Domingo once de agosto, hoy la “contienda
montañera” desde San Esteban del Valle
comienza. Recepción hospitalaria por
parte de los amigos de la distinguida villa. Saludos a los burriclistas
conocidos, también, “El Benjamín” del
“gladiador” Amador, se anima a la conquista de la “gran cima”. Para comenzar la jornada, Julio “el comandante
mayor” nos “presenta ofrendas”, la
famosa bota (con licor de mora) y unas deliciosas pastas para endulzar la agradable mañana. Seis valientes
combatientes seis, acudimos al lugar concertado (Plaza de Cuatro Caminos) “otros
dos, nos esperan por esos caminos”, para formar “el grupo de los elegidos”. Debido a las
fechas estivales, a distintos “actos sociales y las merecidas vacaciones,
“muchos son l@s ausentes”, pues nada, “al tajo los presentes”. Con nuestras “burricletas” bien dispuestas y
con muchas ganas y brío, los congregados hacia el “monumental torreón”, partimos.
Comenzamos la etapa y nos adentramos en la
senda de las cinco villas, entre cuidadas huertas, olivas bien
“atendidas” y las “impacientes” viñas, esperando para la inminente recogida. La osada cuadrilla, escalando los primeros
repechos por vallados de callejas estrechas y descolocadas piedras, (para
afinar la destreza) avistamos la
majestuosa estampa de la austera sierra.
Por sus aledaños, llegamos a la villa “villareja”, entre fértiles cultivos y los frondosos castaños; “paseamos” por sus acogedoras y frescas calles, aquí, en las casas abalconadas, "Josue" nos aguarda; un poco más adelante, el “paraíso” de empinadas cuestas nos abre
sus amplías puertas. Un “toparriba”, con
ganas y sin prisa por el camino del “arriero” entre el digno y apacible pinar;
la “burricleta” del “Benjamín” empieza a relinchar, “revisión de la
herradura” y lista para una aventura de “altura”. Mientras, en el reducido pelotón, amenizadas “chácharas”
y el incombustible “Saroni” nos deleita con divertidas y pícaras rondeñas.
Por aquí, “ya pinta en bastos” y cada vez,
la pista se hace más pina; entre ramas, las piñas caídas y la arenilla
movida, entramos en la angosta y plácida vereda
arriera. Jalonada por la boscosa
arboleda, pintorescos helechos y un canchal de asilvestradas piedras, nos descubre
el esplendor de algunas cumbres
montañeras y en la milenaria calzada romana nos
adentra. “¡¡¡Vaya trago empedrado nos espera!!!” “Cabalgamos” por un mosaico de piedras de todos los colores;
de punta, levantadas, descolocadas, también, algunas en plano, tramos escalonados, “¿pero qué hicieron los
romanos?” “Esta cuadrilla iba a destajo”. Un “amable paseante” nos avisa, “hay
piedras hasta arriba”.Menos mal que lo sabíamos, si no, “nos da la risa”. El
Puerto El Pico coronamos con éxito, después del
estoico empeño y ante la
“admiración y desconcierto” de un público que nos miran y comentan sorprendidos. Por cierto, “¿pensarán que éstos no están en su sano
juicio”? Abrevamos en la refrescante fuente, ajustes a la “burricleta herida”,
“a ver si esta vez es la definitiva” (“Está claro, lo que no arregle un
martillazo bien dao…”). Después de la merecida pausa, seguimos la marcha para
perdernos por el extenso territorio de Villarejo, momentos de relax entre el
recogido y generoso pinar. Villa “El intrépido”, se da media vuelta, ya que
tiene visita y en casa le esperan. Arribamos en la excelsa “Chorrera del Horco”, es momento de “papear”, degustamos
variados manjares, bocata de jamón, ya que
lo merece la especial ocasión y también “barritas de aglomerao” con cereales y
cacao. Momento, que aprovechan Julio y
Amador para ilustrarme sobre este rincón
privilegiado.
