Domingo
(15-06-2025), con las burricletas prestas y bien dispuestas, siete caballeros
veleños nos presentamos en el habitual punto de encuentro. Tras las últimas
semanas y previa peticiones, “estaba en lista de espera” ; algunos compañeros
la tenían ganas a la enigmática etapa, otros, la desconocían y para algunos,
“obligada en el calendario burriclista”;
nos vamos al “Cerro Mogorro”, a ver “la estatua protectora de la
comarca.”
Comenzamos
la jornada “de pico y pala”, animados, con ilusión y sabiendo que la mañana se
supone larga; agradables temperaturas a primeras horas, sin nada de aire en
contra y la motivación ilesa. Cabalgamos por territorios amarillentos, “ya
segados y el forraje empaquetado”, pero desprendiendo frescor y buenas
sensaciones por la anchurosa avenida. Amenas conversaciones llevamos, bien
agrupados, con multitemática incluida durante la primera parte de la etapa.
Para
callejear por la localidad calerana, Martín “El Fiero” se echa el grupo a la
espaldas y, sin sobresaltos, ni
despistes, salimos a la conocida
vía; desde este punto, disfrutamos de la
extensas vistas que nos brinda la estirada avenida, con un mosaico de embriagadores perfumes, suspendidos en el ambiente,
algunos “cérvidos reposando a la sombra”, mientras atravesamos los túneles engalanados, con el cargado verdor que les da la variedad de plantas. Luci “Fromme”, con galones, en
cabeza, hasta la localidad de Aldeanueva marca el ritmo, “sin gastar, ya que hay mucha tela que cortar”.
Desde
aquí, callejeamos para adentrarnos en el conocido camino, pero un amable
lugareño -con buenas intenciones- nos indica otra alternativa; “a la salida del
pueblo, enfrente de pilón, el camino que sale a la derecha os lleva directos.”
Nos fiamos, convencidos de que en algún punto,
se encontraría con la señalizada ruta, ¡¡¡pues no!!! El amigo Roberto
“El Bueno”, nos deja, “ya que se siente indispuesto…” Cabalgamos por una pista
“nueva”, cómoda y limpia, entre almendros y olivos -la alternativa larga-,
aunque, para llegar a nuestro destino, tenemos que hacer algo de asfalto,
incluido “un minipuerto”, que nos va
preparando, antes de comenzar la
explosiva subida “al protegido cerro.”
Ya,
en la localidad de la Nava, “nos configuramos en modo escalada; el amigo Luci, tiene problemas con
“el cambio” y amaga con abortar y, Gabriel “Machaque”, “mejor os espero en la
pastelería”, convencido nos comenta. Callejeamos por la localidad, antes de
afrontar el exigente repechón (23%), hasta los vecinos sentados, “están
desnivelados.” Nos “remangamos y parriba lo llevamos.” Al tran-tran, “sin
apretar”, por la empedrada alfombra, escalamos el exigente cerro, “sin prisas” -qué remedio-; seguro, que soltamos adjetivos poco románticos y de
alguien nos acordamos, pero no desistimos del desafío propuesto; sufrimos, nos
retorcemos, zigzagueamos sin levantar la vista -mejor no mirar- y ya, en un
tramo más benévolo, esperamos a los compañeros para indicarlos la dirección
indicada, “¡¡¡ya está hecho!!!. Disfrutamos del camino “algo llano”, antes de
arribar en “el descomunal monumento” - de cerca, no lo abarca ni la cámara-. Unos
minutos, para echar un vistazo a la
serena y límpida sierra, reponer fuerzas y
recomponernos “del tremendo susto”, antes de emprender el camino de vuelta.
Después
de la triunfal conquista, “bajamos en un santiamén”, mientras algunos vecinos
nos “dan su bendición.” El amigo Gabriel, “nos avisa que ya ha salido por la vía asfaltada”,
mientras nos refrescamos, llenamos las botijas y mochilas de agua en el
rústico pilón. Desde aquí, circunvalamos la Nava por la rápida pista rural que nos acerca a la estación de Fuentes,
antes de volver a adentrarnos en la vía jareña.
Gabriel “Schweeping”, nos comenta, “que va atando cabos y entiende las bajas
del día”; Alberto “El Maestro Ceramista”, toma los mandos de la maquinaria y “velocidad constante y de
crucero” por el disimulado descenso; paisajes achicharrados , túneles,
estaciones, el colgado viaducto, pasan con prisas por el sereno y silenciado
camino, “a destajo”, antes de “neutralizar a la avisada escapada.” Bajamos
“alguna marcha”, cabalgamos bien agrupados sin perder de vista la retaguardia
“cuando se estira la goma” y cogiendo
“algo de aire” para afrontar la última parte de la etapa, cuando a estas horas,
ya se han disparado las temperaturas. Paramos unos minutos en Calera, para
tomarnos “unos refrescos caducados” y avisamos al tabernero del descuido, "aunque están frías" ; recogemos las soleadas pistas,
mientras, nos desenvolvemos -todavía-
con alegría y soltura, a pesar de “la que llevamos encima”; atravesamos la
localidad gamonina, “hacemos una Gineta” -para no variar- y tras la misión cumplida -con nota- , llegamos
“eufóricos” a nuestro destino, “vamos a estar suaves para la siesta”, mientras
nos vamos despidiendo hasta la próxima semana.
En definitiva, ruta circular de 106 kms ( 1.000 m. D+.) Los principales caminos transitados han sido; Cuadros de la Vega, Tramo Carretea Calera, Vía de Servicio N-V, Camino de La Raya de Chozas, Camino del Horco, Camino de Navalcán a Calera, Vía Verde de la Jara -hasta Aldeanueva-, Camino de La Nava- Subida al Cerro Mogorro-, Camino de la Nava a la estación de Fuentes, Vía Verde la Jara-Calera, Camino de Navalcán, Camino del Horco, Camino de la Raya de Chozas, Vía de Servicio N-V, Camino de Monte Nuevo-Gamonal-Velada.
Destacar de la ruta, la buena mañana que hemos llevado duranta casi toda la jornada, además de la kilometrada (106 kms), el camino nuevo desde Aldeanueva de Barbarroya, la siempre exigente subida al Cerro Mogorro, este año con el ingrediente con el cristo que custodia la comarca. "Si pudieras ver todas las victorias que te esperan, jamás lamentarías un sólo tropiezo."
Pd: las fotografías están en orden inverso a la realización de la ruta.
“…mil caminos por andar y mucho tiempo perdido si saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
SALUD………….y
TIEMPO.
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