miércoles, 16 de diciembre de 2015

Ruta "Charca de la Guarra"

     Domingo trece de diciembre, en el habitual punto de encuentro, hemos montado un “taller de emergencia”, para reparar “averías y los imprevistos del Gran Maestre, con más  rapidez y eficiencia”. Se hace esperar el “susodicho”;  Ilde “El Suegro”, con “el compresor industrial” y demás componentes del  equipo de trabajo,  preparados “bien concentrados”  en el tajo. Para no variar, las ruedas trae  desinfladas y en un “santiamén”,  dicha tarea está solucionada. Catorce caballeros veleños (entre aprendices y escuderos) nos damos cita en  la jornada festiva. “No se hable más”, altos cargos anuncian con autoridad, “a la charca de la guarra” nos vamos a asomar “y aquel que quiera también puede retozar”.  

     Iniciamos la jornada,  buscando  la senda Real; la agradable mañana, nos agasaja  con templadas  temperaturas, para hacer  más llevadera “la enésima aventura”; atrás dejamos,  variadas granjas ganaderas y abriendo la primera portera, se presenta  dignamente  ataviado,  el magno bosque adehesado; pasos “poco frecuentados”, antiguas  vaguadas perfectamente conservadas,  longevos alcornoques y  un batallón de encinas al recóndito rincón dándole vida; a nuestros pies, el efímero otoño dejando su particular huella, hojarasca seca y bellotas desparramadas por la tupida moqueta. Continuamos abriendo porteras y otras cancelas y en el arroyo de Los Alhijares, además de los  vallados alambrados, también “con cable ¿eléctrico?” nos han cortado el paso; ¡¡Los electricistas del grupo!!!! –solicitamos-, Ilde “El Suegro” y Cristobalón, a inspeccionar el terreno, -no da tiempo a dicha misión- Martín “El Fiero”,con la mano ha sujetado la cuerda "cargada", “lo veis, no pasa nada”; otros pocos, pasamos por debajo “por si acaso”. Pues muy bien, otra “pulla más” en los caminos públicos de nuestros aledaños, “además de “coger prestado otro peazo” y  cortar el paso, con cable lo adornamos” (“Esto de decorar ¿será por las fechas de  navidad?”). Continuamos cabalgando al abrigo de la serena mañana, idílicas postales entre las callejas de los encinares, cuadros coloridos  de estaciones pasadas, y  ya es “un tema preocupante” esta primavera adelantada y la falta de lluvia de temporada. Abrimos la enésima puerta,  la vía está bien marcada –al principio-, por desuso u olvido y otras prácticas menos decentes, hacemos “un campo a través”,” -en otras ocasiones, íbamos por mitad del monte”- recordamos, los que anteriormente ya hemos pasado. Para no variar - hacemos un salto de vallas-, trabajos en equipo para saltar las burricletas y a cuatro pasos,  está “la charca de los milagros”. Arribamos en  “la ciénaga marrana”, peculiares olores y el sobrante del agua, que rezuma por los juncales. Fotos de rigor, historias divertidas también se escuchan en el “escondido spá”, mientras,  recibimos “la orden” de repostar –“si no hemos hecho nada más que empezar”. Compartimos viandas, dulces, fruta fresca y algún bocata, también sale de “la talega”.
 
     






































































       Reemprendemos la vuelta, dando explicaciones y posición de coordenadas, a aquellos que desconocen y  que no frecuentan estas  recónditas estampas. En cabeza del pelotón, decidimos adentrarnos por el laberinto de pistas –“para alargar algo más la etapa”-; caminos bien señalados, dejando al descubierto  grandes establos, fincas privadas y la reconocida yeguada. Salimos a la avenida asfaltada, cuando parece,   que  algún atrevido  nublado  quiere revolver la apacible mañana; “¡¡¡atención a la escuadra adelantada!!!” avería y sin frenos se ha quedado Domingo “El Maca”. Unos minutos de reposo en el “sospechoso arroyo”, mientras Roberto “El Bueno” se pone el traje de faena,  “El Gran Maestre”, nos deleita con la historia “de la albarda y la ballena”; risas y bromas en la enrarecida jornada. Continuamos por “el dehesón del estado”, parece que “el ritmo se ha animado”, hasta que llegamos al “puente derribado”; estudiamos el terreno rasgado y multitud de propuestas para su reconstrucción escuchamos y  cada cual, cruza como puede; unos montados, otros, encaramados en plataformas improvisadas y algunos, sólo tienen que “estirar las patas” y me da, que más de uno se  han “mojado los pinreles”. Atravesamos la serenidad de la dehesa, cuando avistamos “la amenaza de alguna escopeta”, extremamos la precaución, “si están de montería,  lo deberían haber avisado, en las porteras de entrada,  con la pertinente cartelería” (Recordamos, que por caminos públicos rodamos). Llegamos al rebajado pantano y desde aquí, el paso aligeramos, las encinas y jaras  pasan “a todo trapo” y en las casas de Villabuena esperamos y nos agrupamos. Sin más novedad, cruzamos el arroyo de los huertos, algunas bromas y bolerías con Diego “Sin Miedo” vamos soltando, mientras hablamos de  “la galbana” que en estas jornadas  llevamos, “estamos en pretemporada” –comentamos- . Más adelante, nos aguarda “el repecho traicionero”, en estos momentos,  ni ganas hay de apretar, “¿por qué será?”. Circunvalamos la villa,  hacia el camino de los perales, cuando “avistamos a un caballero adelantado”, es “El Gran Maestre” que por la etapa está luchando; cuando llegamos, nos avisa del tiempo que nos ha sacado, más la bonificación,  por haber “ganado”.




     






























































        





     Resumiendo, ruta circular de 43 kilómetros, los principales caminos transitados han sido; Camino Real, Camino de Velada a Oropesa, Camino de Alcañizo-Prado de Los Baños, Camino de “Los Trozos”, Camino de Aravalles, Camino a Parrillas y  de la Dehesa de Horcajo, Camino de Corchuela a Velada, Camino de Navalcán, Camino de Los Veratos, Camino de Navalcán-Parrillas-Arenas a Velada. 


   Buen día…………..SALUD.



“mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 

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