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"Subiendo agrupados" |
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"Sendero del Arriero" |
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"Asomándonos a la gran montaña" |
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"Habilidad y destreza por las piedras" |
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"Camino del Puerto del Pico a Serranillos" |
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"Chorrera del Horco" |
Reemprendemos la marcha, por “el vasto
pelao” saltan las alarmas y un mensaje avisa, “desde aquí, comienza otra
fiesta”; es un “toparriba” más, pero a lo bestia. Espectacular subida por amplias
praderas y expectantes collados que nos vigilan por todos lados, empinadas y las altas cumbres testigos del
paso “del séptimo de burricletería”. Los primos (“Campa” y Ruben) muy finos, avanzan por estos “andurriales” como “un tiro”. En estos “olvidados” lares, “hay que apretarse los machos”,
rodeados de una quietud sobrecogedora, una
impresionante calma, entre un “sembrao”
de piedras removidas y tierra bien “corría”, bajo un cielo límpido y de un azul
de fantasía teñido “¿cómo es posible que por aquí pueda haber vida?” De uno en uno vamos llegando al
altonazo de “La Casa del Guarda”, aprovechamos para refrescarnos, echar un vistazo a “tan preciado regalo” y de
paso reagruparnos. Amador, que de
fuerzas va “sobrao”, se da otro “voltio pabajo” en busca de su aguerrido retoño. “Para rematar, todavía tenemos que
encumbrar”; otro “poco más”, entre impasibles vacas que pacen a sus anchas (“ a
nuestro paso ,¿qué pensamiento vacuno tendrán?”, buuufffff, si pueden pensar. Esto
es mal de altura) y los perennes piornos que inundan la inclinación del
afortunado lugar, el enésimo apretón y otros pocos más, para conquistar la
fortaleza anhelada. “¿Qué decir de estas
genuinas vistas?”, fotografías de rigor con el tiempo en "off", nos recreamos en la contemplación y
admiración con emoción, avistamos las cumbres que se elevan en las acreditadas
alturas y también el imponente barranco con sus
cinco villas. Como dijo el ilustre pensador, “la belleza de las cosas existe en
el espíritu del que las contempla….”Aunque “hasta el rabo todo es toro”, ya está “todo hecho”, ahora todo para abajo. Atrás
dejamos el desolado rincón, para iniciar la “descomunal bajada”, guardando en las despiertas retinas de los sentidos, los fotogramas de ficción que nos embriagan en
nuestro “cabalgar”. La “burricleta” de “Campa” se espanta, revisión, cambio de “herradura”, y a descender de las místicas
cúspides. Bajamos hasta el mítico Puerto de Serranillos, “volamos” por la lona
de asfalto, hasta que en un vergel abundoso
de pinos nos adentramos……y para
rematar la faena, por estrechas veredas escondidas en callejas empedradas nos
acercan al final de la épica y tenaz "refriega".
También en la “opcional” tenemos que “estar
a la altura”; refrescos, cervezas frescas, callos y croquetas de “boletus” para ahogar las “agradables penas”.
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"Por valles, prados y collados..." |
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"Salimos al gran pelao...." |
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"Amador de vuelta..." |
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"Poco a poco vamos llegando...." |
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"Abrevando y reposando..." |
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"Alto de la Casa del Guarda..." |
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"...y otro poco más..." |
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"Subiendo otro poco..." |
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"Sin comentarios...." |
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"Disfrutando de bellos parajes..." |
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"Sencillamente espectacular..." |
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"A un paso para coronar..." |
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"Preparando la bajada...." |
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"Foto de rigor en el "dichoso Risco"..." |
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"Llegada al Puerto de Serranillos" |
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"Ahora toca disfrutar al bajar...." |
En
resumidas cuentas, ruta circular de 40 kilómetros, hemos estado por la senda de
las cinco villas (PR-AV-49), Camino del Arriero, Calzada Romana (Cañada Real
Leonesa Occidental), Puerto del Pico, Camino del Puerto El Pico a
Serranillos, Chorrera del Horco, “Casa del Guarda”, El Risco Gordo, Puerto de
Serranillos, Las Majadillas. Hemos cruzado la localidad de Villarejo del Valle.
Pd: Julio (Saroni), Amador y CIA, muchas
gracias por la espectacular ruta del “Risco Gordo”. Espero poder acompañaros en
próximas ediciones.
Pd1: Julio, muchas gracias por el perfil y
track de la ruta…..
Buen día……………….SALUD
“mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni sitio….”
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