sábado, 1 de junio de 2013

Ruta: "Corpus Pelagus"

       Jueves, treinta de mayo,  mañana serena y de temperaturas “frescas”. Día festivo,   para los “devotos” reforzar la fidelidad “burriclista”;  toca jornada furtiva  que promete exquisita, “aliñada”  en  fogones de alta cocina. Mensajes con “paloma”, señales de humo, llamadas al “celular”, gestiones “express”,  para a los invitados “congregar”. Al final, tres caballeros veleños acudimos al lugar de encuentro,  el pliego  de ruta  está firmado antes de empezar,  hoy  nos vamos al laberinto del ingente robledal.

     Comenzamos la jornada  a la búsqueda  del camino que a  Mejorada nos ha de llevar, “cabalgamos” relajados  y sosegados, “tiempo tendremos para calentarnos”, alegres “chácharas” (“arrieras, camineras y pielagueras”)  para amenizar la generosa  etapa.  Atravesamos aldeas vecinas, para adentrarnos en las entrañas de los indómitos y agrestes  cerros. Visitamos a “San Marrupejo” (para no variar,  en la festividad), el frescor de la mañana, la “palangana” del santo  y el aguazo de la madrugada pasada,  los “pinreles” nos lavan. Montamos en el “tobogán” de cuestas cerreras,  a la deriva en un  mar de chaparras y encinas,  “perdidos”  en un lugar rebosante de armonía. Llegamos a la localidad “Marrupeja”, en las alturas,  luce imponente  el “Genuinus Pelagus”,  camuflado en la espectacular sierra. Nos adentramos en el “laberinto de las emociones”, hormigón en  la abigarrada postal  y el verdor del musgo “brillando” en las callejas de esculpidas  piedras. Se abre la puerta de la asilvestrada “serreta”, un valle de  jaras floridas, aromas agradables y el arrullo del arroyuelo,   un exquisito manjar para templar  los sentidos del trío “bicigrino”. Por angostos pasos de umbría marchamos, la frondosidad de la arboleda da vida a la  excelsa belleza, “escalamos”  repechos y  buenas “cuestas” para “encabritar y espantar a las burricletas”, pero  Roberto “El bueno”, consigue domar a “la fiera”. Llegamos al empíreo robledal, magia, color y silencio celestial, donde el tiempo reposa acunado en la sigilosa calma;  cruzamos el brioso torrente, morada para elfos y duendes, “vagamos”  por la estrecha y acicalada vereda,  custodiada  por estirados robles y pinos que nos guían por momentos divertidos  de pericia y “vértigo” para “escapar” del “andén  de los sueños”, donde se abandona  la turbada  “razón”. Como alguien dijo una vez, “la verdad se detiene en la inteligencia; la belleza penetra en el corazón”.  Llegamos a la reconocida villa serrana, repostamos para “apaciguar” el trago pasado, dulces “viandas” compartimos y el  buen  “yantar” para el regreso  preparar.
"Camino de Segurilla a Sotillo"

"La señal de la ruta...."

     







"A la orilla del Arroyo Marrupejo"

"Cerro la Cervera"









"Llegada a Marrupe"

"...a través del aguazo mañanero.."
"Primeros repechillos en el hormigón"











"A las puertas del edén..."










"....momentos de distensión..."


"Entre jaras en flor...."











"...antes del gran repechón..."
"....pasos de belleza singular..."











"...pendientes de todos los colores...."
Sierra de San Vicente











"Entrando en el gran robledal..."
"...disfrutando del lugar...."











"..también cruzamos arroyos..."
"...y nos preparamos para la foto..."










"...en rincones para no olvidar..."
"¿Hacia dónde vamos...?"










"...a buscar pasos estrechos...."
"...ocultos por estos vericuetos..."











"....también tenemos pinos al pasar...."


"...y la bajada al pueblo...."
Navamorcuende











"Monumento Renacentista"
"Pilón tradicional...."











      Emprendemos la marcha, dejando atrás agraciadas estampas “montesas”, por la vía rápida y la extensa cañada  donde  la reposada  quietud descansa. Vadeamos el rebosado riachuelo, juncos sanos,  una espesa vegetación y la tupida arboleda para “engalanar” el camino de vuelta. También cruzamos Sotillo, aquí,  Martín “El fiero”  no  hace “ascos” a la idea  de  volver por los “andurriales y cerros”, “estaba escrito en el testamento rutero…”. Seguimos subiendo “ y  hasta vamos bien de tiempo….” Ganado vacuno, cuatro ovejas y algún marrano pacen y se recrean en la amplia pradera con su laguna bien llena. Atravesamos el vetusto altozano con “rampillas” y la bajada por la ajustada  senda  hacia el “monumento santo” ¡¡¡¡¡una maravilla!!!! “Atrochamos”  por la  “empinada veredilla   y caminos conocidos nos acercan a la villa de Segurilla, también cruzamos la limpia aldea zorrera, ni un gato en  sus apacibles y solitarias  calles. Es hora para el esparcimiento y recrearnos en  los buenos momentos vivenciados;  último tramo que nos acerca a casa. Para  salir de la quimera montañera y completar una fructífera mañana “burriclitera” por parajes de ensueño, envueltos en un peculiar   esplendor,  que se quedan cortos al ser descritos en “este  cuento”. 

Cañada Real Leonesa Oriental
"Cruzando el Río Guadyerbas

"....a dónde el río irá..."

  





"Buscando la mejor postal..."










"Dejando el Piélago atrás.."


"...llegando a Sotillo..."








"Camino de Sotillo a Segurilla"
"...otros repechos cerreros..."










"...subiendo como jabatos..."


"...haciendo el marrupejo corto.."








"...por senderos angostos..."
"Camino de Mejorada a Velada"
"....por los cerros de la Gamonosa...."
     Resumiendo, ruta circular de 73 kms, los principales caminos transitados han sido, Camino de Velada a Mejorada (ida y vuelta), Camino del Hituero, Camino de Segurilla a Sotillo de las Palomas, Marrupe, Camino de Navamorcuende y Cañada Real Leonesa Oriental. Hemos estado por los cerros de La Cervera, Los Dornajos, los Jarales y la Sierra de San Vicente (Piélago). Hemos cruzado los arroyos Marrupejo, Manoteras y el río Guayerbas. También hemos pasado por las localidades de Mejorada y Segurilla (ida y vuelta), Marrupe, Navamorcuende y Sotillo de las Palomas.


    Pd: Roberto, muchas gracias por tú excepcional  aportación fotográfica.

    Buen día………….SALUD

“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

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