martes, 22 de marzo de 2016

Ruta: primavera, ramos y torrijas.

     Domingo, veinte de marzo, cielo cubierto con  amenazantes nubarrones,  para recibir a la risueña primavera ¿tendremos chaparrones? Diez caballeros veleños acudimos a la festiva cita semanal; con las burricletas bien dispuestas y algunos compañeros, “desde ya” con el chubasquero puesto, “no nos escapamos de un aguacero”. Andrés “El Líder”, propone la etapa, nos vamos a Navalcán “sin más”.

     Iniciamos la jornada, pasando por las vacías calles de la villa; cruzamos el casco antiguo y por “la puerta trasera del pueblo, salimos”. Por el camino de Arenas, marchamos agrupados, “parece que está chispeando”, nos damos cuenta y en voz baja, vamos comentando. El Relatero, todavía se resiente de su  resfriado “y  vamos a ver hasta dónde llegamos”; bajamos animados por los establos “ocupados” y la tupida siembra, con fuerza  asomando; “parece que el agua está apretando”. Los compañeros “piden parada” para enfundarse el traje de agua; por mi parte, voy a esperar “por si cae con  más ganas”. Nos adentramos en la calmada dehesa, agradables olores se extienden por la arbolada pradera; recolectamos  los  retales del aire limpio y nos recreamos con el humedecido silencio que brota de los rincones perdidos. Cruzamos el río hormigonado y un mosaico de  postales de ensueño,  salen a nuestro encuentro por el camino “zorrero”; abrimos porteras, inmortalizamos mágicos  momentos, antes de salir a la vía ganadera. Una espléndida temperatura nos arropa durante la jovial ruta; un vergel de hierba fresca engalana las encharcadas cunetas y “en el giro de izquierdas” nos aguarda  “una tachuela afilada”; cada cual, que suba como pueda “y arriba se espera”; vallados de piedras, ataviados  de reluciente musgo nos adentran hasta lo más profundo y nos encaramamos  en el salón perfumado con su  aire puro; de uno en uno vamos aterrizando en la cima  y desde la parte de atrás “nos dan el alto”; a Marcos “Zoco”, este bocado se le ha atragantado. Se sienta en el suelo, coge aire y Víctor “Machaque” le alimenta y le  da a probar de su  brebaje; “me tiemblan hasta la piernas” el herido nos comenta. Después de “un rato”,  nos agrupamos con la cuadrilla y nos colamos en “el laberinto de Parrillas”; por la retaguardia, se escuchan carcajadas, Domingo “El Maca” en un charco se ha metido “hasta las trancas”; nos colamos en “desconocidas”  -para la mayoría-  y entretenidas  sendas,  a la vez que  los congregados, comentamos la variedad  y divertidas de las anónimas veredas; un valle de longevos olivos, livianos descensos, otras pican “parriba”, esquivamos  encinas chorreando, pasos agrietados, antiguos vallados  de palos, cercados ganaderos y caminos embarrados, antes de arribar en la plaza de Navalcán. Paramos “los  minutos de rigor” a repostar; fruta fresca, pasas, dulces y algún bocata para llenar la andorga y “bien andar”.


     











































































     Reemprendemos la marcha, ¿la vuelta? por el antiguo camino de Talavera; cruzamos las callejas navalqueñas, repican las campanas  y  gente “bien arreglada” portando  ramos de oliva entre las manos y  hacia la iglesia enfilados; nos entretenemos a hacer botijos, “cuencos” y otras vasijas en la embarrada pista; “da igual por donde vayas”, patinas,  de atrás derrapas, nos hundimos y las burricletas menos “doctas en estas contiendas” relinchan y se espantan; también nos “tragamos” el perfume caprino del concurrido establo y  más adelante, damos unos capotazos a los temidos astados. Desde la cañada, abrimos la portera, “sabemos la que nos espera o ¿damos media vuelta?” ¿Quién dijo miedo?“ ya que estamos “marchamos prestos”; cruzamos hondos charcos, largos pasos inundados y  embarrados, aunque  parece,  que los compañeros van disfrutando por los acogedores  parajes adehesados; Ilde "El Suegro", también pasea su "trancazo y el  pañuelo" por la frondosa estampa y "El Líder", venga "chupar cámara" ¿quieres la foto de portada? Cabalgamos con alegría –también hemos soleado el día-  pero  no descuidamos la retaguardia, “hace ya rato que sonó la campanada”; nos asomamos a ver el riachuelo  adecentado, recorremos los generosos tramos silenciados y salen a nuestro encuentro otros regatos y  desafiantes charcos que nos retan a su paso; el pastoso fango endurece la etapa mientras  chirrían las cadenas de las puercas burricletas. Nos dan el alto, la jamelga de Goyo “El Coloso” empieza a “renquear”; primeros auxilios y reanimación, pero más adelante “al quirófano y  operación”. Otros pocos compañeros acompañan “al caballero herido en misión” y deciden no parar; otros tantos, en equipo  atendemos “el pinchazo” y en un santiamén “arreglado”. “Sin prisa pero sin pausa”, pedaleamos  por los encinares de Villabuena, avistamos  los  corrales de ganado  y  casas de labranza, los huertos y  la presa también pasan a toda prisa  y  nos lanzamos a por “el traicionero repecho” para entrar victoriosos –una vez más- en el pueblo. Por cierto, al final,  ni lluvia ni aguacero.  


     




































































      Resumiendo, ruta circular de 50 kilómetros, los principales caminos transitados han sido; Camino de Arenas- Navalcán-Parrillas-Mejorada, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino del Trampal, Los Majuelos, Camino La Chaparrera, Camino de Navalonguilla. Camino de Navalcán-Talavera, Cañada Real Leonesa Occidental, Camino de Los Veratos, Camino de Navalcán-Parrillas-Arenas a Velada.



     Buen día…………………SALUD.



    “mil caminos por andar y mucho tiempo perdido sin saber a dónde ir,  no tengo tiempo ni sitio….” 



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