Domingo, trece de marzo, mañana “algo
fresca y ventosa” tenemos a primera hora; diecisiete caballeros veleños nos
congregamos en el pactado punto de encuentro ¿Qué ha pasado?¿Qué celebramos?
Siempre es buena noticia, que os animéis
a acompañarnos. Tenemos etapa de
“caballeros” con sus correspondientes “puertos” y al finalizar, en “La Tasca de
Domingo El Maca”, catas de vinos de “pitarra” y degustación de la exquisita
pitanza. Era la fecha señalada, despertar al “dragón dormido” y que salga el
sol “por donde quiera”.
Iniciamos la jornada por la despejada
avenida de la villa para llegar a la alargada cañada; minutos de distensión, chácharas y carcajadas en el aguerrido
pelotón; por el camino de Los Huertos,
nos invitan a “recoger sarmientos” y entre
arengas y otros chistes, avisamos a “los famosos cuatreros” para que no se
despisten; salvamos arroyuelos y el temido arenal, antes de comenzar a escalar. La senda de los
pinos nos da posada, deleite y algarabía por la angosta vereda ¡qué gozada! Sigo “retratando” la quietud
ahogada de encanto, “todavía quedan atrás algunos compañeros” – los demás, me
avisan. A lo lejos, escucho la voz de alarma
¡¡¡¡¡averíaaaaaaaaaaaaa!!! Media vuelta y subo,
para ver qué pasa en la retaguardia; Goyo “El Coloso”, “tres radios ha tronchado” y
muy a su pesar, “tiene que abandonar” y va de vuelta para casa. Por la senda de los pinos, metemos
“una marcha más” y de tranquilidad “nada”; allá en el alto, el resto de la
escuadra, nos aguardan; pasamos lista y damos novedades, antes de adentrarnos en el andén de los
sueños. Cuadro de dibujos animados y la
etérea fantasía, danzando entre las
encinas y haciendo las delicias de los
burriclistas afortunados; inmortalizamos los momentos vivenciados y se disparan
los “flases” por todos lados; debajo de las piedras, desde la copa de las
chaparras y a ras de tierra, desde la verdosa moqueta.
Nos sacudimos el placentero letargo y minutos de calma por el ancho camino; saludamos a otra numerosa
escuadra y animados con tanta devoción,
nos colamos a escuchar los trinos del venerado arroyo. Antes de iniciar la
trepada, damos el alto, “faltan
bastantes compañeros”; esperamos
–otros, inician la ascensión más
despacio- y después de un buen rato, nos
agrupamos, “segunda avería del día” – nos comentan los rezagados- . Nos ponemos
“el mono de faena”; “subimos media cuesta” y viramos a la izquierda; seguimos
el rastro del insigne regato que reposa camuflado entre acogedores pasos entre encinas y arboleda de rivera. En este punto, suenan gaitas y trompetas e Ilde
“El Suegro” nos avisa, ¡comienza la fiesta! "Los buenos jugadores se inspiran a sí mismos. Los grandes jugadores inspiran a otros." Azuzamos la empinada cueva y
despertamos al dragón de siete cabezas; nos recibe escupiendo fuego de
colores ¡¡¡cómo calienta!! Aplicamos “El
Teorema de Ascensio”; cada cual como pueda “despacio y con buena letra” y cuidado
con las prisas “que el tío del mazo” se pasea por ahí arriba. Esfuerzo, tesón y
mucha ilusión en la temida ascensión (“tampoco era tan fiero el dragón”
jajajajajajaajaja); tenemos tiempo de recrearnos con la vista cerrera que nos
envuelve, engatusa y atiza en la
empinada y estirada cuesta. Después de las fotografías que testifican la
escalada, de uno en uno vamos coronando,
colores vivos en los rostros, caras de satisfacción, más de un calentón y El
Gran Maestre “sobrao”, que “esprinta” en
el último escalón. Hacemos la foto de rigor, dando la espalda a la sierra
nevada y aquí mismo, ponemos la mesa y
firmamos la parada; fruta fresca, pasas,
dulces, bocatas y algún polvorón para contrarrestar el empinado sofocón.
