martes, 11 de agosto de 2015

Ruta: La Gran Muralla + aperitivo

     Domingo nueve de agosto,  a primera hora, mañana fresquita –se agradece,  para comenzar  el día- . Trece caballeros veleños y tres valientes gamoninos, acudimos al habitual punto de encuentro, con ganas y  dispuestos para andorrear por los perdidos  caminos. Con las burricletas bien dispuestas, nos preparamos para la contienda dominguera; en esta ocasión, no tenemos “ninguna ruta  anotada en la agenda”.  El plano sobre la mesa, dos líneas por aquí, pegamos algunas sendas y otro  pico más, recorto por allá y para los que se atrevan “el huerto como opcional”. Como parece que queda corta la propuesta,  El Gran Maestre “propone y añade  la escalada por la  Gran Muralla”.

      Iniciamos la jornada con las ideas algo  más claras, rumbo  hacia la oriental cañada y  “el bastón” del  “Gran Eolo” atizando de cara; rodamos en armonía por la vasta llanura, a nuestro paso,  “el gran terralgo” y  las abrasadas  vistas, asoladas por el latigazo  del  generoso  estío. Me adelanto para inmortalizar algunos momentos, ahora por la retaguardia y para llegar a la parte delantera,  tengo que “apretar” el ramal;  higueras bien cargadas y viñas minuciosamente  cuidadas,  estirando de  la ancha pista. Giramos a la izquierda, para dejar el plácido camino; cambio de pantalla, el callejón de la arboleda sembrado de agradables  olores y también refresca,  arroyos secos y el temido arenal, que a más de uno hace descabalgar; pendientes quebradas para “comenzar a calentar” y la vereda de los pinos, entre cantuesos caídos  y atusadas encinas, cercada por el rústico vallado de piedra; Ilde “El Suegro”, ensalza el arrinconado lugar, mientras los demás,  tampoco nos quedamos atrás, una vez más; damos “la vuelta de honor”, por la senda enaltecida y “nos agrupamos, allá arriba”. Ahora, para que no decaiga “la fiesta sendera”, nos adentramos “en el rincón que rezuma fotogramas de  ficción”, algo reseco, pero la angosta línea –siempre es una grata sorpresa-  adornada de piedras de todos los colores, pasos estrechos y divertidos para agasajar a la escuadra veleña; salimos del túnel del tiempo, con una sonrisa de oreja a oreja, entre bromas y risas,  y algunos “con ganas de jugar otra partida”.  Momentos de relajación por la ancha avenida, de todo un poco vamos hablando, hay amenaza de “motín y abandono”, pero al final, todos nos alistamos para afrontar la encomiada trepada; fincas “sembradas” de altos pastizales, al frente “El Piélago” coronando  y  más “picachos” sus crestas asomando, pero nosotros, tenemos otro “plan entre manos”. Comenzamos la “temida ascensión”, cada cual como pueda –es el conocido lema- está claro que “todos apretamos”,  desde la primera línea hasta el de más atrás. Pedro "Hierros" y Alberto "Cebra", estiran un poco más "la desperdigada cadena"; salvamos la pendiente más pina y distinguida,  entre tierra suelta y “gravilla”. Arriba nos agrupamos hasta que todos llegamos, saludamos a otro grupo de burriclistas,  que “por el otro lado han llegado” y  esperamos a los atrevidos compañeros;  Eduardo “El Carpin” adelanta a un cuatro por cuatro y Pedro Hierros por “El Maestro” es remolcado. Cogemos carrerilla cuesta abajo – a ver si la inercia arriba nos encarama- para desafiar a las pendientes del tramo hormigonado; más de lo mismo, “nos apretamos los machos” y a pasar  “otro momento de lo  más romántico”; todos miramos hacia adelante, espoleamos los pedales y  tiramos de los ramales para coronar estos andurriales; de uno en uno vamos llegando, otra vez nos agrupamos y por el camino más cómodo y  tendido cogemos aire hasta que en “la cruz de la espera”,  arribamos. Paramos a repostar;  dulces, pasas, fruta fresca para sofocar el empinado  susto;  Roberto “El Bueno”,  despacha  tareas mecánicas, mientras los demás, decidimos para dónde vamos a “tirar”.


     














































































     Reemprendemos la marcha, un quinteto nos quedamos “para regar el huerto”; los demás,  para “el pueblo ya marchan” – aunque algunos, luego se iban a entretener un poco más, por las sendas de Gamonal- Pues lo dicho, marchamos hacia “el renovado Marrupejo”; bajada bien acicalada y con tramos hormigonados, irreconocible para aquellos/as que lleven un tiempo sin bajar  “a regar” –menos mal,  que tenemos fotografías de archivo para comparar-, el puente del “inframundo”, también ha sido restaurado y hasta la subida entretenida y desaliñada,  ahora parece más  llana. Menos mal,  que está intacto  “el corazón del huerto”, como dice el amigo Roberto. Recorremos el venerado monumento, deleitándonos entre sus ceñidas galerías y  zambullida en  el chorro fresco de su magia, con mucha devoción. Con alegría sobrada, ascendemos  desde el rincón de los barrancos  a la villa “cagarrache”; atrás,  también dejamos el pueblo “zorrero” y bien agrupados, hacia Velada nos dirigimos. Poco más que destacar, cada día me gusta más llegar desde allá, agradable la calleja arbolada, el reconfortante sombrajo y “el repecho de la herradura”, impasible aguardando; pego un tirón para fotografiar este momento, ¡¡¡miér-coles!!! Después del exigente  arreón, “la cámara está en modo off”, “nada, otro día será”. Sin novedad, llegamos a la “cañada”, después de planear por el zig-zas  de las canteras;  saludamos a Francis “El Paciente”, que poco a poco se va “reencontrando” después de la inactividad ¡¡¡¡ánimo!! Llegamos a la zona de estiramientos, en sus autos, se acercan  Ilde y “El Gran Maestre”. Nos cuentan la disputada llegada y en un descuido, el Maestro “se ha llevado la etapa de montaña”.



   



















     Resumiendo, ruta circular de 50  kilómetros, los principales caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa Oriental, Camino de los Huertos, Senda Canto del Arriero-Pinos,  Camino de Talavera  a Montesclaros, Cañada Real Leonesa Oriental; Camino de Mojosal; Camino de Buenaventura a Segurilla (La Gran Muralla); Camino del Hituero, Camino de Segurilla a Sotillo, Sendas del Marrupejo (Los Barrancos); Camino del Hituero;  Camino de Segurilla-Mejorada-Velada.


   Buen día……………SALUD.



“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

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