martes, 3 de marzo de 2015

Ruta: Los Almendros.

     Domingo uno de marzo, mañana teñida de gris, pero con termómetros generosos, para los más tempraneros y perezosos. Ochos caballeros veleños acudimos al punto de partida y tres osados gamoninos, también nos acompañan  en la etapa “ya pactada”. Con las burricletas bien dispuestas, minutos de rigor en la espera; mientras,  “El Gran Maestre” a su “acemila”  le da mimos y con más aire la cuida; “El Lobo”, se presenta con la cubierta a “punto de reventar”. Martín “El Fiero” sale al quite y a por un  “repuesto”  se marcha a su casa. Arreglamos el entuerto y con  media hora de retraso, un día más a los imprevisibles caminos nos echamos.

     Comenzamos la jornada, partimos  “hacia territorio comanche” con las ideas bien claras; al abrigo de los elevados eucaliptos, rodamos en modo “distendido” por pasos poco transcurridos y  hacia “el parque de faunia” nos dirigimos. Rincón rebosante de quietud, sólo rasgado por el agradable trinar de los animados pajarillos y  todos expectantes “por si tenemos visitantes”; algunos conejos y un asustado ciervo salen a nuestro encuentro; el resguardado arroyo, en la fría estación  con menos agua de lo habitual, pero  en esta ocasión, el guarda no nos ha venido a “visitar”; salimos al asfaltado canal y después de cruzar la ferroviaria pista, el decorado de la vía verde, nos invita a pasar. Por la interminable recta, avistamos “andarines”, otros burriclistas, diminutos túneles abriéndonos paso, una moqueta de pétalos, extendida a nuestro paso,  el “color blanco” a la extensa pista iluminando y el monumental viaducto también admiramos.  En este punto, Roberto “El Bueno”, nos comenta “que se da la vuelta”, se encuentra “indispuesto” y un compañero gamonino, se queda con el “valeroso caballero” , para escudarle por  el estirado camino. El resto de la expedición, nos “colamos” en el  lienzo naturalista;  un copioso plantel de olivos, muretes de forjadas piedras y los almendros en flor, coronando en la cúspide de la belleza; admiramos la idílica panorámica, mientras nos recreamos con el prodigioso cuadro. Para  despejarnos del blanquecino sueño, volvemos a arribar en “El Gran Puente”: Aquí,  decidimos hacer el merecido descanso y repostar, compartimos viandas; fruta fresca, pasas y dulces de temporada para llenar las vacías andorgas.



    























































     Retomamos la jornada, por la “Vía Verde” deshacemos el camino andado, a la vez que  contemplamos el transparente paisaje en sentido contrario;  “sin prisas pero sin pausa”, alegramos la “llana marcha”; cruzamos la villa “calerana” hacia otros parajes más singulares,  buscando el terreno de la “colosal avutarda”, por un campo de placas solares y fincas bien labradas, momentos de ocio y diversión en el aguerrido pelotón; quitamos “alguna” marcha, para “reagrupar al personal”, antes de entrar en la “Cañada Real”.  Desde aquí, “algunos” se quieren “probar y vuelan” por el aireado secarral; desde la retaguardia “vemos la vida pasar”, varios minigrupos se han creado, pero ningún componente en solitario ha quedado y sin más novedad,  al punto de partida vamos llegando.

 

     










      Resumiendo, ruta “semicircular” de 65 kms. Los principales caminos transitados han sido; Cañada Real Leonesa Oriental,  Carril de las Mulas, Camino Monte Nuevo, Camino de Gamonal a Calera, Canal Bajo del Alberche,  Vía Verde de la Jara, “Circuito de Los Almendros”, Vía Verde de la Jara, Camino de Calera a Navalcán, Carril de la Raya de Chozas, Cañada Real Leonesa Oriental.


Buen día……….SALUD.


“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 



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