Domingo (6-04-2025), siete caballeros
veleños, con las burricletas prestas y bien dispuestas nos presentamos en el
habitual punto de encuentro. La mañana se presenta algo gélida a primeras horas con
temperaturas todavía frescas. Previa
“petición y presentación” al grupo, Francis “Sevilla” tira de agenda y nos
arenga para esta “misión”: El embalse de Valdecañas, hoy es la única opción.
Comenzamos la jornada, señalizamos
nuestras burricletas para hacernos visibles y antes de entrar en la vía de servicio, “algo de
carretera” -para evitar pasos más complicados- : poco a poco vamos entrando “en
calor”, intercambiamos conversaciones varias con los compañeros “de viaje” para
hacer más amena la larga etapa pactada; caminos en buen estado a pesar de las
torrenciales lluvias caídas en este último mes; esquivamos charcos, el aguazo
de la noche pasada se deja ver sobre la verdosa moqueta y también, el agua que sale por encima de las cunetas;
callejeamos caminos y sin novedad, arribamos en la villa medieval de Oropesa;
de la princesa, ni rastro, “ésta, todavía está acamada” -comentamos.
Cabalgamos bien agrupados por las
localidades de “La Campana”, comentamos sobre “la otra alternativa hacia
nuestro objetivo”, que dejamos a nuestra
izquierda y viramos hacia “el rincón del
Boyal”; una espectacular dehesa, luciendo en todo su esplendor, una variedad de
plantas aromáticas en plena explosión
y pinceladas blancas mimetizadas con el
resaltado verdor; un estimulante y embriagador olor a monte se pasea con
descaro por el acogedor encinar. Algunos tramos de barro levantado por el paso
del ganado por la balizada vía, mientras nos enfilamos al punto concretado.
Por tramos más cómodos entramos en la
población del Gordo y desde aquí, nos enfilamos hacia el espectacular paisaje
marítimo; ¡¡¡ahora sí!!, el embalse “a timbote”, agua por todas partes, de
orilla a orilla que perdemos de vista, ¡¡¡¡una estampa marítima!!!Nos recreamos
por estos lares, maravillado, nos quedamos sin calificativos, mientras seguimos
disfrutando; nos venimos “arriba” y “pedimos permiso en la garita” para
colarnos en la urbanización prohibida. Previas instrucciones, nos colamos en
“el minipuerto”, llamativas instalaciones, con vistas desde otras perspectivas,
pero la hora “del bocata” la plantamos en una cafetería de la entrada del
pueblo. Unos minutos de distensión para reponer fuerzas, hidratarnos y echarnos
unas risas comentando las mejores jugadas de “la ida”; “al final, hacemos el
centenar”, comentamos en la foto de rigor.
¿La
vuelta? Como no está mal el camino que hemos traído, bastante aceptable y transitable,
nos volvemos a adentrar en “el místico encinar”, con alegría y en armonía, vamos deshilando el entretenido itinerario…”por
aquí, parece que se hace más corto”, -comentamos-, cuando volvemos a salir al carril de la comarca.
Sobre nuestras cabeza una decena de buitres “buscando carne fresa”, “cabalgad
erguidos, que nos vean que flojeamos” que estos no dejan ni las raspas; en
plena vía, nos salen “dos garzas bien flamencas y lozanas con su plumaje colorido y bien
ceñido” no se espantan de la calzada, comentarios varios, mientras "se escapan volando"; sin apenas darnos cuenta, atravesamos más
localidades, circunvalamos otras, para salir al carril paralelo de la autovía. Algún
“pique explosivo y sano entre los gallos
del corral” en las tachuelas que encontramos; un alto rápido, el amigo Roberto
“El Bueno”, se ha tragado “un bicho con proteinas”, hasta que lo ha soltado; por estos lares,
“aligeramos la marcha” preguntando a la retaguardia y alguna “liebre” también echamos “al morral”. Durante el largo trayecto, a punto de finalizar, otro pequeño incidente, el amigo Luci “Fromme” ha perdido el móvil; esperamos
unos minutos en el alto, pero “la avanzadilla” nos avisan que van hasta la gasolinera para hacer kms extras (pero
“el perdido”, estaba en la parcela
comprada); los demás, marchamos para
casa; sin carril bici en esta ocasión, vamos para Gamonal a soltar a los caballeros
gamones y “una Gineta” para no perder las buenas costumbres y despedir la fantástica mañana.
Destacar de la ruta, además de la kilometrada -abierta la veda-, los rústicos paisajes de la dehesa Boyal y por supuesto, la carga de agua que lleva el embalse de Valdecañas, ahora sí es digno de visitar y deleitarse con el entorno y su enclave.” Si la vida no te desafía, no te cambia.” “Aprecia y valora todo lo que tienes a tu alrededor, nunca sabes si algún día ya no estará ahí.”
En definitiva, ruta semicircular de 100
kms. Los principales caminos transitados han sido; Cuadros de la Vega, Carretera
de Calera, Vía de Servicio N-V, Camino de Navalcán-Alcañizo-Oropesa-Lagartera-
Herreruela- Calzada de Oropesa- Camino la Dehesa Boyal-El Gordo-Embalse
Valdecañas-El Gordo-Dehesa Boyal-Calzada de
Oropesa-Herreruela-Lagartera-Oropesa-Camino de Alcañizo-Torralba-Camino de
Navalcán-Vía de Servicio N-V- Camino Montenuevo-Gamonal-Velada.
Pd: Martín, Roberto, Francis, muchas gracias
por vuestra aportación fotográfica (2,1, 1).
SALUD……………..y TIEMPO.
“…mil caminos por andar y mucho tiempo
perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio…”
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