Reemprendemos la etapa, sin alejarnos hacia el más allá; el asalto de “La Gran Muralla” se tiene que
consumar, para la etapa de pata negra etiquetar. Cuatro compañeros “con
galones” nos dejan, a pesar de que “el
reto les tienta”; “nos vamos para adelante a preparar la mesa”- nos comentan.
Los demás, cruzamos la aldea “cagarrache”, nos persignamos en “La Cruz de los
Arrepentidos” y con alegría nos enfilamos hacia “ los abajos” del abismo;
cruzamos el cristalino arroyo, unos montados y otros sobre los pedruscos,
encaramados; escalamos por “El Riscal”, tramos agrietados, levantados y “algo
de barro”, antes de adentrarnos en el
decorado “más asilvestrado”;
muretes de piedras, zarzas y chaparras nos encajonan en la entretenida vereda.
Encendemos las luces y preparamos “la segunda magra de la mañana”; descendemos
“sin prisa”, de sobra conocemos “el
próximo repecho”; nos configuramos “en modo escalada” y a “penar” por la pista
hormigonada, “parece que hoy está más empinada”, “…y más larga…” y cada cual a su “tran-tran sin prisa pero sin pausa”; nos
retorcemos, suspiramos y “otra vez nos calentamos” en la pina cuesta cementada;
con arrojo y valentía, conquistamos la segunda fortaleza del día. Otra ascensión
“pal zurrón” después del estoico apretón; en la
cima, aguardamos e inmortalizamos otros
“buenos momentos”; Gabriel “Lamparillas”, se tumba “panza arriba” (-este
momento lo hemos vivido más de una vez-);
“¿Estás suplicando a alguna ninfa?” es
de tanto apretar, la herradura se ha aflojado –nos comenta desde el
suelo, “repanchingado”. Una vez agrupados, caras de satisfacción por “la batalla
librada”; Chema “Tino”, aprueba con nota “se quería superar”; Roberto “El
Bueno”, el ansia viva, “presume” de su
segunda vez y el resto de compañeros, también alaban a la desconocida subida
(“la primera”). Atravesamos las villas vecinas en buena armonía, comentando las
anécdotas del día, “revivimos” los tramos más empinados, mientras rodamos bien
agrupados, esperando y bajando alguna marcha, mirando por el retrovisor “para
que no quede nadie desperdigado”. Sin más novedad por el transitado camino, nos
despedimos y en unos minutos nos vemos en “La Tasca del Maca”.
Asistimos al concurso de
catas de vinos de pitarra, con
exquisitos manjares de la tierra, café y carajillo con Torres 10, incluido. ¿El ganador del torneo “vinero”?
Goyo “El Coloso” se llevó el honorífico galardón, pero triunfó El Legendario Club en esta ocasión. Buenos
momentos en comunión, risotadas a raudales, divertidas anécdotas (no pueden
faltar), varios brindis por la hermandad, próximos retos burriclistas (Con Angliru –el de
verdad- incluido) y la comida familiar
que hay que recuperar. Las mejores
ideas, surgieron en la sobremesa, a partir de las 16:30 horas jajajajajajajaajajaja.
Resumiendo, ruta circular de 48 kilómetros.
Los principales caminos transitados han sido: Cañada Real Leonesa Oriental,
Camino de Los Huertos, Senda de Los Pinos (Cerro del Arriero); Senda de Talavera a Montesclaros; Cañada Real
Leonesa Oriental, Senda del Ruiseñor, Camino del Vertedero-Mojosal; Camino de
Valdecolmenares-Camino del Hituero (El Riscal), Camino de
Buenaventura-Segurilla (Pontón), Camino de Segurilla-Mejorada-Velada.
Buen día……………SALUD.
“mil caminos
por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir, no tengo tiempo ni
sitio….”
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