular de 86 kms. Los
principales caminos transitados han sido: Cuadros de la Vega-Camino de
Chilines, Carretera de Alberche, Vía de Servicio N-V, Camino de las Zuecas,
Canal Bajo del Alberche- Serranillos-Reguerones-San Román de los
Montes-Marrupe-Cuatro Caminos-Cervera de los Montes-Pepino-Camino de
Talavera-Cordel extremeño-Vía de Servicio-Canal Bajo del
Alberche-Talavera-Camino de los Pinos- Mesa Alta-Antiguo Camino de Oropesa-El
Casar- Polígono Torrehierro-Gamonal-Velada.
Pd: Roberto, muchas gracias por tu
aportación fotográfica (4).
“…mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”
SALUD………………..y TIEMPO.
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