Viernes
(5-9-2025) con motivo de “las fiestas patronales”, con las burricletas prestas
y bien dispuestas, dos caballeros veleños -previa convocatoria- nos presentamos
en el habitual punto de encuentro, adelantando la etapa dominguera. Otros dos
compañeros (“El Fiero y El Maestro Ceramista), ya hicieron “los deberes” (la
misma ruta) el día antes, en el primer
turno. Pues lo dicho, como viene siendo habitual en este día, la kilometrada de
la vía de la Jara.
Comenzamos
la etapa, entre dos luces, con temperaturas “algo bajas” y con algunos
“complementos extras para taparnos,” que nos “pide” la enmarañada mañana.
Cabalgamos relajados, como el nuevo día, ya que, la jornada se presenta larga;
a nuestro paso, frescos paisajes y variedad de olores nos acompañan en esta
travesía; a hinojos removidos, hierba “mojada” y a “tierra quemada”, mientras,
dos corzas, a campo abierto, corretean desentendidas, antes de adentrarnos en
la estirada pista.
Desde
aquí, “además de hacer, se nota el relente entre las frondosas higueras”; un
poco de “aire en contra”, por las conocidas postales; comenzamos a contar los
túneles, los adormilados almendros engalanando las aceras, el caudaloso río
asomando entre la vaguada, el gigantesco viaducto, abriéndonos el paso,
mientras continuamos por la monótona avenida; interminables rectas, galerías a
oscuras, restos del fuego que arrasó la disimulada pendiente, con parte de la
serranía colindante y desvalijadas estaciones en ruinas por , son testigos de
nuestra presencia, perdidos molinos de agua y la impresionante cantera de
pizarra, dando color a este rincón; sin parar de cabalgar, “picamos algo sobre
la marcha”; jugamos a “reconocer cerros, antenas y torreones conquistados”, comentando
asuntos varios, según van pasando los repetidos fotogramas.
Poco
a poco, van cayendo los kms por la zona más asilvestrada, con sus adornadas
cunetas “picando parriba, encajonadas entre jaras, puentes vallados con
antiguas verjas,” cuando ya se avistan los riscos y arboleda a “la entrada del
puerto,” antes de llegar a la última estación, fin de trayecto. En este punto,
“parada obligada”, para hacer un breve descanso, reponer fuerzas y “tirar”
algunas fotografías del inhóspito lugar.
¿La
vuelta? Sí, la historia se repite, “parece que ha habido un giro inesperado”; “el Eolo”, con sus zarandeos se ha empeñado
que la etapa se convierta en gesta. “Cabeza y paciencia”, aunque no podamos
“cabalgar como habíamos esperado y pactado.” A nuestro paso, el desolado rastro,
testigo mudo del implacable tiempo, atizando al pintoresco paisaje y a sus
abandonadas y desatendidas construcciones. Sobre la marcha, conejos, varios
bandos de perdices y una buitrada revoloteando sobre nuestra presencia,
mientras en la estación de “Pilas”, parece que se aplaca el incómodo airoteo.
Desde aquí, parece que “la suerte” de pone de nuestra parte, alegramos el ritmo
y hacemos que los variados parajes “pasen más aprisa”, con tesón y bríos,
deshacemos el camino transitado; sobre la marcha, nos refrescamos y llenamos
las botijas “porsi”; el amigo Gabriel “Machaque”, imperial, pletórico, con nota,
da la talla en la rígida y monótona etapa. Sin muchas más novedades,
atravesamos la localidad calerana, recorremos sus inmediatas e irregulares parcelas
y en esta ocasión, antes de clausurar la
ruta, nos adentramos por la amarillenta cañada.
Destacar
de la ruta, las agradables temperaturas que hemos tenido durante toda la
mañana, las postales entre dos luces que nos regala el nuevo día, la tirada larga realizada -con vistas al
inminente reto anual-, la variedad de paisajes transitados y las buenas
sensaciones tras finalizar la jornada. “El reto está en el momento; el tiempo
es siempre ahora.” “La conquista propia es la más grande de las victorias.”
En
definitiva, ruta lineal -ida y vuelta- de 134 kms. Los principales caminos
transitados han sido: Camino de Velada-Gamonal, Camino de Monte Nuevo, Vía de
Servicio N-VA, Camino de la Raya de Chozas, Camino del Horco, Camino de
Navalcán-Calera, Vía Verde de la Jara (Calera-Santa Quiteria, ida y vuelta),
Camino de Calera-Navalcán, Camino del Horco, Camino de la Raya de Chozas,
Cañada Real Leonesa Oriental – Velada.
Pd:
Alberto, Gabriel, muchas gracias por vuestra aportación fotográfica (1,2).
SALUD…………y
TIEMPO.
“….mil
caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo
ni sitio…”


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